Renovación en el PSOE de Andalucía

¿Se hará el PSOE de Málaga una foto de unidad como la de Montero y Espadas?

En el socialismo malagueño conviven visiones contrapuestas de cómo se debe buscar el consenso: Pérez piensa en la reelección frente a quienes exigen un cambio

María Jesús  Montero y Juan Espadas, el pasado miércoles en Sevilla en la presentación de la precandidatura de la ministra al liderazgo del PSOE andaluz

María Jesús Montero y Juan Espadas, el pasado miércoles en Sevilla en la presentación de la precandidatura de la ministra al liderazgo del PSOE andaluz / EP

Cristóbal G. Montilla

Cristóbal G. Montilla

La vuelta postnavideña a la rutina ha resultado decisiva para el PSOE en Andalucía. Pedro Sánchez afiló por fin el cuchillo. Y Ferraz ha abierto -y de qué manera- el melón de la renovación en su federación más numerosa del país. El socialismo andaluz ha vivido una semana muy complicada que ha deparado un ‘final feliz’. Hay que remontarse unos cuantos años atrás en el tiempo para asistir a los niveles de consenso que ha generado el desembarco de María Jesús Montero entre ‘familias’ enfrentadas. Desde los últimos ‘espadistas’ hasta los sectores críticos que han brotado dentro del propio oficialismo o ‘susanistas’ muy recalcitrantes han acogido de buen grado la apuesta por la vicepresidenta primera del Gobierno. Es más, en el apoyo a Montero se han puesto de acuerdo hasta las principales corrientes que existen en el dividido PSOE de Málaga. Y, como muestra, vale la excursión improvisada a Sevilla de unos y otros que se produjo para asistir el miércoles por la tarde a la puesta de largo, en la que Espadas le levantó el puño a su previsible sucesora. Es decir, se propició una foto de unidad y la propia Montero quiere que ese espíritu se reproduzca en las distintas provincias cuando en la primavera celebren sus congresos, para evitar primarias fratricidas y esos choques de placas tectónicas que dejan al partido devastado. ¿Se hará una foto como esa el PSOE de Málaga? ¿Emulará Dani Pérez a Espadas y dará un paso al lado?

Las respuesta empezarán a cobrar forma después del congreso regional, que será en Armilla (Granada) el 22 y el 23 de febrero. A partir de entonces, ya habrá movimientos más decididos y algunos pasos que apunten de forma más firme a qué candidatura o candidaturas entrarían en liza.

Hasta el momento, además del deseo de Dani Pérez de continuar, solo flotan en el ambiente comentarios que apuntan a otros dos nombres. En concreto, al parlamentario abonado a posiciones críticas y portavoz adjunto del PSOE andaluz, Josele Aguilar; y a otro miembro de la dirección provincial, el Secretario de Organización y exalcalde de Marbella Pepe Bernal, cabeza visible del sector procedente del ‘susanismo’ que en su momento pactó para dar paso a Dani Pérez.

Eso sí, otro factor a tener en cuenta será el grado de intervencionismo que emplee Montero cuando se formalice su liderazgo regional, y se finiquite el proceso de primarias andaluzas. Habrá que ver si deja que sean los socialistas malagueños quienes se entiendan entre ellos o si orienta ese proceso a la figura de una persona determinada, que no tiene por qué ser uno de estos tres nombres y podría tratarse de otro u otra integrante de la formación progresista.

Visiones contrapuestas

Mientras tanto, en el seno del socialismo malagueño convivirán visiones contrapuestas sobre cómo debe buscarse la unidad y el consenso que ha exigido, con vista a los cónclaves provinciales, la futurible baronesa del PSOE andaluz.

El núcleo duro del secretario general, Dani Pérez, está insistiendo desde que Montero dio la consigna en ese mensaje de unidad, pero sin hacer concesiones a la autocrítica y esquivando el escenario en el que el líder provincial aparece en una posición de debilidad. Sobre todo, después de que el gran valedor de Pérez -o sea, Juan Espadas- haya dado un paso al lado. Sin embargo, minutos después de hacerse pública la renuncia del exalcalde de Sevilla, el entorno del líder provincial no dudó en recordar que Pérez es el socialista malagueño que tiene una relación directa con Montero porque fue delegado provincial de Salud de la Junta a las órdenes de ella, en la etapa de la sevillana como consejera en materia sanitaria. Y otra de las claves esgrimidas fue que los sectores críticos que exigen la salida de Dani Pérez tienen entre sus apoyos a exponentes que no respaldan a Montero. Y para argumentarlo se remiten al manifiesto que suscribieron contra Espadas y Pérez del movimiento ‘Reconstrucción PSOE-A’, impulsado por el otro precandidato de las vigentes primarias andaluzas, Luis Ángel Hierro.

A su vuelta de Sevilla, Pérez también deslizó como en otras ocasiones su intención de optar a la reelección como pope orgánico. Y, además, puso su gestión como ejemplo de integración de las distintas sensibilidades, cuando lo que precisamente se le está reprochando es que el PSOE de Málaga ha dejado de ser un espacio «participativo» y ha pasado a ser «excluyente» para quienes no son afines al líder provincial. Incluso, el también candidato a la alcaldía de Málaga aseguró que se ha alcanzado en sus tres años como ‘jefe’ «el consenso máximo»

La expresión no ha sentado nada bien en sectores críticos que están dispuestos a construir una alternativa y defienden que a día de hoy «hay una pulsión de cambio». Fuentes consultadas sostienen que «ahora mismo, en el PSOE de Málaga el mayor consenso que existe es sobre la necesidad de que Dani Pérez haga como Juan Espadas y dé un paso al lado».

En el PSOE de Málaga el mayor consenso que existe es sobre la necesidad de que Dani Pérez haga como Juan Espadas y dé un paso al lado

«Si había razones para el cambio en Andalucía, más razones aún hay en Málaga, Dani Pérez debería demostrar la misma altura de miras que le ha agradecido a Espadas; si se quiere acabar con la hegemonía del PP en la provincia, antes hay que cambiar el PSOE de Málaga», enfatizaron fuentes consultadas sin renunciar a «la voluntad de unidad y de salir fortalecidos siempre y cuando se haga en torno a un nuevo proyecto ganador», como habría pasado con María Jesús Montero.

A su vez, existen otras voces con bastante recorrido dentro del partido que le recuerdan a Pérez que está mandando con «votos prestados» por las otras familias influyentes del PSOE malagueño. Lo contextualizan explicando que, cuando Espadas dio la orden para que él fuera el nuevo secretario general, Pérez no contaba con la mayoría de apoyos necesarios.

De hecho, en la provincia de Málaga el ‘susanismo’ le ganó -aunque de forma ajustada- al ‘espadismo’ en las primarias andaluzas. Y de esto se desprende que, pese a contar con bastantes apoyos como para optar a la reelección, el entonces secretario general que ha continuado como parlamentario andaluz y es portavoz en Antequera, José Luis Ruiz Espejo, dio un paso al lado para que entrara Pérez y así facilitar desde dentro la etapa de renovación que se abría en el PSOE andaluz, al igual que ahora sucede con Montero. «No se trata de un quitate tú para ponerme yo, lo lógico es que Dani Pérez haga lo mismo que Espadas por el bien del partido y participe en la renovación», añaden estas otras fuentes.

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