Crónicas de la ciudad

Las apedreadas columnas del Guadalmedina reverdecen

Es un misterio que nadie con mando en plaza sea capaz de reparar o mandar retirar las destrozadas columnas junto al Guadalmedina, de tiempos de Pedro Aparicio, en cuyo interior están brotando las plantas.  

Una columna vandalizada junto al río y con plantas en su interior.

Una columna vandalizada junto al río y con plantas en su interior. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Para quienes se pregunten si existe vida inteligente en otro planeta, e incluso dentro de marmolillos iracundos como Nicolás MaduroDonald Trump, aquí va otro enigma que nos toca muy de lleno a los malagueños: ¿Cómo permiten nuestros cargos públicos, con el colosal presupuesto que manejan cada año, el espectáculo perpetuo de las columnas acribilladas a pedradas del Guadalmedina?

Ni siquiera durante el adecentamiento y plantación municipal, a finales de la anterior legislatura, en el último tramo del río -entre el Puente de la Aurora y el del CAC- recibieron los malagueños la sorpresa de ver estos elementos o bien restaurados o bien eliminados de la vía pública. 

Resulta curioso cómo, una vivienda en mal estado puede recibir todo tipo de apercibimientos y sanciones, mientras que una administración pública que descuida hasta el extremo, durante tantos años, este mobiliario urbano junto al río, puede irse de rositas.

Las buganvillas salen por las columnas apedreadas junto al Guadalmedina.

Las buganvillas asoman por las columnas apedreadas junto al Guadalmedina. / A.V.

Porque como saben, estos elementos de tiempos del alcalde Pedro Aparicio han ido languideciendo con el paso del tiempo a base de pedradas de los vándalos. 

Tampoco ha ayudado para su conservación la sarta de pegatinas de los ‘pegatineros’, ese colectivo incapaz de contemplar una escultura pública o un mobiliario urbano sin caer en la tentación de plantarle un adhesivo (el proceso de retirar y limpiar semejante memez lo pagamos los malagueños de nuestro bolsillo).

Pero si las administraciones se muestran inexplicablemente torpes de reflejos y bastante despreocupadas por la impresión que causan en turistas y visitantes tantas columnas vandalizadas, la Naturaleza ha resultado ser mucho más rápida en reaccionar, además de sabia.

Las plantas trepan por las columnas vandalizadas junto al Guadalmedina.

Las plantas trepan por las columnas vandalizadas junto al Guadalmedina. / A.V.

Los invernaderos

Por eso, en estos días de verano otoñal resulta consolador comprobar que las plantas están entrando ya en el interior de estas columnas, donde parecen haber encontrado una suerte de alargado invernadero, perfectamente visible dado el alto número de cristales que han ido cayendo en acto de servicio.

Y si las plantas colonizan ya el interior, también hay alguna columna que otra que luce plantas trepadoras por fuera. Es decir, que la plantación municipal de 2023 en el cauce ha seguido trepando y ya enlaza con este mobiliario urbano de Pedro Aparicio. 

Quién sabe si no es esta la intención: dejar que las plantas vayan recubriendo los destrozos, hasta que se conviertan en postes ‘floridos’. Vistas tantas pérgolas sin plantas adornando nuestros parques cuesta creerlo; pero todo pudiera ser. 

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