Málaga Industrial

Los obreros malagueños marcan los 12 meses de 2025

La Asociación en Defensa de las Chimeneas y el Patrimonio Industrial de Málaga (Apidma) edita su tradicional calendario, centrado en este caso en la evolución del movimiento obrero desde 1868 a los años 80 del siglo pasado. La asociación critica que la Diputación quiso editarlo sin los textos, a lo que Apidma se negó

Manifestación de faeneras malagueñas en 1918, una de las imágenes del almanaque 2025 de Apidma.

Manifestación de faeneras malagueñas en 1918, una de las imágenes del almanaque 2025 de Apidma. / La Opinión

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Málaga, la segunda ciudad más industrializada de España en un momento del XIX, fue posible gracias a los industriales pero también, a los miles de obreros que pusieron en marcha fábricas e industrias de todo tipo.

La Arqueología Industrial no sólo tiene en cuenta las máquinas y los edificios sino también a estas personas del pasado. Por este motivo, Apidma, la Asociación en Defensa de las Chimeneas y el Patrimonio Industrial de Málaga, ha querido que los protagonistas de 2025 sean los obreros de Málaga y sus reivindicaciones a través de la Historia, después de dar a conocer, año tras año y gracias a los almanaques, distintos elementos del Patrimonio Industrial, así como las actividades industriales de Málaga y provincia.

Por este motivo, la portada del calendario es para el personal, obreros e ingenieros de los desaparecidos Ferrocarriles Andaluces.

Encierro de trabajadores de Intelhorce en la Catedral, en 1973.

Encierro de trabajadores de Intelhorce en la Catedral, en 1973. / Archivo Sol de España

El calendario se detiene en los primeros movimientos obreros, que se inician tras la Revolución de 1868, con la aparición de líderes como Antonio Herrero y Rafael Salinas. También aparece recogida la famosa revuelta de las faeneras en 1918, la manifestación de 800 mujeres que reclamaban la bajada de los precios de productos de primera necesidad; un episodio histórico que en Málaga capital cuenta con una placa conmemorativa.

Otra foto histórica, muy conocida, es la de la huelga de 1973 de los trabajadores de Intelhorce, que incluyó el encierro de algunos de ellos en la Catedral, con el apoyo de un grupo de sacerdotes.

El almanaque también repasa la situación de los trabajadores de la pasa; la construcción; la zafra y la monda en Málaga y la festividad del 1º de mayo, día festivo por vez primera en 1931.

Portada del almanaque 2025 de Apidma.

Portada del almanaque 2025 de Apidma. / L.O.

El Caminito del Rey

Relacionado con la construcción, por cierto, una foto del archivo de Apidma muestra a unos trabajadores montando las pasarelas del Caminito del Rey.

El almanaque, por último, repasa la huella de Comisiones Obreras; la situación de la vivienda obrera en Málaga; las revueltas campesinas por la situación de los jornaleros hace 40 años; el movimiento obrero en Citesa, la fábrica de Martiricos; el trabajo infantil y el movimiento de los parados.

Trabajadores en 1904, en la construcción de las pasarelas del luego conocido como Caminito del Rey.

Trabajadores en 1904, en la construcción de las pasarelas del luego conocido como Caminito del Rey. / Archivo Apidma

Para el presidente de Apidma, el profesor de la UMA Francisco Rodríguez Marín, «el Patrimonio Industrial nos permite, mediante la interpretación de sus elementos materiales y documentales, conocer la dureza de aquellos años y rendirles un justo tributo de reconocimiento».

«No lo hemos aceptado»

La polémica ha saltado este año porque, tras dos décadas, el Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (CEDMA) no ha editado el almanaque.

Manifestación de parados en los años 70.

Manifestación de parados en los años 70. / Archivo Histórico CCOO Andalucía

Según informa Apidma en una nota con el calendario, se ha debido a que «no entra en la línea editorial» de este servicio. «Accedían a su publicación solo con las fotos, los textos no. Naturalmente, no lo hemos aceptado, porque el sentido de nuestro almanaque, más que el calendario y las fotos, son los textos narrativos de nuestro patrimonio», señala la nota. De esta manera, por primera vez en 20 años el calendario se ha costeado con «aportaciones extras de nuestros socios», concluye la nota.

Respuesta de la Diputación

Por su parte, la Diputación de Málaga mostró su “sorpresa” por las críticas de Apidma y aclaró que a la asociación, con la que viene colaborando en los últimos años, se le ofreció la publicación de sus textos en un monográfico, dado que no encajaban por extensión en el formato editorial de los almanaques que publica cada año el CEDMA.

“Cada año se publican por el centro de ediciones de la Diputación, con fondos públicos, decenas de calendarios y almanaques de entidades y colectivos sociales de diversa índole, y así se ha venido haciendo también con los de Apidma”, señalaron fuentes de la Corporación provincial que negaron cualquier tipo de interpretación política o censura. Se da la circunstancia, según las mismas fuentes, de que el presidente de Apidma mantuvo una reunión con el director del Área y con la jefa de servicio en la que se le expusieron las alternativas editoriales, como era la publicación de un monográfico aparte, además del almanaque con las fotos, dada la extensión de los textos, y rehusó la cita que se le ofreció con la diputada del CEDMA, María Francisca Caracuel.

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