Sanidad
El 81% de las víctimas de suicidio en Málaga son hombres: “Sufren sin pedir ayuda por miedo o estigma social”
El psicólogo Miguel Guerrero defiende la necesidad de dedicar más esfuerzos a investigar las causas de este fenómeno, conocido como ‘paradoja de género’, y diseñar acciones específicas para prevenirlo

En 2023, fallecieron 4.116 personas por suicidio / L.O.
El suicidio se mantiene como la principal causa de muerte externa en Málaga. Según los datos provisionales del Instituto Nacional de Estadística (INE), durante los primeros seis meses de 2024, un total de 64 personas se quitaron la vida en la provincia. Una cifra “terrible” según el psicólogo Miguel Guerrero, que defiende que el suicidio debería ser entendido como un indicador de fracaso social.
“Son personas que con su acto comunican en parte el desamparo, soledad, sufrimiento, angustia, aislamiento, dolor o rechazo que han vivido y no han podido escapar de él”, afirma el coordinador de la Unidad de salud mental de Marbella en el Hospital Universitario Virgen de la Victoria y responsable de la Unidad de Prevención e Intervención en Conducta Suicida UPII Cicerón, que, aunque reconoce que en Málaga se están haciendo “muchas cosas bien” en materia de prevención del sucidio, asegura que se necesita una mayor cohesión, un fuerte liderazgo, coordinación y un plan provincial que permita recursos humanos y económicos suficientes para desarrollarlo. “Podemos hacerlo mejor”, insiste.
Uno de los aspectos a los que precisamente habría que dedicar una mayor atención es a la notable diferencia de género que existe dentro de las muertes por suicidio. Según los datos publicados el pasado diciembre por el INE, de las 64 muertes registradas durante el primer semestre de 2024 en la provincia, 52 fueron varones, es decir, el 81,25%. Esta brecha de género queda también reflejada en los datos de 2023, cuando hubo 163 suicidios, de los cuales 117 fueron de hombres y 46 de mujeres.
'Paradoja de género'
No obstante, Guerrero aclara que esta realidad no es nueva ni se circunscribe solo a la provincia, sino que se da en toda España y resto de países del mundo, con escasas excepciones. En este sentido, recuerda que la Organización Mundial de la Salud (OMS) cifra en torno al 75-80% del total de las muertes registradas por suicidio llevadas a cabo por hombres de todas las edades. A este fenómeno se le conoce como ‘paradoja de género’, un concepto que, aunque cada vez acumula más conocimiento, “aún estamos lejos de dar una explicación definitiva”, confiesa el especialista.
Pese a ello, sí que hay algunos factores que ya se saben, como que los hombres manifiestan una mayor intencionalidad suicida, utilizan métodos más letales (ahorcamiento, precipitación, arma de fuego) y demuestran una baja necesidad percibida, es decir, “creer que pueden solos”. Otro de los motivos, según Guerrero, es que "sufren sin pedir ayuda por miedo o estigma social”, tienen mayor consumo de alcohol, estilos de afrontamiento "más ineficaces" ante las adversidades y las pérdidas, y encuentran más barreras asistenciales.
Valores culturales asociados a la masculinidad
Sin embargo, para el profesional lo más interesante sería conocer qué valores culturales ligados a la masculinidad influyen en estos aspectos. “Existen mandatos patriarcales, patrones de socialización de género, presiones evolutivas y normas culturales que afectan a los hombres y que condicionan nuestra forma de manifestar el malestar, pedir ayuda informal o profesional y gestionar el sufrimiento, llegando a quedar atrapados en el mismo”, explica Guerrero, que considera “fundamental” investigar sobre estos aspectos y conocer, exactamente, cómo la influencia de normas sociales, culturales y estos mandatos patriarcales afectan al fenómeno suicida.

El 60% de los usuarios del teléfono del suicidio son mujeres. / EFE
De hecho, según explica el experto, estos valores culturales asociados a la masculinidad influyen “más de lo que hasta ahora se había considerado". En ese sentido, señala que hubo una primera generación de teorías que apuntaban exclusivamente al individuo. “Al hombre y su agresividad, impulsividad o violencia, a que no sabemos afrontar las pérdidas, a que bebemos más alcohol”, detalla. En un segundo momento, se apostó por las teorías que indicaban que el hombre muestra más intencionalidad o determinación ante el suicidio, que usaban métodos más letales y, por tanto, las posibilidades de rescate eran mínimas.
“Y de unos años hacia la actualidad se abordan más cuestiones ligadas a la cultura y la masculinidad”, cuenta Guerrero, que defiende que, si se quiere comprender y, sobre todo, prevenir muertes por suicidio, “es indudable que debemos aplicar esta mirada de género” y conocer mejor este fenómeno para poder diseñar y poner en marcha “acciones eficaces” para evitar muertes.
Perspectiva de género
“En cualquier problema de salud u otro problema social (cáncer, dolor crónico, tabaquismo o violencia de género) se ha aplicado esta perspectiva de género y con razón. La prevención del suicidio también debe hacer esta reflexión, solo que, en este caso, aplicado al varón”, argumenta el psicólogo clínico.
Otro factor que es importante estudiar, según Guerrero, es por qué las mujeres llevan a cabo más intentos de sucidio. “Las mujeres son las que soportan una proporción de 3:1 en relación al hombre. Son dos poblaciones superpuestas pero diferentes (personas que fallecen por suicidio vs personas que realizan intentos de suicidio) pero, a veces, las pensamos como iguales y esto es un error”, destaca.
La edad, factor de riesgo
La edad es otro de los grandes factores de riesgo dentro del suicidio. “La mayor tasa relativa de suicidios consumados la soportan las personas mayores de 70 años, donde llegan a estimarse 46/100.000 habitantes cuando la media nacional es de 8,5/100.000”, apunta el experto, que asegura que le “preocupa e incomoda mucho” la invisibilidad de este fenómeno en las personas mayores.
A nivel nacional, durante el año 2023 fallecieron 4.116 personas por suicidio, esto supone una reducción del 2,6% respecto al año anterior. “Todos descenso es reconfortante porque son 111 vidas humanas que no hemos perdido como sociedad”, sostiene Guerrero, que hace hincapié en que, pese a ello, “no hacemos lo suficiente ni necesario aún para acometer una reducción mucho más significativa de muertes y conseguir reducir la tasa de mortalidad de suicidio en nuestro país”.
“La distribución del suicidio no es homogénea dentro de la provincia Málaga”
Dentro de la provincia de Málaga, es importante también no olvidar las grandes diferencias de cifras que existen según el territorio. “La distribución del suicidio no es homogénea dentro de la provincia Málaga”, subraya el psicólogo Miguel Guerrero, que recuerda que Antequera y su comarca es la zona que soporta las mayores tasas de suicidios, llegando incluso a triplicar la media nacional.
“Las diferencias culturales arraigadas, el ámbito rural, el menor acceso a recursos sanitarios y los indicadores de pobreza juegan un papel determinante. No es lo mismo Málaga capital o la Costa del Sol Occidental que la Axarquía, Serranía de Ronda o Valle de Guadalhorce”, advierte el psicólogo clínico, que advierte que en algunos municipios de la Costa del Sol, como Mijas, Marbella, Estepona y en algunos barrios de la capital están aumentando las tasas de suicidio.
“Detrás de estos incrementos debemos pensar en el aumento de las desigualdades sociales y económicas, las dificultades de acceso y mantenimiento de una vivienda, la explotación laboral del sector turístico, el encarecimiento del coste de vida, mayor consumo de drogas, entre otros”, reflexiona el experto, que apunta también como causante a la infradotación de recursos sanitarios de salud mental y la escasez de políticas de protección social al respecto.
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