Sanidad

Fuga de enfermeras malagueñas: “Me gustaría volver, pero no lo veo probable”

Cinco jóvenes enfermeras comparten su experiencia después de haberse marchado de Málaga en busca de mejores condiciones laborales

De izq. a dcha. Yolanda Sánchez, Cristina Verdugo, Marina Martín y Cristina

De izq. a dcha. Yolanda Sánchez, Cristina Verdugo, Marina Martín y Cristina / L.O.

Arancha Tejero

Arancha Tejero

Yolanda Sánchez (24 años) no había ni terminado la carrera y ya tenía tres ofertas para trabajar de enfermera en Madrid, Barcelona o Bilbao. Entre sus planes iniciales no estaba marcharse de Málaga, pero, tras intentarlo durante un tiempo en vano, comprendió que no le quedaba otra opción. 

“Yo no me quiero ir de mi casa, pero me tengo que ir por las circunstancias”, comparte Yolanda, que asegura que le dio mucha pena tener que irse y que le hubiese encantado poder quedarse trabajando en Málaga. “He tenido que venirme a Madrid y yo sé que hasta dentro de un par de años no voy a tener posibilidad de volverme, principalmente, porque no aparezco ni en bolsa”, cuenta a La Opinión de Málaga.

Como Yolanda, son muchas enfermeras malagueñas las que cada año deciden hacer las maletas y marcharse fuera en busca de mejores condiciones laborales. En concreto, el pasado 2024, un total de 262 profesionales pidieron la baja por traslado ante la falta de oportunidades en la provincia, según los datos facilitados por el Colegio de Enfermería de Málaga, que evidencian que Madrid y Barcelona son los principales destinos de migración. En el caso de Yolanda, se fue a la capital con un contrato de verano de tres meses, pero nada más terminar lo enlazó con otro de un mes y ahora con una baja. “Era terminar una mañana y ya a las dos horas por la tarde me estaban llamando", explica. 

Mallorca, mejores condiciones económicas

Lola Moll también sabe lo duro que es tener que irse en contra de su voluntad para poder ejercer su profesión. “Al acabar la carrera, te planteas cuáles son las ofertas de trabajo en Andalucía y son inexistentes”, lamenta la malagueña, que, tras finalizar el grado en 2023 y comprobar que “ni siquiera te daban la oportunidad de poder empezar”, decidió mudarse a Mallorca donde ofrecían mejores condiciones económicas y contratos más duraderos. 

De hecho, a día de hoy lleva nueve meses en el mismo centro y afirma estar “muy tranquila”. De manera que, aunque le gustaría volverse, ahora mismo no se lo plantea y solo lo haría si cambiase mucho el escenario, lo cual no ve muy probable que ocurra. “Me llamaron para trabajar 15 días en el Hospital Clínico, pero no me suponía lo suficiente para volverme a Málaga”, añade. 

En su caso, además, conoce muy bien cuál es la situación de la profesión en la provincia, ya que sus dos padres son enfermeros. “Mi padre está a punto de jubilarse y este último diciembre hemos cobrado básicamente lo mismo y ellos están desbordados”, relata Lola, que tiene muy claro que no está dispuesta a regresar a Málaga dentro de unos años para encontrarse “sin ningún tipo de contrato ni de estabilidad”.

Barcelona, más estabilidad

Un contrato de 15 días, en un centro sanitario alejado de su casa y con jornadas interminables, fue, precisamente, la gota que colmó el vaso para Cristina del Carmen Verdugo (24 años), que decidió mudarse a Barcelona en busca de mejores condiciones y una estabilidad a largo plazo. Una decisión que no fue nada fácil (puesto que es hija única y nunca se había ido de casa), pero de la que tampoco se arrepiente.

Una enfermera administrando una vacuna

Una enfermera administrando una vacuna / L.O.

“Me gustaría volver, porque, al final, es tu tierra y la familia tira mucho, pero no lo veo probable”, confiesa la malagueña, que ahora mismo tampoco se plantea regresar a Málaga, ya que en Barcelona está a punto de convertirse en interina, lo que implica que podrá quedarse en un mismo servicio, con los mismos compañeros y, sobre todo, con buenas condiciones. “Simplemente por el hecho de que me dan vacaciones, yo es que no me planteo venirme”, subraya.

En definitiva, un panorama muy diferente al que se encontró en Málaga tras acabar la carrera. “Nos contrataron a todos tres meses, después estuvimos en paro octubre y noviembre y luego nos volvieron a llamar para un contrato de 15 días en diciembre, y, aunque era en Antequera y solo 0,3 puntos, acepté porque esa puede ser la diferencia de que llamen a uno antes que a ti”, rememora Cristina, que asegura que entraba a las tres de la tarde y salía a las ocho de la mañana del día siguiente.

Elegir servicio y turno

Eran 17 horas de turno y, sin dormir, cógete un coche, conduce 40 minutos de Antequera para Málaga y todo eso por 0,3 puntos. Y cuando me vi en esa situación decidí que esto se acaba ahí. Así que, nada más que acabé el máster en junio, cogí y me fui para Barcelona”, describe Cristina, que remarca que no le costó apenas esfuerzo encontrar trabajo fuera. “Fue tan fácil como recibir una llamada, que me preguntaran qué servicio y qué turno quería, y me dijeron incluso que si podía venirme un poco antes”, resume la enfermera, que considera que en Málaga “no se está valorando al personal”. 

Marina Martín (25 años) es otra de las muchas enfermeras que tomó la decisión de emigrar nada más graduarse. En su caso, esperó unas semanas, pero al ver que el teléfono no sonaba para los habituales contratos de verano, decidió, junto a otros 15 compañeros de promoción, poner rumbo a Barcelona. “Echamos currículum un jueves y el viernes ya nos llamaron”, comenta Marina, que ya lleva un año y medio en Cataluña, donde no ha dejado de trabajar en ningún momento. 

“La verdad es que hay bastante continuidad”, apunta la malagueña, que resalta que este año han llegado muchos más recién graduados de Málaga. “En mi hospital prácticamente el 40% somos andaluces”, recalca Marina, que insiste en que “no faltan enfermeras, faltan contratos en condiciones”. 

Madrid, principal destino

Otro ejemplo es Cristina (24 años), que también decidió marcharse nada más terminar la carrera para poder coger experiencia, puesto que en Málaga veía que no iba a ser posible. “Me puse disponible en Antequera, en Ronda, en Marbellapero no llamaban y hablaba con gente que tenía más puntos y experiencia, que tampoco les llamaban y aspiraban a contratos de dos meses”, cuenta Cristina, que señala que el mismo día que echó los papeles para trabajar en Madrid la contrataron. Asimismo, coincide en que las condiciones son bastante mejores, sobre todo, a nivel de durabilidad

“No es estar cada semana en un lado y, también, sabes que vas a trabajar durante el curso, no solo en verano y Navidad, concluye la joven enfermera que, destaca que, en su caso, aunque ya estaba cubriendo una baja, la han llamado para ofrecerle una mejor oferta y entrar en una comisión de servicio. “Y eso que yo tengo poquísimos puntos y llevo solo cinco meses trabajados en la pública”, agrega. 

Cristina, al igual que sus otras cuatro compañeras, siempre se visualizó trabajando en su ciudad natal. Sin embargo, la falta de oportunidades y las ganas de trabajar las llevaron hasta otras provincias y comunidades, donde la mayoría tienen intención de quedarse, si no mejora notablemente la situación en Málaga. 

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