Sanidad

"Mi madre falleció esperando que le reparasen el colchón antiescaras"

Paco Fernández, vecino malagueño, asegura que se siente “defraudado” y quiere compartir su historia para que no vuelva a ocurrirle a otras familias 

Paco Fernández en la entrada del Hospital Regional donde falleció su madre

Paco Fernández en la entrada del Hospital Regional donde falleció su madre / L.O.

Arancha Tejero

Arancha Tejero

Ana (89 años) padecía Alzheimer y contaba con el máximo grado de dependencia debido a su enfermedad. Desde hacía años, no podía valerse por sí misma y descansaba sobre un colchón antiescaras, un tipo de colchón diseñado específicamente para que las personas que permanecen mucho tiempo en una misma posición no desarrollen úlceras. Sin embargo, el pasado 14 de septiembre, ese colchón, proporcionado por el Servicio Andaluz de Salud (SAS), dejó de funcionar con normalidad y empezó a emitir unos pitidos intermitentes “insoportables”. Sus hijos reportaron la incidencia, pero no fue hasta 74 días más tarde que contactaron con ellos para cambiarlo. Por desgracia, era demasiado tarde, ya que Ana había fallecido hacía un mes. 

Su hijo, Paco Fernández (70 años) asegura que se siente “defraudado” y, aunque sabe que ya no pueden ayudar a su madre, quiere compartir su historia para evitar que este tipo de incidencias vuelvan a repetirse y perjudique a más familias. “Para las personas como mi madre, con un grado de dependencia tan grande, cada mes puede ser el último”, sostiene el vecino de Nueva Málaga, que no comprende que no haya un servicio técnico en la provincia para revisar este tipo de incidencias y se deje pasar tanto tiempo. 

Según relata Paco, el sábado 14 de septiembre de 2024 el colchón empezó a emitir unos pitidos “muy desagradables” que no se podían aguantar. “Lo que hacíamos por la noche era desenchufarlo unos minutos de la red eléctrica a la que estaba conectado, pero al cuarto de hora teníamos que volver a conectarlo porque el colchón se quedaba sin aire”, cuenta el malagueño, que afirma que ese mismo lunes 16, contactó con el Centro de Salud del Puerto de la Torre para pedir que lo arreglasen o lo sustituyesen por uno nuevo.  

“Dos días más tarde, al no tener noticia, volví a llamar, y me dijeron que estaba comunicado, pero que la empresa que llevaba las averías y sustituciones de los colchones estaba ubicada en Sevilla y que, según la empresa, en esos momentos no tenía colchones para sustitución y que iban a esperar hasta tenerlo, porque, si se desplazaban desde Sevilla sin colchón de repuesto y una vez en Málaga se encontraban que el mal funcionamiento no tenía arreglo y requería ser sustituido por otro, habrían hecho un viaje para nada”, relata con indignación.

Demasiado tarde

No fue hasta dos meses y medio después de haber notificado la anomalía (29 de noviembre) cuando llamaron a su hermana para avisarla de que iban a acudir al domicilio para solucionar el problema con el colchón. No obstante, para aquel entonces, su madre había fallecido hacía ya un mes. “Mi madre falleció esperando que le reparasen el colchón antiescaras”, lamenta.

“El día 14 de octubre ingresaron a mi madre en el Hospital Carlos Haya y el 30 de octubre falleció”, comparte el hijo, que cuenta que, justo antes de que su madre empezase a encontrarse indispuesta, estaban pensando ya en comprar ellos mismos un colchón ante la falta de noticias por parte de la empresa o el centro de salud. 

Servicio técnico de mantenimiento

“¿Cómo es posible que no haya un servicio técnico en Málaga y las demás provincias y se tenga que desplazar desde Sevilla?”, se pregunta Paco, que destaca que es muy fácil que cualquier persona (el propio enfermo, familiar o cuidadores) le dé a alguno de los botones con los que cuenta ese tipo de colchón y lo desconfigure sin querer.

“Es incomprensible que no tengan a alguien de mantenimiento”, insiste el vecino malagueño, que no sabe si su madre llegó a sufrir o no durante esos días por culpa del colchón, ya que hacía años que no reconocía a nadie ni daba gestos de alegría o dolor. 

Preguntado por este caso, el Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha explicado que la compra, traslado, custodia, conservación y mantenimiento de los recursos a domicilio para usuarios en situación de dependencia del SAS, como es el caso de los colchones de flotación de aire, se gestiona a través de una empresa con sede social en Sevilla cuyo contrato está vigente hasta 2027.

Aclaran que son recursos que el SAS ofrece en préstamo a estos usuarios, no de prestaciones oficiales, y que la empresa adjudicataria cuenta con almacenes provinciales y equipos en cada uno de estos almacenes que se encargan del traslado y sustitución de este material. “En ningún caso estos recursos son reparados en domicilio, siempre se sustituye por otro material de similares características y en el plazo mínimo de una semana”, afirman. 

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