Salud

Así funciona el ‘lavaplatos’ cerebral

Dormir es «como encender el lavavajillas antes de acostarse y despertarse con el cerebro limpio». Así describen científicos el sistema que, mientras dormimos, elimina desechos del cerebro que, de acumularse, provocarían alzhéimer y párkinson. Este «lavado de cerebro» decae al hacernos viejos

Dormir es «como encender el lavavajillas antes de acostarse y despertarse con el cerebro limpio»

Dormir es «como encender el lavavajillas antes de acostarse y despertarse con el cerebro limpio» / L. O.

Rafa López

Dormir bien impide que nuestros cerebros se «ensucien» y envejezcan antes de tiempo. Recientes estudios han descrito cómo funciona el sistema de «lavado de cerebro» que permite levantarnos despejados y evitar enfermedades como el alzhéimer y el párkinson. «Es como encender el lavavajillas antes de acostarse y despertarse con el cerebro limpio», dice el científico danés Maiken Nedergaard, que en 2012 descubrió la vía glinfática cerebral, un sistema de conductos del cerebro similar al sistema linfático del cuerpo –pero sin ganglios– que a base de líquido, y en conjunción con los vasos sanguíneos, drena los residuos metabólicos del cerebro.

La eliminación deficiente de esta «basura» química en el cerebro envejecido es característica del alzhéimer, dolencia en la que se acumulan las proteínas beta amiloide y tau; y el párkinson, en la que se forman agregados de otra proteína, la alfa-sinucleína.

El «lavavajillas cerebral» se activa mediante ciertas neuronas durante el sueño no REM, un tipo de sueño profundo en el que no se produce el movimiento ocular rápido al que aluden, en inglés, las siglas REM. Durante este tipo de sueño, los científicos observaron oscilaciones en el volumen de sangre cerebral. Al rastrear el flujo de líquido cefalorraquídeo, vieron que estaba mediado por la noradrenalina (también llamada norepinefrina), una hormona y neurotransmisor que actúa como una bomba, generando detoxificación.

«Demostramos que las oscilaciones en la noradrenalina y el volumen sanguíneo cerebral son las piezas que faltaban que vinculan el sueño no REM con la eliminación de desechos del cerebro», señala en la red social X Natalie Hauglund, primera autora del estudio publicado el 8 de enero en Cell y que firma también Maiken Nedergaard, ambos del Centro de Neuromedicina Traslacional de la Universidad de Copenhague.

Interrupción del sueño

Esta eliminación de residuos influye en la salud cerebral durante el envejecimiento, según confirma otro trabajo reciente, publicado en Neuron por Li-Feng Jiang-Xie y otros investigadores del Centro de Inmunología Cerebral y Glía de la Universidad de Washington en San Luis (EEUU). Conforme nos hacemos mayores, el sueño se interrumpe con mayor frecuencia, tenemos más despertares, menos actividad neuronal sincronizada y menos sueño profundo no REM de ondas lentas.

La acumulación de beta-amiloide y tau provoca, a su vez, alteraciones del sueño y desregulación del ritmo circadiano, según apunta el cardiólogo e investigador estadounidense Eric Topol en su blog de Substack: «La reducción del sueño no REM se ha relacionado con el riesgo de padecer alzhéimer en etapa temprana. Esto parece ser bidireccional y crea un círculo vicioso, ya que la disminución del sueño conduce a la producción de más proteínas tóxicas, y estas proteínas tóxicas interfieren en el sueño». Topol resalta una cita de Michael A. Grandner y Fabian-Xosé Fernández, dos investigadores en el campo del sueño: «Nuestra necesidad de dormir es paralela a la de aire, comida y agua».

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