Entrevista | Óscar Cazorla Jefe de servicio de otorrinolaringología del Hospital Clínico
"Ese aumento global que hay del cáncer orofaríngeo es en adultos jóvenes"
El doctor Óscar Cazorla advierte que es el único tipo de cáncer de cabeza y cuello que ha crecido en los últimos años y es debido al virus del papiloma humano

Óscar Cazorla Ramos, jefe de la unidad de Otorrinolaringología. / Alex Zea

Puede que no sea tan conocido como otros tumores, pero el cáncer de cabeza y cuello (que engloba varios tipos) dejó en 2023 más de 500 nuevos diagnósticos solo en Málaga. En concreto, uno de los que más preocupa es el cáncer de orofaringe, que ha aumentado de manera alarmante en las últimas décadas, sobre todo, entre la gente joven por culpa del virus del papiloma humano (VPH), una infección de transmisión sexual. Así lo advierte el doctor Óscar Cazorla Ramos, jefe de servicio de otorrinolaringología del Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga y responsable de la unidad de cirugía de cabeza y cuello.
Cuando hablamos de cáncer de cabeza y cuello, ¿a qué nos referimos?
Es un conjunto de regiones que, valga la redundancia, forman parte de la cabeza y el cuello, que básicamente son las fosas nasales, los oídos, la faringe (que es lo que comúnmente llamamos garganta), la boca, la laringe y el propio cuello. Y, aunque hablamos de cabeza y cuello, el cerebro no entraría ni la glándula tiroides.
¿Cuál es el más frecuente de todos ellos?
El más frecuente de todos, como grupo independiente, es el de laringe. Luego quizás le sigan la cavidad oral y la orofaringe.
¿Y qué incidencia tienen en Málaga estos tipos de cáncer de cabeza y cuello?
Las incidencias siempre son difíciles de concretar, porque se tarda mucho tiempo en tener datos fiables, pero digamos que, si hay unos 10.000 casos nuevos dentro de España cada año, pues, por ejemplo, en el 2023 en Málaga posiblemente se estima que hubo más de 500.
De manera que no son los más frecuentes, pero tampoco son infrecuentes.
No, no son infrecuentes. Lo que pasa es que hay otros cánceres que tienen una prevalencia mayor y también tienen una mayor difusión en medios y en redes, porque el cáncer de cabeza y cuello, en general, supone un 6% o un 8% de todos los tumores a nivel mundial. Pero eso, como digo, significa unos 10.000 casos al año en España y que es el sexto cáncer en mortalidad en varones, por ejemplo, y el cuarto en años potenciales de vida perdidos. O sea, que al decir un 6-8%, uno tiene la sensación de que es poco, pero es una cantidad importante de la población. No llega a la frecuencia, por ejemplo, de la mama o el pulmón, pero está entre los 6 o 7 más frecuentes.
El cáncer de cabeza y cuello que deteriora mucho la calidad de vida del paciente
¿Considera entonces que hace falta darle mayor visibilidad?
Sin duda que sí, porque eso ayuda a las instituciones sanitarias y ayuda también al paciente. Hay una cosa del cáncer de cabeza y cuello, tanto la propia enfermedad como el propio tratamiento, y es que deteriora mucho la calidad de vida del paciente porque afecta a funciones básicas como el habla o como la deglución, tragar la comida, y eso son formas de relación del ser humano básicas socialmente. Entonces, tanto sus tratamientos, como la propia enfermedad, incluso cuando se curan, dejan unas secuelas estéticas funcionales que son muy importantes para el paciente, porque deterioran su autoimagen y su forma de relacionarse con los demás.
¿Cuáles son los factores de riesgo asociados al cáncer de cabeza y cuello?
Como son de distintas regiones no son uniformes en todos, pero, sin duda, y globalmente, los más importantes son el tabaco y, secundariamente, el alcohol. Esos son los dos factores más graves y, en el caso de la laringe, es prácticamente exclusivo, en hipofaringe y en boca también. Y ha habido una cierta tendencia a estancarse o incluso a disminuir su incidencia en las últimas décadas debido a que se abandonó parte del hábito del tabaco, aunque ahora en las nuevas generaciones parece que vuelve a resurgir y tendremos que esperar a ver lo que ocurre. Y, luego, hay otros factores menores como las radiaciones, la alimentación o algunos productos químicos, pero, grosso modo, el alcohol y el tabaco. Son cánceres que han tendido a disminuir o a estancarse, excepto el de orofaringe y es por el virus del papiloma humano.
¿Qué proporción de los casos de cáncer orofaríngeo están relacionados con el virus del papiloma humano?
Pues nos llega la noticia alarmante de EEUU y países nórdicos de que está en torno al 70% de los casos de cáncer de orofaringe, uno de los cánceres de cabeza y cuello. Hasta el 70% en estos países se asocia al VPH. En el resto Europa vamos por detrás, no hay tampoco datos 100% fiables, pero podríamos decir que se estima que en España estemos entre el 30 y el 40%. Y, además, lo que sí es verdad es que España es uno de los países que en los últimos años más rápido ha alcanzado ese porcentaje. Entonces es el único cáncer de cabeza y cuello que ha aumentado en las últimas décadas por este factor que es ahora el virus del papiloma humano.
¿En el resto de cánceres de cabeza y cuello no se ha registrado ningún aumento, solo en el de orofaringe?
Es el único que ha aumentado y se atribuye totalmente al VPH, que es prácticamente una pandemia mundial podríamos decir. Esperamos que las vacunas hagan su efecto, pero hay muchas generaciones que no han recibido esa vacuna. Entonces la esperanza es que todas las generaciones, hombres y mujeres, se vayan vacunando y de esa manera se pueda reducir el impacto.
¿En qué consiste el virus del papiloma humano y cómo puede acabar derivando en cáncer de orofaringe?
Es una enfermedad de transmisión sexual. Entonces, de la misma manera que en mujeres es mucho más conocido por las revisiones ginecológicas y porque se suele desarrollar en el cérvix uterino, pues el sexo oral también puede hacer que aparezca en la faringe, con mucha menos incidencia, y, desde luego, en absoluto quiere decir que una persona que tenga el virus vaya a desarrollar un cáncer, es un factor de riesgo. Algunos de los serotipos de papiloma humano pueden desarrollarlo, pero habrá infinidad de personas que lo tendrán y no lo desarrollarán. Pero bueno, en la vía de transmisión es por una enfermedad transmisión sexual, en este caso pues el sexo oral.

Óscar Cazorla Ramos, jefe de la unidad de Otorrinolaringología. / Alex Zea
¿Cuál suele ser el perfil del paciente de cáncer de cabeza y cuello?
Hasta ahora, el perfil (ya digo que son distintos tipos de cánceres entonces hablamos un poco grosso modo) era un varón de alrededor de 65 años, fumador y bebedor severo. Ese era el perfil básico. Poco a poco, las mujeres se fueron incorporando a ese perfil porque aumentó el tabaquismo en mujeres. Hace bastantes años, podía haber una mujer cada diez hombres y, hoy en día, hay una mujer por cada tres o cuatro hombres. Pero ahora, con estos comentarios que he hecho sobre el papiloma, pues tenemos un nuevo perfil de pacientes jóvenes, entre 35 y 45, que no tienen por qué tener hábitos tóxicos, para ese cáncer en concreto de orofaringe. Y luego, hay algunos otros como el cavum, que es una región que está al final de la nariz, que igualmente también se puede dar en personas más jóvenes y sin hábitos tóxicos, por otras cuestiones.
¿Entonces ese aumento que se ha detectado en el cáncer de orofaringe por el VPH se ha dado en gente joven?
Sí claro, viene dado por la gente joven. Ese aumento global que hay del cáncer orofaríngeo es en adultos jóvenes. Y, de hecho, en parte, es un tipo de cáncer distinto, porque dentro de esa situación tiene mejor pronóstico y se estudian terapias que sean menos agresivas, que puedan curar la enfermedad con menos detrimento de la calidad de vida, como puede ser, por ejemplo, la cirugía robótica transoral que la hacemos en este hospital y que encuentra un nicho de acción en ese tipo de pacientes.
¿Y esa cirugía robótica transoral que realizáis en el Clínico en qué consiste?
Por la localización que tienen todos estos cánceres, siempre han tenido una cirugía compleja, porque están, ya he dicho, en un sitio que estéticamente se ve mucho. Pero es que, además, la cabeza y el cuello tienen cantidad de estructuras nobles, como nervios, que tienen repercusiones funcionales en la deglución, en la sensibilidad, en todo. Y, hasta ahora, las opciones quirúrgicas eran muy agresivas. Había que hacer cirugías que tenían mucha morbilidad, muchas secuelas y mucho tiempo de encame. Y ahora en algunos de estos casos podemos actuar con el robot, que es un equipo que nos permite acceder a la zona del tumor a través de la boca sin necesidad de desmontar mandíbulas o atravesar otros tejidos. Y, en muchas ocasiones, nos permite extirpar ese tumor con mínima repercusión a nivel funcional y a nivel estético, de manera que se dan de alta antes y se recuperan antes.
Son cánceres que han tendido a disminuir o a estancarse, excepto el de orofaringe y es por el VPH
Otra de sus especialidades es colocar una prótesis a pacientes que les han extirpado la laringe para que pueda recuperar la voz.
Eso es en los pacientes que se someten a una laringectomía total, que es una cirugía muy curativa pero muy mutilante, porque consiste en extirpar la laringe y con ella las cuerdas vocales. Entonces esos pacientes que se someten a esa cirugía tienen dos problemas: uno estético y muy influyente que es la necesidad de portar un orificio en el cuello para poder respirar, y otro que es la pérdida del habla convencional. Entonces nosotros somos un hospital con mucha trayectoria y muy experto dentro de Andalucía y de España en la colocación de prótesis, que es un artilugio que le permite a esas personas recuperar una voz bastante funcional y bastante parecida a la normal.
¿Cuántas prótesis de este tipo pueden poner al año?
Depende, porque todos los años operamos unas 14 cirugías de laringe y de estas, a lo mejor cinco o seis son candidatos a la prótesis. Desde luego, intentamos ponérsela a todo el mundo posible, pero también tiene unos requisitos.
¿Ante qué síntomas o señales de alarma habría que consultar a un especialista?
Como son cánceres muy distintos y se manifiestan de distintas maneras, depende de la localización. Y, por desgracia, algunos comienzan con síntomas muy poco llamativos. Hay uno que es el fundamental y del que hacemos auténticas campañas, que es la ronquera, la disfonía. Nosotros recomendamos a toda persona que tenga una ronquera de más de 15 días, en fumadores especialmente, que, si antes no han tenido un catarro, vayan a su médico para que los derive al otorrino y, en ese caso, lo vemos antes de 15 días. Luego, lamentablemente, hay otras zonas que tienen síntomas más difíciles de distinguir. Pero también es fundamental que toda persona que tenga una llaga, una herida en la boca o una úlcera que dure más de un par de semanas, también debe consultar a su médico. La mayor parte de las veces sin duda no será nada, pero es conveniente que lo vea su médico y decida si es lo suficientemente sospechoso como para derivarlo al otorrino. Por supuesto también aquellos pacientes que detecten bultos cervicales que no desaparecen.
Casi el 60% de los cánceres de cabeza y cuello se siguen diagnosticando en estadios avanzados.
¿Y qué tasa de supervivencia tienen estos cánceres?
Es muy variable dependiendo de en qué momento llega, porque el cáncer de la laringe, concretamente, si se diagnostica en estadios iniciales, tiene una supervivencia mayor al 95%, pero ese mismo cáncer en un estadio avanzado, y en general todos los de cabeza y cuello, disminuye su supervivencia hasta un 50% e incluso un 40%. Y, desgraciadamente, todavía hasta casi el 60% de los cánceres de cabeza y cuello se siguen diagnosticando en estadios avanzados.
Como presidente de la Sociedad Andaluza de Otorrinolaringología, ¿cuáles diría que son los principales retos que tienen por delante en la especialidad?
Por un lado, intentar homogeneizar la especialidad en cualquier punto de Andalucía, que todos tengamos una uniformidad para que cualquier paciente andaluz se vea atendido de la misma manera. Y actualizarnos. La medicina avanza de manera muy rápida junto con la tecnología y más hoy, que hay mucha información a través de las redes para la población. La Sociedad pretende ser un nexo de comunicación entre todos los otorrinos andaluces y la población a la que atienden.
¿Algún mensaje que le gustaría añadir?
El mensaje sería, por una parte, la prevención. El conocimiento de que hay que evitar los hábitos tóxicos, el mensaje de que todos los padres vacunen a sus hijos del papiloma, que la prevención es mejor y más eficaz que cualquier tipo de tratamiento, que cuando haya síntomas relevantes pues hay que acudir al médico. Y un poco que nos molestemos todos en conocer a este tipo de pacientes y su situación personal.
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