Patrimonio
Estos son los monumentos de Málaga que siguen en la lista roja de patrimonio amenazado
La provincia de Málaga cuenta con 15 bienes culturales en riesgo de eliminación, destrucción o alteración esencial de sus valores
Beatriz G. Bossini
La provincia de Málaga cuenta con 15 monumentos patrimoniales en riesgo de eliminación, destrucción o alteración esencial de sus valores, de acuerdo con la lista roja elaborada por Hispania Nostra, una organización que se encarga de vigilar el estado del patrimonio cultural y natural de España. De esta manera, la entidad actualiza a través de dos listas, la verde y la roja, la situación en la que se encuentran las distintas edificaciones.
Recientemente se han añadido tres nuevas localizaciones malagueñas que se hallan en riesgo de desaparición: la Casa del doctor Cristóbal Jimenez Encina, la Torre de la Ermita de Nuestra Señora de los Dolores y el Ingenio azucarero de San Joaquín. Por otra parte, la Ciudad romana de Acinipo y la Cripta de Nuestra Señora de la Victoria, han pasado de la lista roja a la verde, esta última tras ser restaurada por unas humedades que causaron ciertos desprendimientos.
En esta línea, se puede decir que el patrimonio es el reflejo del paso de distintas sociedades por un entorno a lo largo del tiempo. Es el bien heredado, de generación en generación, y que forma parte de la historia que ha sido legada, que a todos representa y a todos pertenece y que permite conocer el pasado y ayuda a interpretar mejor el presente. Hispania Nostra sirve de cauce de participación social para dar a conocer y sensibilizar sobre la necesidad de actuar en aquellos bienes que están en riesgo, identifica en su lista roja hasta 14 monumentos en la provincia de Málaga que, si no se actúa sobre ellos, podrían desaparecer o ser destruidos.
De alguna manera, con esta publicación, se pretende enviar una llamada a la acción para evitar que esta herencia patrimonial deje de estar amenazada y pueda ser recuperada, enriqueciendo a la sociedad y a las personas que la componen.
¿Qué bienes siguen en la Lista Roja de Hispania Nostra en Málaga?
Casa del doctor Cristóbal Jiménez Encina
- Historia: Se trata de una casa del siglo XVIII en la que vivió el doctor y poeta Cristóbal Jiménez Encina, médico otorrinolaringólogo nacido en Monda el 4 de marzo de 1866. En su infancia no asistió al colegio, por lo que fueron sus hermanos mayores quienes ejercieron de profesores, ya que él era el noveno hijo del matrimonio formado por Mateo Jiménez y Rafaela Encina. Estudió su bachillerato en Málaga y la carrera de medicina en Valladolid y Madrid. Al finalizarla, fue ayudante del doctor Ureña, otorrinolaringólogo, durante dieciocho años. Posteriormente fue jefe del servicio de otorrinolaringología del Instituto Rubio mientras contó con consultas médicas en Madrid entre 1899 y 1917. Tuvo como pacientes a personajes insignes de la época, como al rey Alfonso XIII; a su amigo Alejandro Lerroux, político republicano; a la Niña de los Peines, cantaora flamenca; al cantante Pepe Blanco o al poeta Antonio Machado. A lo largo de su trayectoria profesional publicó numerosos trabajos médicos sobre otorrinolaringología y la tuberculosis; presentó congresos y tuvo consulta en el primer dispensario antituberculoso de España. A su vez, escribió poemas como Refugio o Soneto donde habla sobre los paisajes y costumbres de Málaga.
- En el año 1922, el pueblo de Monda le rindió homenaje al colocar una placa en la fachada de la casa donde nació, cambiando el nombre de su calle para poner el del doctor, instalando un busto de bronce y, también, nombrándolo hijo predilecto por dar asistencia médica a sus vecinos de forma gratuita cada vez que iba a Monda. Murió a los 90 años el 8 de marzo de 1956 en Madrid. La casa también es conocida en el municipio como «el cuartel», ya que durante un tiempo se usó como cuartel de la Guardia Civil, hasta que años después se empleó como pub y, al cerrarse este último establecimiento, la casa quedó abandonada.
- Descripción: Es una casa característica de familia acomodada del siglo XVIII, compuesta por planta baja, planta principal y ático. La planta baja se ha modificado a lo largo de los años, habiéndose abierto puertas para albergar el último negocio. El ático, de menor altura, tiene cuatro vanos rectangulares con rejas y la cubierta es a dos aguas. El inmueble tiene dos fachadas con dos balcones de forja a la altura de la planta principal, que están decorados con barras de sección cuadrada, dados a mitad de las barras y motivos en S y espiral. Los balcones cuentan con dos arbotantes de semicírculo, una meseta con acabado de cerámica y la estructura que los sustenta es también de hierro forjado con tornapuntas. En la fachada principal destaca una decoración pictórica a su lado izquierdo, que fue tapada con revoco pero donde aún se puede distinguir dentro de un óvalo dibujado la figura de una persona en posición de rezo, de rodillas. En el lado derecho de la fachada se distingue también un óvalo, pero no es posible identificar el resto de la pintura.Un árbol situado frente al lado derecho de la fachada principal oculta la placa honorífica al doctor Jiménez Encina, de cerámica y procedente del taller J. Ruiz de Luna, en Talavera de la Reina. El nombre del taller se observa en la parte inferior derecha de la placa, junto a la firma de don Cristóbal. En los laterales destaca el dibujo de dos pilastras acanaladas que rematan capiteles corintios; en el centro superior de la placa se distingue el rostro del doctor en una orla rodeada de decoración vegetal; en la parte inferior se encuentra una imagen femenina sedente que está escribiendo en una hoja.En el texto de la placa se puede leer: «En esta casa nació el 4 de marzo de 1866, el ilustre Dr. D. Cristóbal Jiménez Encina, hombre sabio y modelo de bondad para sus paisanos. El Ayuntamiento, fiel intérprete de los designios del pueblo, acordó nombrarlo Hijo Predilecto de esta Villa y dedicarle este homenaje en prueba de gratitud y cariño».
- Grado de protección legal: Sin protección específica.
- Estado de conservación: El edificio se encuentra en mal estado de conservación a pesar de su aparente estabilidad estructural. Las ventanas de ambos balcones corren riesgo de desprendimiento y la decoración pictórica de la fachada se encuentra bajo capas de cal, aunque debido a las lagunas derivadas de la pérdida del enlucido, se puede observar en distintas zonas los restos de las pinturas.La placa honorífica se encuentra en buen estado de conservación pero está rodeada de cableado eléctrico y no está a la vista, al estar cubierta por la copa de un naranjo se imposibilita su correcta visualización, lectura y, por tanto, identificación del bien. En cuanto al interior, se puede observar que aún mantiene la estructura sin haber sufrido desprendimientos mientras que, a su vez, presenta suciedad y desperfectos debido al paso del tiempo y como consecuencia de su abandono.
Ingenio azucarero de San Joaquín
- Historia: El trabajo del azúcar en Andalucía se remonta al siglo X, pero con la llegada de la Revolución Industrial el sector experimentó un espectacular desarrollo, especialmente en las regiones costeras. En el caso de la localidad malagueña de Maro, hay que remontarse hasta el siglo XVI, cuando el señorío fue adquirido por el licenciado Armengol, con quien se iniciaría el trabajo de la caña de azúcar en estas tierras. El ingenio azucarero de Maro cambiaría de propietario en varias ocasiones en las siguientes décadas, hasta que finalmente, en el siglo XVIII, como consecuencia del matrimonio de la heredera de José Miguel Cañaveral con el marqués del Salar, D. Fernando Pérez del Pulgar, las tierras de Maro pasaron a manos de la familia Pérez del Pulgar. Hacia mediados del siglo XIX, aproximadamente tres cuartas partes de la herencia original estaban en posesión de Joaquín Pérez del Pulgar, quien además contaba con numerosas propiedades en la región de Nerja. Así, en el siglo XIX el nombre de la familia ocupaba un lugar destacado en la industria, siendo dueños del Ingenio de Armengol y de la azucarera-alcoholera de San Joaquín, ambas ubicadas en Maro.Después del fallecimiento de Joaquín Pérez del Pulgar, la propiedad pasó a manos de sus hijos, y posteriormente fue vendida al Banco Hipotecario. El marqués de Tous aprovecharía la ocasión para hacerse con las instalaciones, aunque escaso tiempo después volverían a ser transferidas, en este caso a la Sociedad Azucarera Larios (1930). Las fábricas de Larios se agruparon en dos sociedades: la Sociedad Industrial y Agrícola del Guadiaro, que abarcaba la costa occidental de Málaga y la zona gaditana, y la Azucarera Larios, que se encargaba de la zona de la Axarquía, Málaga capital y Motril (Granada). Esta última sociedad fue la que asumió el control de la “Fábrica de Maro”. Durante la última mitad del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, el cultivo de la caña y la producción de azúcar desempeñaron un papel importante como motor económico en la costa malagueña. Sin embargo, con el paso del tiempo, este sector experimentó una decadencia significativa y en la actualidad solo un ingenio azucarero en Frigiliana se mantiene activo, dedicado exclusivamente a la producción de miel de azúcar.
- Descripción: El Ingenio azucarero de San Joaquín es una antigua fábrica malagueña situada en el término de Maro. La dedicación de este ingenio era la explotación de la caña de azúcar. Los inicios productivos de este lugar pasaron por la obtención de azúcar refinado y de azúcar antillano, aunque a medida que avanzaban los medios y la tecnología se incorporó también la producción de licores. La fábrica de San Joaquín abarcaba una superficie de 37.000 metros cuadrados, aunque la extensión es mucho mayor si se agregan todas las instalaciones y tierras adyacentes, como las propias superficies de cultivo, en el conocido como Tablazo de Maro (1.420.160 m²), el acueducto del Águila (construido en 1870), las viviendas de los trabajadores o el estanque para el almacenamiento de agua. El complejo principal se organiza en una estructura de tres naves, siendo la central la de mayores dimensiones, empleándose en todas ellas vanos rebajados.
- Grado de protección legal: Plan Especial Protección del Sitio Histórico Paraje Pintoresco de Maro.
- Estado de conservación: A lo largo de los años, el estado del Ingenio de San Joaquín de Maro ha experimentado cierto deterioro debido a la falta de mantenimiento y a los embates climatológicos. Los edificios y estructuras presentan signos evidentes de desgaste, con paredes agrietadas, tejados dañados y elementos ornamentales desprendidos. La vegetación ha invadido algunos sectores del complejo, contribuyendo a la degradación de las estructuras.La falta de medidas de conservación y protección adecuadas ha derivado en el deterioro de elementos clave de la maquinaria azucarera, con la consecuente pérdida de su funcionalidad original. Las antiguas calderas, molinos y otros dispositivos presentan señales de corrosión y oxidación, lo que compromete su integridad y dificulta su restauración. Además de todo ello, el Ingenio de San Joaquín de Maro ha sido objeto de actos vandálicos y saqueos, lo que ha agravado su estado de conservación.
Torre de la Ermita de Nuestra Señora de los Dolores
- Historia: La ermita se construyó a primeros del siglo XVIII. Desde su edificación hasta la actualidad ha tenido diferentes usos, siendo el inicial, el religioso. Según el testimonio recogido del archivo de la catedral de Málaga el 8 de noviembre de 1720, se dice que la ermita se destinó inicialmente a San Antonio Abad. En 1752, según el Catastro de la Ensenada, la ermita estaba dedicada a la Veracruz. Y, finalmente en el diccionario de Pascual Madoz de mediados del siglo XIX, se dice que la ermita está bajo la advocación de Nuestra Señora de los Dolores. En la segunda mitad de ese siglo XIX, hubo una epidemia de cólera en Monda y la nave de la ermita se utilizó para acomodar a los enfermos más graves que no tenían posibilidades de sobrevivir. A finales de siglo, la ermita se dividió en dos partes, por un lado la nave, que fue utilizada, como aserradero de madera primero y después como taller mecánico. Finalmente, y tras años cerrada, fue demolida para construir un edificio de viviendas. Por otro lado, quedó la torre, que fue integrada en el molino de aceite de Paco Macías y que sirvió durante cien años como almacén para guardar el aceite que se iba extrayendo del molino. La torre se dotó de un poyete corrido por sus cuatro paredes donde se incrustaron una serie de tinajas para albergar el aceite. El molino se cerró hace unas décadas y desde ese momento, el conjunto de la torre de la ermita y el molino se encuentran en un estado de abandono.
- Descripción: La ermita primitiva era una construcción muy sencilla. Contaba con una sola nave rectangular con presbiterio y tenía una cubierta a dos aguas de teja mora de unos 20 metros de largo por unos 7,50 metros de anchura. La entrada principal daba a la Plaza de la Ermita y era de ladrillo de barro cocido y adintelada. La torre sobresalía del conjunto y no poseía campanas. Es de planta cuadrada de unos 50 metros cuadrados con muros de casi un metro de grosor realizados con mampostería enlucida y encalada y encintada con hiladas dobles de ladrillo de barro cocido que van enfajando el muro de mampostería. En los ángulos de la torre, se usa el ladrillo de barro cocido, ofreciendo una mayor resistencia estructural. En estas hiladas de ladrillo de barro cocido, se ven los mechinales, orificios cuadrados que albergaban las vigas de construcción y que fueron cegados posteriormente con argamasa. La cubierta de la torre estaba construida con vigas de madera y cañas, disimulado con un falso techo de escayola aferrada a una estructura de madera, y rematada con un tejado a cuatro aguas con teja mora y coronada con una veleta, hoy desaparecida. En su interior conservaba algunas molduras decorativas que bordeaban un par de ventanas a primeros del siglo XVIII. Estas ventanas están ejecutadas con ladrillo de barro cocido y se abrieron en la primera altura de las caras norte y sur de la torre. La cara este, que da al molino, contaba con una ventana circular que fue tapiada para construir una hornacina probablemente para albergar alguna figura sagrada. La zona oeste que daba a la nave de la ermita se abría con un arco de medio punto de ladrillo de barro cocido. Cuando se tapió esta parte de la torre para independizarla de la nave de la ermita, el arco fue reforzado por un pilar para aguantar el peso de la estructura. En la pared norte se conserva una inscripción que pone: «Año de 1763», posiblemente se trate de la fecha en la que se hizo una restauración, ya que la ermita se construyó en torno a 1720 o 1721. La cubierta de la torre antes de ser desmochada, estaba realizada con vigas de madera y cañas, disimulado con un falso techo de escayola aferrada a una estructura de madera, y rematada con un tejado a cuatro aguas con teja mora y coronada con una veleta, hoy desaparecida. En su interior conservaba algunas molduras decorativas que bordeaban un par de ventanas a primeros del siglo XVIII. Estas ventanas están ejecutadas con ladrillo de barro cocido y se abrieron en la primera altura de las caras Norte y Sur de la torre. La cara Este de la torre que da al molino, tenía una ventana circular que fue tapiada en algún momento al construirse una hornacina para albergar alguna figura sagrada. La zona Oeste que daba a la nave de la ermita, se abría con un arco de medio punto de ladrillo de barro cocido. Cuando se tapió esta parte de la torre para independizarla de la nave de la ermita, el arco fue reforzado por un pilar para aguantar el peso de la estructura. En la pared Norte se conserva una inscripción que pone: «Año de 1763», posiblemente se trate de la fecha en la que se hizo una restauración, ya que la ermita se construyó en torno a 1720 o 1721.
- Grado de protección legal: Sin protección legal.
- Estado de conservación: De lo que fue la ermita, actualmente solo se conserva la torre, que presenta un estado de ruina, abandono y dejadez. Su cubierta nunca se restauró y fue eliminada porque su estado ruinoso amenazaba con colapsar y afectar a las viviendas colindantes, por lo que los daños provocados por los fenómenos meteorológicos se están acentuando cada vez más. La cara que da al molino está ennegrecida debido a la huella del humo de la caldera de este.
Corralón de las Dos Puertas, en Málaga
- Historia: Este corralón, denominado 'de las Dos Puertas' por tener entrada por la calle Curadero y por la calle Rosal Blanco, se encuentra recogido en varias obras sobre la vivienda obrera y popular en Málaga. Era uno de los últimos que se mantuvieron habitados, hasta que fue desalojado por su estado de conservación en 2013, tras lo cual fue completamente abandonado.
- Descripción: Último corralón existente en la ciudad de Málaga, sin alterar por reformas. Mantiene la tipología clásica de la casa de vecinos malagueña por antonomasia: el corralón. El patio es el elemento organizador del espacio, las galerías son abiertas. El exterior es sencillo, de planta baja, y todos sus vanos son adintelados, presentando los de la planta primera balcones de poco vuelo.
- Grado de protección legal: Protección Arquitectónica de Grado I
- Estado de conservación: Se encuentra en un estado de ruina aparente, tapiado y desde la calle Rosal Blanco se observa cómo la medianera tiene una parte caída, permitiendo la entrada de agua de lluvia y aumentando el riesgo de desplome.
Huerta de Godino, en Málaga
- Historia: Se halla situada en unos terrenos que en la conquista de Málaga por Castilla le fueron entregados a Pedro Sánchez Godino, «(…) labrador honrrado(…)», en el extremo norte de la ciudad, en la zona de Martiricos. Según algunos textos, la noria puede tener su origen en el siglo XIV o XVII, siendo de este último la noticia que menciona al propietario, Alonso Godino de Zaragoza, quien probablemente ya explotaría la noria. Por el documento se sabe que Alonso Godino, en una entrega de doscientos mil ducados que hubo de hacer Málaga y su jurisdicción al rey, entregó 6.347 maravedíes. Así mismo, por ese documento sabemos que su huerta estaba junto a una llamada Huerta Perdida. Dicha noria, testimonio material de las técnicas de explotación agrícola malagueña, daba agua a las huertas, frutales, viñedos y jardines que ocupaban la extensión de la huerta, llamada precisamente Huerta de Godino. Esta huerta, junto con otras muchas que había en la zona sobrevivieron hasta mediados del siglo pasado. Hoy en día sigue surtiendo agua, aunque no es potable, siendo aprovechada para riego y lavado por la guardería de la Diputación, que es por donde se accede tanto a la noria como a una mina de agua.
- Descripción: Se trata de una enorme noria de agua, un ingenio hidráulico muy común de la era preindustrial, cuya finalidad consistía en obtener el preciado líquido directamente de los ríos, arroyos o del subsuelo, encauzarlo y distribuirlo para poder regar las cercanas y productivas huertas. Consta de una plataforma de planta circular y de gran altura, debido a la necesidad de elevar el nivel del agua para lograr el regadío por gravedad. Además de la plataforma nos han llegado los restos de los postes, compuestos por ladrillos y listones de madera haciendo dintel, que sostendrían la rueda vertical o rueda del agua y que sería movida a través de un mecanismo compuesto por otra rueda horizontal o arbolete además de los animales que serían necesarios para moverlas, por lo que se vienen a llamar norias de tiro o de sangre.
- Grado de protección legal: Sin protección específica.
- Estado de conservación: El monumento se haya en un total estado de abandono y la única obra de mantenimiento realizada en ella en los últimos treinta años ha sido revestirla con cemento para evitar que se rompa y se venga abajo. Su parte superior se ve coronada por un pequeño bosquete de árboles o grandes arbustos. Pésimo estado y en riesgo cierto de destrucción.
Torre de la Miel, en Nerja
- Historia: En 1743, Felipe Crame, un ingeniero que había recorrido la costa del reino de Granada para elaborar un informe sobre las reparaciones más urgentes que precisaban sus fortificaciones, escribía lo siguiente sobre la Torre del Río de la Miel: “la Torre del Río de la Miel del Partido de Vélez se arruinó enteramente con los temporales del invierno pasado y cubriendo una cala muy peligrosa para el comercio de la costa por hallarse frecuentada de corsarios moros que encuentran en ella un buen aguadero conviene reedificarla de nuevo". En 1749, seguía en las mismas condiciones y se comunicaba que “está totalmente destruida”, proponiéndose su reedificación. Esta primera torre original fue construida en el último cuarto del siglo XVI. El objetivo era vigilar una zona de costa de la piratería berberisca, como era la desembocadura del río de la Miel y las calas adyacentes, especialmente peligrosas. A la vista de su inutilidad, se decidió la construcción de una nueva en sustitución de aquella. Las obras, presupuestadas en 22.000 reales de vellón, comenzaron en 1751 y fueron dirigidas por el ingeniero Juan Zahoras. En enero de 1753 aún no se habían concluido por haberse producido retrasos en los pagos y se designó al ingeniero Juan de Dios González para terminarla. La fortificación que se hizo era una torre artillada, abaluartada y equipada con dos cañones de bronce, uno dirigido hacia el Castillo de Nerja y otro hacia el puerto del Cañuelo. A esta torre pertenecen los restos que se conservan a día de hoy. En 1774 se pensó sustituir su artillería por otra más potente pero por problemas estructurales se propuso la construcción de otra torre de nueva planta cercana a esta. Años después, seguía en el mismo estado de deterioro y, aunque se había presupuestado su reconstrucción, en 1778 se informaba de que "por estar totalmente inútil se debe reedificar, debiendo sostener con su defensa las embarcaciones que ancoran en su rada cargando estas de carbón para la mayor parte de la costa…" Por segunda vez en pocos años, la torre había sido seriamente dañada por el mar y se hacía necesaria su reconstrucción. En las obras, en lugar de reconstruirla de nuevo, tan solo repararon una gran grieta, por lo que en 1805 se arruinó más de lo que estaba. En 1830, el ingeniero Mauricio Rodríguez de Berlanga dijo que estaba inutilizada, ya que se situó con poco cimiento en un terreno muy flojo y muy inmediato al mar. Como resultado del socavamiento, se acabó rebajando media torre, resultando cortada por una sección perpendicular a su base, por lo que se descartó su reconstrucción. Entre 1940 y 1945 la parte de la torre que quedaba en pie fue utilizada por los guerrilleros antifranquistas para ocultar en su almacén, bajo la paja, las armas que recibían. En 1956 aún conservaba gran parte de su cuerpo superior y del terrado, el cobertizo, la puerta de acceso y el frente de tierra. A partir de entonces casi la mitad de la construcción existente a mediados del siglo XX ha ido cayendo al mar.
- Descripción: La torre es de planta circular y tenía dos cuerpos: uno inferior de forma troncocónica que albergaba una estancia con bóveda, a la que se descendía por un escotillón abierto en la clave de la misma. En él se encontraba el almacén de pólvora. El cuerpo superior era cilíndrico y albergaba una cámara con chimenea, destinada a cuarto para los torreros, que debería estar dotada de un tablado en alto para el personal. Sobre su bóveda se encontraba la plaza de armas, una batería donde se situaban las piezas de artillería, rodeada por un parapeto; a ella se subía por unas escaleras embutidas en el muro, cuya boca estaba protegida por un cobertizo en el que había una ladronera para la defensa de la vertical de la puerta de entrada a la torre. A la torre se accedía por un patín -escalera de obra- exento conectado con la puerta elevada por un puente levadizo que salvaba el espacio existente entre ambos a modo de foso. La torre está construida de mampostería revocada y enlucida interior y exteriormente, empleándose el ladrillo para algunas partes, como las bóvedas de las dos plantas y para la del almacenillo de pólvora, y los marcos de puertas y ventanas.
- Grado de protección legal: BIC - Bien de Interés Cultural desde el 29/06/1985
- Estado de conservación: Ruina progresiva. Está visiblemente deteriorada, quedando en pie una estrecha sección que nos permite apreciar su estructura interna.
Iglesia del Sagrario, en Málaga
- Historia: La iglesia de Santa María del Sagrario de Málaga se construye gracias a una bula, que al igual que para la catedral de esta ciudad, se emite en el año 1488, ubicándose en una de las esquinas del Patio de los Naranjos de su anterior Mezquita Mayor. El proyecto ha sido atribuido por distintos autores a arquitectos como Enrique Egas o Juan Guas, siendo su construcción obra de fray Bernardo Manrique de Lara. Sus comienzos fueron difíciles, paralizándose las obras en el año 1525 y acabándose finalmente en el siglo XVIII. Se sabe que justo en esa época, se hubo de derribar el primer edificio por encontrarse en ruinas y se construyó de nuevo. La escalera de acceso fue demolida en 1862 para el paso de Isabel II, volviéndose a construir en los años 1940 por Enrique Mencía. En 2020, durante una serie de sondeos que se estaban llevando en los cimientos del templo, se descubrieron restos paleocristianos, lo que certifica la presencia cristiana en las inmediaciones de la catedral desde muy temprana fecha. En la actualidad la Iglesia pertenece a la diócesis de Málaga.
- Descripción: La iglesia del Sagrario o iglesia de Santa María del Sagrario es un templo situado en la ciudad de Málaga. Es de estilo gótico isabelino y contiene un retablo plateresco. Fue una de las cuatro parroquias erigidas por los Reyes Católicos (junto con la iglesia de san Juan, la iglesia de Santiago y la iglesia de los Santos Mártires). Se encuentra catalogada Bien de Interés Cultural desde 1931. En su interior se encuentra, desde 1944, el ya mencionado retablo plateresco, obra de Juan de Balmaseda, proveniente de la iglesia de San Pedro de Becerril de Campos (Palencia).
- Grado de protección legal: BIC - Bien de Interés Cultural.
- Estado de conservación: El Sagrario pertenece al conjunto catedralicio, siendo el estado de conservación de la Iglesia del Sagrario, de prerruina, por lo que las autoridades eclesiásticas decidieron cerrarla al culto y a las visitas turísticas de forma indefinida, principalmente debido a la aparición de nuevas grietas en la estructura portante, así como por el aumento de tamaño de las fisuras existentes, situación desde el 23 de enero 2020. Se encuentra en situación de equilibrio inestable y en aumento constante del peligro, hasta que no se realice la cimentación total del templo.
Singilia Barba, en Antequera
- Historia: El origen de esta ciudad hispanorromana se remonta a la era neolítica, cuando grupos no establecidos sobre ninguna comarca, buscaron asentarse definitivamente. El actual Cerro del Castillón, en la Depresión Antequerana, poseía un aspecto piramidal, un clima y unas expectativas productivas muy prósperas para un futuro poblamiento. De esta forma, a lo largo del tiempo han vivido distintos moradores en esta zona, llegándose a convertir en un importante oppidum ibérico en el siglo V a.C. Con la llegada de los romanos, la población indígena quedó asimilada. En este momento se adaptaron y reforzaron las antiguas murallas del recinto fortificado y, a partir de época Flavia, se produce una ocupación intensiva de todo el territorio, dando lugar a la gran transformación de la urbe. En época del emperador Vespasiano, se le otorgará a la ciudad la condición de civitas libera dotándola, así, de autonomía legislativa y financiera.
- Descripción: El paisaje de Singilia Barba está formado por amplias extensiones de cereal y colmado con densas manchas de olivar, donde quedaban asentadas las villas rústicas dedicadas a su producción. Actualmente, la mayor parte del yacimiento está enterrado, pero están visibles parte de las gradas superiores del teatro romano. Asimismo, hay restos de sillares por todo el espacio. La ciudad cuenta con calles de gran anchura y aceras porticadas. Su trazado es octogonal, distribuido en manzanas rectangulares de distinto tamaño. El final de la calzada era el foro, punto de reunión de todo ciudadano romano, situado en la zona norte del cerro, sobre una enorme plaza rectangular pavimentada con empedrado irregular.
- Grado de protección legal: BIC - Bien de interés cultural.
- Estado de conservación: El conjunto arqueológico se encuentra en estado total de abandono.
Acueducto de San Telmo, en Málaga
- Historia: Debido al importante incremento de población habido en Málaga a lo largo del siglo XVIII, se vio que las fuentes que suministraban agua a la ciudad eran insuficientes, por lo que el obispo de Málaga, Molina Lario, tomó la iniciativa de encargar y costear la construcción de este acueducto, contando para ello con el concurso del arquitecto Martín de Aldehuela, que realizó el diseño y dirigió las obras, las cuales se desarrollaron entre los años de 1782 y 1784. Se mantuvo en funcionamiento hasta mediados del siglo pasado, cayendo en desuso en años posteriores, usándose en la actualidad menos de la mitad.
- Descripción: Acueducto de once kilómetros de longitud construido para traer agua del río Guadalmedina, en el término municipal de Málaga, hasta la ciudad de Málaga, regando por el camino diferentes terrenos. Está formado por una acequia lineal jalonada por 10 o 12 puentes de 1, 2, 5 y 13 ojos, alcubillas, alcantarillas, etc.
- Grado de protección legal: BIC - Bien de Interés Cultural BOJA 18 de junio de 1985, como Zona Arqueológica Intermitente
- Estado de conservación: El estado de conservación es lamentable, pues tiene puentes rotos, puentes cubiertos por la tierra, puentes deteriorados, cubiertos por la maleza; la acequia cubierta por la tierra, destrozada, deteriorada,; alcubillas, las pocas que quedan, están también en un estado de lamentable deterioro. Tan solo se salva un puente, el llamado de Arroyo Quintana o de los Trece Ojos y el arca principal, que han sido restaurados. El resto está en un estado de tremendo abandono.
Castillo de Montemayor, en Benahavís
- Historia: Se trata de un conjunto militar de época andalusí compuesto por diversos elementos militares de defensa. Su bastión principal es el Castillo de Montemayor, edificado en el siglo X, además de un conjunto de torres musulmanas de la misma época complementarias a la defensa del castillo para evitar las incursiones a la zona de Ronda y el interior. El conjunto tuvo continuidad en la época cristiana hasta el siglo XVIII, excepto el castillo de Montemayor que se abandona en el siglo XVI. Benahavís se sitúa entre montañas, constituyendo un paso importante en el tradicional camino entre Marbella y Ronda. Esta situación estratégica fue lo que propició una densa ocupación en época medieval, ya que la franja costera era muy peligrosa al producirse constantes ataques de piratas norteafricanos. Sin embargo, un kilómetro hacia el interior ofrecía protección así como comunicación tanto hacia el norte como hacia el sur, por lo que hubo un abandono de la zona costera hacia el interior, a lo largo de las vías de comunicación. La fortaleza de Montemayor era el núcleo de la defensa de la región, elevada a unos 6km. de la costa con 570 metros de altura, con un control visual que permitía observar incluso las costas africanas. La primera cita de este castillo procede de Moqadisi, geógrafo del siglo X que lo cita entre una lista de castillos, aunque no es la única vez que se menciona en las fuentes medievales tanto bajo el topónimo de Montemayor como bajo otros nombres, algo muy común en el contexto hispano-musulmán. Se piensa que este castillo tenía en la base de la montaña una alquería fortificada denominada Hisin Ward o Mawror cuya proximidad provoca en muchos casos que se confundan los tres topónimos en las fuentes. La torre medieval de la Romera posiblemente correspondiera con la fortificación de Ward o de Morón y esta alquería junto con otra, a unos 700m., ambas en el camino de acceso natural desde la costa al castillo de Montemayor, completaría su defensa desde el mar. Respecto a su acceso, es probable que existiera un pequeño foso que no solo serviría para dificultar el acceso sino también para el drenaje del agua de lluvia, evitando la inundación de la torre.
- Descripción: Se trata de un conjunto de torres defensivas y un castillo formado, principalmente, por el Castillo de Montemayor. Esta fortificación del siglo X se encuentra a más de 500 metros de altura adaptándose al terreno. Tiene un doble recinto fortificado edificado con mampostería, dos aljibes musulmanes y conserva dos de sus puertas. En este conjunto también hay 4 torres: la Torre de Benamarín, de origen musulmán, que poseía dos plantas, una de ellas actualmente destruida, construida en mampostería. La Torre de la Romera tiene características similares a la anterior, aunque está dividida en dos habitáculos interiores. En cuanto a la Torre de Esteril, es de planta cuadrada y de obra mixta: guijarros y ladrillos. Probablemente tenga su origen en una construcción medieval, aunque la toponimia no la encontramos hasta el siglo XVIII. No obstante, la función y finalidad es la misma que sus hermanas árabes y cristianas, consta de tres cuerpos y el primero es trapezoidal. Por último, la Torre de Tramores se identifica como un despoblado independiente de Benahavís y relacionado con su entorno más próximo. Se encuentra destruida en gran parte debido a agentes naturales y al expolio que ha sufrido, por lo que presenta un estado bastante precario. Sólo se conserva aproximadamente la mitad de la torre de dos cuerpos y mirador. Destaca sus bóvedas sobre pechinas y sus pilares de mampostería en forma de cruz. La caja de la escalera se articula mediante la superposición de bovedillas de ladrillo. El resto del material constructivo y cerámica se esparce por los alrededores hasta el río.
- Grado de protección legal: Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
- Estado de conservación: El estado del conjunto es mediocre, presentando un estado de abandono máximo. El Castillo de Montemayor se encuentra en un estado de conservación bueno aunque su mantenimiento es nulo y se encuentra abandonado. Las torres están desapareciendo a un ritmo vertiginoso, invadidas por la vegetación y el matorral además de la urbanización descontrolada del territorio.
Ciudad romana de Lacipo, en Casares
- Historia: Los restos de la antigua ciudad de Lacipo se encuentran a unos 4 kilómetros de distancia de Casares, sobre un elevado promontorio conocido como Cortijo Alechipe o El Torreón, situado entre las ricas tierras que riegan los ríos Genal y Guadiaro. La ciudad fue fundada probablemente por las comunidades que habitaban el territorio, extraordinariamente influenciadas por el mundo fenicio-púnico, que se reorganizaron ante los intereses imperialistas de Cartago por el control estratégico de este sector de la península en el siglo III. Como ciudad turdetana, debió de tener un templo o santuario dedicado al dios Sol o a la diosa Luna, lo mismo que en época romana tuvo dos altares: uno dedicado a la Juventud y otro a la Fortuna Augusta. De su importancia en época anterromana, nos hablan el propio topónimo, los temas de las monedas que acuñaría en ese periodo, sus murallas y sus esculturas ibéricas. En época romana los historiadores Plinio el Viejo y Pomponio Mela hacen corresponder Lacipo al Convento Jurídico Gaditano, como ciudad tributaria, lo que demuestra su riqueza. Será precisamente bajo la órbita de Roma cuando Lacipo se convierta en una auténtica ciudad, creando su propia ceca de moneda de tradición púnica, y consolidándose en el territorio para acabar conformando un asentamiento que repite en su urbanismo los modelos de origen itálico, provistos de foro y murallas. Las familias que aquí vivieron estaban relacionadas con los grupos de poder existentes en otras importantes ciudades, como Carteia, en la vecina localidad de San Roque. Tras una fase de decadencia en los siglos IV-V, el asentamiento vuelve a poblarse en la sexta y séptima centuria, ubicándose un cementerio de época visigoda sobre los antiguos restos de época clásica. Entre 1975 y 1976 Lacipo fue objeto de excavaciones arqueológicas que sacaron a la luz materiales -hoy depositados en el Museo Arqueológico Provincial de Málaga- que permitieron conocer más a fondo este asentamiento así como su importante papel en el desarrollo histórico del territorio..
- Descripción: El contorno de la ciudad de Lacipo está perfectamente delimitado, siendo la segunda ciudad fenicia que mejor se conserva en España. En la actualidad está rodeado de un bosque mediterráneo, con árboles y arbustos creciendo entre las ruinas. En el yacimiento hay varias estructuras a destacar, entre ellas un conjunto de cisternas a las que llegaba agua desde un acueducto iniciado en Sierra Crestellina y los restos de la muralla, que sobreviven en la parte sur y oeste. Dentro de la población se eleva un ara a la juventud y otro a la fortuna Augusta. En la parte norte se observan dos pequeños torreones de unos 8 metros de diámetro. Asimismo, se pueden apreciar 4 puestos de vigilancia en la cara norte, dos a los lados y dos en la parte sur. En el terreno quedan también restos de alcantarillado y de edificaciones, incluyendo algunos pedazos de pavimento, grabados y pequeñas cámaras abovedadas. Además, el suelo está cubierto de pequeños fragmentos de cerámica y piedra tallada.
- Grado de protección legal: BIC
- Estado de conservación: El yacimiento arqueológico de Lacipo se encuentra en mal estado de conservación. Se ha observado una degradación acelerada en la última década debido al impacto de la ganadería -antes bovina, ahora ovina- y a la proliferación de jabalíes que revuelven las piedras. Además, las excavaciones realizadas a finales del siglo pasado sacaron a la luz partes que habían permanecido enterradas y están sufriendo un rápido deterioro. No existe actualmente ningún tipo de mantenimiento; las plantas y árboles crecen entre los restos arqueológicos, dañándolos seriamente
Castillo de la Villeta, en Monda
- Historia: En el cerro de la Villeta hubo una primera ocupación entre los siglos IX-X, un refugio relacionado con la revuelta de Omar Ibn Hafsún. Tras su derrota por Abderramán III y el período de paz que sucedió, el cerro quedó deshabitado hasta que los almohades, en el siglo XII, regresaron para levantar en él una fortaleza compuesta por dos elementos, un albacar y una celoquia, dotados de torres y murallas. Tras la caída de los almohades y el avance de la frontera cristiana, numerosas fortalezas son reestructuradas durante la época de la dinastía nazarí, con capital en Granada. Entre esas fortalezas se encuentra el castillo de la Villeta. El imparable avance cristiano a finales del siglo XV consiguió la rendición de Ronda, la ciudad más importante del entorno, por lo que decenas de pequeñas poblaciones se rindieron a las tropas invasoras, Monda entre ellas. Tras unos años de ocupación por los militares cristianos, se decidió demoler parte del castillo para evitar posibles levantamientos de la población mudéjar sometida. En 1570 el castillo de la Villeta sufrió daños en el contexto de la revuelta morisca. Desde ese momento y hasta mediados del siglo XX, el castillo de la Villeta y su poblado quedaron abandonados y se utilizaron como campo para el cultivo de almendros y olivos. En los años sesenta del siglo XX un ciudadano alemán, Rudolf Von Elsterman, adquirió el castillo con el sueño de restaurarlo y crear un centro cultural y turístico, pero se encontró con numerosos escollos burocráticos y administrativos que dieron al traste con su sueño. A finales de los años ochenta unos promotores adquirieron los restos del viejo castillo y edificaron el hotel El Castillo de Monda. Durante el siglo XX las ruinas del castillo fueron el lugar de juego de numerosos chiquillos, el lugar de encuentro de amigos y parejas, el espacio donde pasaban la tarde de merendola niños y ancianos, un lugar para la memoria de muchos mondeños.
- Descripción: El castillo de la Villeta se sitúa en Monda (Málaga), sobre un promontorio calizo a más de trescientos metros sobre el nivel del mar. Se trata de una construcción cuyas primeras fases se originan en entre los siglos IX-X, pero que no es hasta el siglo XII cuando los almohades construyan su recinto principal, dotado de dos elementos: albacar al oeste y celoquia al este, con algunas torres y un aljibe. En época nazarí el albacar y la celoquia reciben una importante reestructuración por motivos prácticos. Son los nazaríes quienes también terminen de completar el conjunto pues en la falda norte del cerro donde se asienta el castillo levantaron una muralla de más de trescientos metros con torres y algunos accesos que hoy día se encuentra en un grave estado de conservación. Entre 1989 y 1991, unos promotores extranjeros construyeron el hotel El Castillo de Monda. El castillo de la Villeta se compone de dos elementos principales, el recinto superior y el inferior. El superior, a su vez, se divide en el albacar (en su extremo occidental está el elemento más interesante del conjunto: se trata de dos torres, una poligonal de época almohade, con zócalo de sillarejo y alzado de tapial que conserva parte del antiguo enfoscado donde se aprecia la decoración de cordones de eternidad, y una torre nazarí de planta cuadrangular que la envuelve, que la forra) y en la celoquia, elementos que se vieron muy afectados por la construcción del hotel, así como por el abandono y el descuido durante siglos. En el recinto inferior se encuentran la alquería y la muralla que la envuelve.
- Grado de protección legal: BIC
- Estado de conservación: El estado de los restos emergentes es muy delicado, salvo aquellos que están integrados en la obra del hotel, que presentan mayor solidez y estabilidad. Es de destacar la delicada situación de la torre oeste del albacar, los muros de la cara sur del albacar y la celoquia así como la muralla que envuelve la alquería, que se encuentran en un estado de conservación crítico con amenaza de desplome a corto plazo.
Trapiche del Prado, en Marbella
- Historia: El Trapiche del Prado, edificio fundamental en la historia azucarera de Marbella, fue construido, en 1644, en las faldas de Sierra Blanca, al noreste de la ciudad. Se encuentra en el centro del espacio que delimita la confluencia entre la atajea pública y el camino real, situación estratégica en cuanto a las necesidades de agua y a las comunicaciones con la ciudad y los plantíos. La actividad del Trapiche del Prado como establecimiento industrial pasó por varias etapas y en líneas generales se puede decir que al frente de su explotación figuran personas relacionadas con el estamento eclesiástico y miembros de la oligarquía local. Sus primeros propietarios fueron comerciantes de origen flamenco quienes compran tierras municipales para levantar la fábrica de azúcar en régimen de monopolio y con los privilegios relativos a la utilización de aguas de la atajea pública. En 1688 se produce la incautación del Trapiche por parte del Santo Tribunal de la Inquisición, que lo explotó en régimen de arrendamiento. El análisis de los inventarios efectuados en el Trapiche del Prado con motivo del arrendamiento de 1721 revela la existencia de una tecnología propia del molino de rodillos verticales, molino de tradición americana cuya utilización en España se ciñe a la costa granadina y malagueña. Hasta 1725, el Trapiche del Prado funcionó con dos molinos, uno hidráulico movido por las aguas que llegaban a través de una atajea y otro de mulas. A partir de la segunda mitad del siglo XVIII, se produce el declive de la cultura de la caña por la competencia del azúcar americano. Aún así, el alza de los precios del azúcar, consecuencia de la situación en las colonias, se traduce en la aparición de nuevos ingenios y en la modernización de los antiguos. Siendo precisamente en Marbella, junto a Torrox y Vélez-Málaga, donde se origina el resurgimiento de la actividad cañera entre finales de ese siglo XVIII y principios del XIX. A principios de este último siglo, cuando el trapiche se hallaba prácticamente derruido, lo compró a la Inquisición Enrique Grivegnée, un comerciante de Málaga de ascendencia flamenca, en un intento de relanzar el cultivo y la industria cañera. Junto a la molienda hidráulica, Grivegnée mantuvo la molienda de tracción animal pero sustituyendo las mulas por bueyes. El proyecto de modernización agrícola e industrial fue frustrado nuevamente por los intereses de la oligarquía local. Durante el siglo XIX, la finca tuvo un uso agrícola, mientras el antiguo ingenio azucarero acusaba una ruina total de la que Pascual Madoz, ha dejado constancia: “aún existe, aunque inservible, un gran ingenio de azucares, sirviendo sus tierras en el día para sementeras de todos granos”. Hasta principios del siglo XX no se reanuda en el antiguo Trapiche la actividad industrial, encaminada ahora a la fabricación de vino moscatel y aguardiente, actividad impulsada por Fernando Álvarez Acosta que se ha mantenido hasta los años cincuenta del pasado siglo5. Sin embargo, y pese a que en los años veinte del siglo XIX en el espacio que después será la Colonia Agrícola San Pedro Alcántara se vuelve a plantar caña y a construir un moderno trapiche por iniciativa de Juan Bautista Lesseps. A mediados de siglo la infraestructura industrial de la caña estaba ya totalmente desmantelada y los plantíos, al menos en la zona de Marbella, habían sido sustituidos por el cereal. El edificio se utilizó hasta hace pocos años como cuadra para caballos. La comparación de los actuales restos materiales con la función de los espacios descritos en la documentación del siglo XVIII relativa al mantenimiento del edificio, permite establecer la primitiva morfología del establecimiento en relación al proceso de fabricación de azúcar en la etapa preindustrial y la evolución de la tecnología empleada. A principios del XIX era un establecimiento fabril con tecnología tan avanzada que doblaba la capacidad de las moliendas de los molinos de la costa malagueña. Según un antillano era superior a cualquiera de los establecimientos azucareros de sus islas. Viajeros como William Maclure y Alexandre de Laborde se asombraron de la impresionante factura del edificio que elevaba sus bufardas en la falda de Sierra Blanca.
- Descripción: Desde el punto de vista arquitectónico, aún teniendo en cuenta que el edificio levantado en el siglo XVII estaba casi totalmente arruinado a finales del XVIII y fue casi totalmente reconstruido y ampliado por Enrique Grivegnée entre 1800 y 1808, la estructura que conocemos, al menos debe ocupar parte del edificio original. En la documentación consultada queda claro la existencia de una arquitectura-contenedor de la actividad fabril que genera la caña desde la corta y monda hasta la elaboración del producto. Se trataría pues de un solo inmueble de planta irregular, limitado al oeste por el recinto de ubicación de la rueda hidráulica y el muro que prolonga la atajea y al este por una estructura circular de mampostería, circunvalada por una rampa.
- Grado de protección legal: Incluido en el Catálogo General del Patrimonio Histórico de Andalucía
- Intervenciones: En el año 2009, tras una buena limpieza, la excavación arqueológica puntual realizada identificó los restos tanto de la plataforma como de las dos bancadas de la “molienda de agua”.
- Estado de conservación: En ruina progresiva.
Fortaleza de Bentomiz, en Arenas
- Historia: La fortaleza de Bentomiz se construyó en la época musulmana, aunque es probable que se edificara sobre un castro romano o anterior. Se tienen noticias escritas de ella en las Memorias de Abd Allah, rey zirí de Granada del siglo XI. Su nombre en árabe era Hins Munt Mas. Posteriormente, Ibn al-Jatib la definirá como una de las principales fortalezas de la Kura de Rayya. Todo parece indicar que Benthomiz jugó un papel importante en la revuelta de Umar ibn Hafsun contra el estado Omeya al ser ésta una región en la que existía una abundante población mozárabe. Benthomiz era la cabecera de un distrito administrativo o ta’a en la época del reino nazarí de Granada. Durante este periodo (siglos XIII-XV), esta comarca montañosa floreció económicamente y fue conocida por su rica seda y sus uvas pasas. Fue tomada por los Reyes Católicos en 1487, si bien fue una entrega pactada, por lo que no se libró batalla. Finalizada la guerra de Granada, Benthomiz servirá para controlar una zona de abundante población morisca y demostró su importancia militar cuando se produjo la rebelión de los moriscos de 1570. A partir de ésta fecha, comienza para el castillo un periodo de abandono que lo ha llevado al estado de ruina en el que se encuentra.
- Descripción: El Castillo es una fortaleza situada sobre un monte de 711 metros de altitud en el municipio malagueño de Arenas. Debido a su elevada situación tiene unas vistas impresionantes sobre la Costa del Sol oriental y todo el interior de la comarca de la Axarquía. Se trata de uno de los castillos más grandes de la provincia. Está dividido en dos amplios recintos, el primero de ellos más elevado protegido por gruesos muros que descansan sobre cubos generalmente cuadrados, uno hexagonal, y posee en su interior dos aljibes de una sola nave con bóveda de cañón. El segundo, de mayores dimensiones, bordea la meseta con un grueso muro reforzado por cubos, algunos de éstos conservan aún la merlatura. Alberga también dos grandes aljibes que en su día tuvieron bóvedas de crucería. Han desaparecido las estructuras de las entradas a la fortaleza, tanto la occidental como la oriental. En la actualidad solo se conservan algunos paños de la muralla y aljibes. Tipológicamente puede compararse con las fortalezas de Montemayor, Archidona y Zaila, debido al doble recinto y su asentamiento topográfico de trazado irregular, aunque Bentomiz se diferencia en técnicas y materiales.
- Grado de protección legal: BIC.
- Estado de conservación: Completo abandono. Las inclemencias meteorológicas dañan los restos que aun quedan. Incluso algún particular ha realizado un camino de tierra para que puedan pasar los coches a su interior. Los visitantes suelen dejar sus basuras en la zona.
Convento de Nuestra Señora de la Consolación, Villanueva de Algaidas
- Historia: Fundado el 30 de noviembre de 1566 por el primer duque de Osuna, Pedro Téllez de Girón. La construcción del convento y la instalación de estos religiosos Recoletos de San Francisco de Asís, se enmarca dentro de las políticas de la época para la repoblación de estas zonas durante el siglo XVI. Así la construcción del convento dio origen a la fundación del pueblo de Villanueva de Algaidas. Su principal medio de vida residía en los bosques que circundaban el entorno y con el que surtían de madera a la Marina Española, además del aprovechamiento de la bellota.
- Descripción: El conjunto ha sufrido un grave deterioro tras la Guerra Civil. En la actualidad, pueden contemplarse los muros de la iglesia, de una sola nave, en la que todavía se conservan las pinturas que cubrían los paramentos, y restos de las dependencias del convento ocupadas por la orden de San Francisco. Junto al convento se encuentran dos ermitas rupestres del siglo IX.
- Grado de protección legal: Sin protección específica.
- Estado de conservación: En completa ruina debido al abandono. Diversos elementos han sido expoliados.
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