Curiosidades

Estos son los gentilicios más curiosos de Málaga y su historia

Muchos de los gentilicios de la provincia de Málaga provienen de una curiosa historia y no del propio nombre del pueblo

Vista del Arroyo de la Miel

Vista del Arroyo de la Miel / Javier Lerena

Jazmine García

Málaga derrocha historia por todos sus rincones. Y así lo demuestra los gentilicios que ostentan muchos de sus pueblos. Nombres curiosos, llamativos, culturales, algunos, hasta graciosos. Nombres arraigados de personas, tradiciones, sucesos o por costumbre. Usamos los gentilicios a diario. Cuando vives en un pueblo que no es el tuyo, normalmente tu apodo pasa a ser el gentilicio de tu pueblo natural. “Ahí viene el morisco”, dicen los vecinos de Coín llamando a uno de Casarabonela. Pero, ¿sabemos en realidad la razón y la historia que existe detrás de esos gentilicios? 

Pecheros

Los “pecheros” viven en Alozaina. Uno de los municipios que dan forma al paraíso natural Sierra de las Nieves. Algunos aseguran que Alozaina significa Lugar Sano y Templado, otros, Pequeña fortaleza por la atalaya que construyeron los musulmanes, y algunos, como derivado de un nombre de mujer, el femenino de Husein el bueno, por lo que la llaman La Buena, según la información compartida por la página de su ayuntamiento.

Se encuentra a 52 kilómetros de Málaga Capital y a este pueblo le dan vida 2.130 pecheros, según el Instituto Nacional de Estadística.

Alozaina

Vista de Alozaina / Javier Lerena

Pero, ¿por qué “pecheros”? Cuando Alozaina cae durante la reconquista de los Reyes Católicos, fue repoblada por poblaciones que llegaron desde lejos y por aquellos que se quedaron y que no habían participado en las revueltas. Todos poseían bienes por los que tendrían que pagar el pecho o tributo. Con la palabra pechero se refieren a aquellas personas vasallas de la Corona que no eran nobles, y por lo cual, debían pagar, no estaban exentos de tributos. El término “pechero” se atribuyó a las personas de Alozaina porque eran fieles en los pagos, según informa su ayuntamiento. 

Perotes

Álora, municipio que posee costumbres y monumentos de la prehistoria, de los romanos y de los árabes. Si sus paredes hablaran sabrían varios dialectos. Fue un pueblo íbero y también romano, fue arrasado por los visigodos en el siglo V, y árabe, hasta la reconquista cristiana. Cuestas empinadas interminables y buena gente por doquier. 

Álora está compuesta por 13.570 “perotes”, según el Instituto Nacional de Estadística. A 40 kilómetros de la capital malagueña, es un pueblo que compone el valle del GuadalhorceAunque su gentilicio también sea Aloreño/a, el más característico es “perote” y viene de una historia sencilla y clara: su primer regidor se llamaba Don Pero. De ahí procede también el nombre de la zona: “La Perosía”, según informa ciudad con alma.

Moriscos

“Moriscos”, así se llaman los que nacieron en el municipio de Casarabonela. De origen romano y restos prehistóricos. Casarabonela está situada en las faldas de sierra Prieta y es otro de los pueblos que dan forma a Sierra de las Nieves. Cuenta con 2.758 habitantes, según el Instituto Nacional de Estadística y se encuentra a 47 kilómetros de la capital.

Los árabes que conquistaron esta villa la bautizaron como “Qasr Bunayra”, que en castellano significa «castillo de Bonela», en referencia a la fortaleza que hay en el lugar. Para facilitar la pronunciación del nombre tras la invasión y conquista cristiana, la llamaron Casarabonela, según datos de su ayuntamiento.

Casarabonela.

Vista de Casarabonela. / La Opinión

La historia de su gentilicio es a causa de la gran huella musulmana que causaron los árabes en este municipio. El pueblo, que fue fundado en un inicio por los íberos, más adelante habitada por romanos y visigodos, pero lo que de verdad marcó este territorio fueron los árabes.

Tras la Reconquista en 1.485, Casarabonela pasó a formar parte de los dominios cristianos, pero los “moriscos”, descendientes de los musulmanes que permanecieron en la región, continuaron siendo una parte fundamental de la comunidad hasta su expulsión definitiva en 1609. De ahí que se le denomine “Moriscos”

Panochos

“Panochos”, este es el gentilicio de las personas de Istán. Al igual que Casarabonela, Istán lleva en sus pies huellas árabes. Municipio situado en la Sierra de las Nieves, a 78 kilómetros de la costa del sol y con 1.622 habitantes, según el Instituto Nacional de Estadística.

Vehículos transitan por el tramo de carretera de Istán en el que la Junta actuará | L.O.

Entrada al municipio de Istán. / L. O.

Cuando las tropas musulmanas fueron derrotadas en 1.569 se produjo un despoblamiento de la zona. Esta bajada de población la solucionó Felipe II tres años más tarde con cristianos viejos procedentes de Murcia y Extremadura. Por ese motivo, los naturales de Istán son conocidos como  “panochos”, ya que muchos de los nuevos vecinos provenían de Murcia ya que en esta región se denominan 'panochos' a los originarios de la huerta, según informa su ayuntamiento.

Chichilindris y torruscos

“Chichilindris” son los nacidos en Arroyo de la Miel, un enclave que pertenece a Benalmádena. Con 52.061 habitantes, según el Instituto Nacional de Estadística. Esta zona costera se encuentra a 20 kilómetros de la capital. 

Hace mucho tiempo atrás, en los años sesenta existía una rivalidad clara entre los “torruscos” (de Benalmádena pueblo) y los “chichilindris” (de Arroyo de la Miel). Era tan grande su rivalidad que en cada partido disputado en Benalmádena Pueblo acababan a pedradas.

Por este motivo, los de abajo comenzaron a llamar a los de arriba “torruscos”  por su carácter bruto, y los de arriba “chichilindris" a los de abajo por su hipotético carácter débil. Pero en la actualidad, esto queda en anécdota y no existe esa vieja rivalidad que había antes. A fin de cuentas, todos viven en el mismo sitio. 

Otros gentilicios

En Málaga, a parte de estos gentilicios con historias, existen otros que provienen de la raíz de los nombres de los pueblos. Los naturales de Alpandeire se denominan “panderos”; los de Tolox, “tolitas”; los de Macharaviaya, “Macharatunga” y los de Fuente de Piedra, “Villafontense”.

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