Educación

La batalla de dos profes de Málaga contra la ‘violencia estética’

La Junta de Andalucía ha reconocido con el premio Rosa Regás la guía creada por Francisca Escorza y Sergio Padial que pretende dar herramientas a los docentes ante los problemas por la excesiva preocupación del alumnado por la estética y la belleza

Sergio Padial y Francisca Escorza, autores de la guía contra la violencia estética.

Sergio Padial y Francisca Escorza, autores de la guía contra la violencia estética. / L. O.

Susana Fernández

Susana Fernández

Niñas de seis años con uñas de gel del tamaño de las de Rosalía o adolescentes que ‘estrenan’ pómulos o labios para la graduación de Bachillerato. Son casos cada vez más frecuentes en las aulas. El canon de belleza del siglo XXI impone un desmesurado culto al cuerpo y el bombardeo de las redes sociales con fotos irreales a través de filtros es continuo. Una presión que lleva a las menores -y también a los chicos- a ejercer ‘violencia estética’ contra su propio cuerpo para encajar en los cánones imperantes.

Este es el punto de partida que ha llevado a dos docentes de Málaga, Francisca Escorza Doblas y Sergio Padial Fajardo, a crear la guía de intervención didáctica ‘La violencia estética en edad escolar’ para que en los centros educativos se cuente con recursos para abordar esta temática. Una herramienta que la Junta de Andalucía ha valorado otorgándole el premio Rosa Regás.

«La guía tiene un foco muy claro que es la violencia estética que sufrimos todas las personas, pero que para los alumnos y alumnas puede llegar a ser mucho más perjudicial que para un adulto», comenta Sergio Padial.

Este docente del CEIP Maestra Virginia Gaitán de Torremolinos confirma que las situaciones que antes eran propias de los institutos o la Universidad, ahora están llegando a los centros de Primaria. Y pone el ejemplo de una niña en edad de aprender a escribir que no puede coger el lápiz por el tamaño de sus uñas de gel. «Si en 1º de Primaria ya vemos esto, en 2º de la ESO quieren hacerse intervenciones quirúrgicas», advierte.

La guía que han elaborado estos profesores aborda los problemas que puede conllevar esta excesiva preocupación por la estética y la belleza, que en los casos más extremos se manifiesta con trastornos como la anorexia o la bulimia.

«Es normal en la adolescencia el querer gustar, pero se está potenciando tantísimo lo irreal y que lo perfecto es la artificialidad que eso es lo que queremos trabajar», explica Francisca Escorza, del IES Los Manantiales.

La insatisfacción corporal

Pero, ¿qué pueden hacer los docentes? Lo primero es conocer el problema. Por ello, la guía ‘La violencia estética en edad escolar’ comienza explicando la situación y con un glosario de términos, muchos desconocidos por los adultos pero que los jóvenes manejan. Sobre todo son palabras relacionadas con los trastornos alimentarios como ‘potomanía’ o ‘sadorexia’.

También describen el concepto de ‘insatisfacción corporal’ (IC) como un elemento socialmente aceptado y un posible primer paso para un trastorno de la conducta alimentaria. Y se aborda la ‘gordofobia’, descrita como «el odio, rechazo y violencia que sufren las personas gordas por el hecho de ser gordas».

«La guía ofrece una cantidad de recursos no sólo para las personas que controlan esta temática, sino para profesorado que a lo mejor no la ha trabajado nunca o no la conoce de lleno», detalla Sergio Padial.

Hay un apartado también para el ‘giro masculino’, teniendo en cuenta que el problema de la violencia estética no afecta ya sólo a las chicas, aunque éstas representen el 90%.

«Los niños siempre habían estado un poco al margen pero ahora, con el tema de las redes, se ven afectados. Las chicas es por ser perfectas, ser objeto de deseo, y los chicos buscan el hombre viril, el cachas», describe Escorza.

Los docentes, con alumnado de Primaria en el CEIP Maestra Virginia Gaitán.

Los docentes, con alumnado de Primaria en el CEIP Maestra Virginia Gaitán. / L. O.

Dinámicas en clase

La parte activa de esta novedosa guía es la que recoge dinámicas para realizar en clase y trabajar el autoconcepto, la autoestima, la aceptación corporal o plantear alternativas al actual modelo estético, entre otras. Actividades dirigidas a alumnado de Secundaria y Bachillerato pero que pueden adaptarse a Primaria.

Sus autores destacan que se trata de una «guía viva» y que los profesores que la trabajen pueden aportar más dinámicas y propuestas. «No queremos que sea un trabajo para que nos dé premios, sino un documento que te lo lleves, lo subrayes, que realmente se use. El profesorado está muy contento porque le da unas dinámicas muy variadas», afirma Sergio Padial. La guía lleva distribuyéndose desde el curso pasado.

Por su parte, Francisca Escorza advierte de que, al hablar de estos temas, hay que tener cuidado si se sospecha que en clase puede haber algún caso de trastorno de la conducta alimentaria.

En cuanto a las señales de alarma que pueden indicar un problema grave, la docente llama a las familias a estar alerta pero describe actitudes que pueden verse en clase como la apatía, la tristeza, comentarios muy autocríticos o el aislamiento.

Más medidas de protección

Los docentes subrayan que la ‘violencia estética’ es un problema que incumbe a toda la sociedad, desde las familias, a los centros educativos y a las administraciones públicas, y piden más regulación. Así, llaman a tomar medidas como impedir el uso de filtros en las redes sociales sin especificarlo, como ya han hecho Noruega y Reino Unido: «Pedimos más medidas de protección para nuestra infancia y adolescencia».

Los docentes que quieran trabajar con esta guía en sus clases pueden encontrarla en las redes sociales de Francisca y Sergio o contactando con ellos. Además, la Junta la colgará próximamente en la web de la Consejería de Desarrollo Educativo y FP al haber recibido el premio Rosa Regás.

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