Patrimonio
Derriban la casa atribuida al compositor Eduardo Ocón en El Palo
Los propietarios han demostrado a Urbanismo con documentos que la vivienda es posterior a la muerte del músico. El profesor de la UMA Francisco Rodríguez Marín señala que es secundario si era o no de Ocón y que debía haberse protegido.
Villa Acacia, el número 7 de la calle Marcos Zapata, el popular Carril de la Pimienta, ya es historia. Este viernes los trabajos de demolición iniciaban el derribo de un inmueble histórico del Palo que ha estado repleto de polémica, porque se conocía como la villa de veraneo del compositor Eduardo Ocón (1833-1901), que compartía vecindad con dos de sus hermanos.
La posibilidad de que hubiera sido la villa de Eduardo Ocón, la puesta a la venta de la casa, que cuenta con un extenso jardín delantero, y la presión vecinal motivaron que, en 2021, la Gerencia Municipal de Urbanismo incoara expediente de la vivienda "para valorar su posible protección", explicaba entonces el concejal de Urbanismo Raúl López, que incluso señaló la posibilidad de rehabilitarla.
De hecho, en 2009 el Ayuntamiento ya se planteó su protección, pues apareció, acompañada por dos fotografías, en el Catálogo de Edificios Protegidos, en la aprobación provisional del PGOU, aunque con numeración distinta; si bien desapareció de la aprobación definitiva.
Sin embargo, fuentes próximas a la propiedad han informado a La Opinión de que cuentan con documentos que demuestran que la casa fue construida exnovo por una familia francesa en 1907, por tanto, tras la muerte de Eduardo Ocón en 1901.
Esta versión es la opuesta a la que sostenían dos de las hijas del propietario francés original, quienes en 1995 informaron a este periodista, durante una visita al inmueble, que su padre había comprado la casa a la viuda de Eduardo Ocón, Ida Borchardt, lo que explicaba además la presencia de una lira empedrada en la entrada a la villa.
"No es la vivienda de Eduardo Ocón"
Fuentes de la Gerencia de Urbanismo confirmaron este viernes que el número 7 de Marcos Zapata "no es la vivienda de Eduardo Ocón, no tiene nada que ver, puesto que no queda nada de la casa, que fue comprada a la viuda y al hijo del músico en 1907". Las mismas fuentes señalaron que según la documentación aportada, "un familiar de los propietarios actuales comenzó una obra de transformación en 1909 para modificar enteramente la edificación existente, cuyos planos, libros de mediciones y presupuestos de trabajo de construcción aportados por los actuales propietarios se corresponden con la casa actual".
En este sentido, las mismas fuentes indicaron que la casa original era de una sola planta y 120 m2 y la demolida este viernes tenía dos plantas de 137 m2 cada una (260 m2 en total), además de una construcción aneja.
"Queda acreditado que la casa actual es la construida por el familiar de los actuales propietarios y no la casa donde vivió Eduardo Ocón", subrayaron.
"En Málaga siguen destruyendo las cosas bonitas"
El derribo de la vivienda echa, literalmente, por tierra, la petición por parte de Podemos e IU de 2020, de que recibiera protección arquitectónica, para que tuviera un uso cultural en el barrio.
La presidenta de la Asociación de Vecinos del Palo, Mercedes Pírez, declaró a este diario: "Me he sentido tan triste y decepcionada porque al final creía íbamos a lograr la casa. Ha sido una decepción más; en Málaga siguen destruyendo las cosas bonitas y acabando con la identidad del barrio y, además, según ha dicho el arquitecto, van a hacer apartamentos, no sé si turísticos. Habrá que ver la altura que tendrán porque en la zona hay chalés", advirtió.
Exenciones para propietarios de edificios protegidos
Para el profesor de la Historia del Arte de la UMA, Francisco Rodríguez Marín, el que la casa fuese o no propiedad de Eduardo Ocón es algo "secundario", pues a su juicio merecía haber sido protegida por sus valores arquitectónicos y tipológicos. "Lo que queremos los ciudadanos es que se conserve nuestro patrimonio y con ello nuestra idiosincrasia", recalcó y lamentó que el Catálogo de Edificios Protegidos de Málaga se limite a proteger "sólo lo indispensable".
El que la casa fuera o no de Eduardo Ocón es algo secundario, tenía que haberse protegido"
"Tenemos motivos para estar enfadados, había que ser más generosos y el Ayuntamiento puede poner fin a esto".
Rodríguez Marín abogó porque la protección arquitectónica se trate, no como una intromisión en el derecho a la propiedad, sino como "una suerte" para el dueño del inmueble; por eso propone que los propietarios de edificios protegidos reciban "algún tipo de exención de tributos", que frene el proceso actual.
En este sentido, recordó las demoliciones de Villa Maya y de la casa de los años 20 en el Camino Nuevo y propuso que las villas de Pedregalejo y El Limonar se protejan en su conjunto, salvo las que sean de mala calidad.
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