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Universidad de Málaga: los robots que cuidarán a nuestros mayores ya están aquí

Un equipo científico de la Escuela de Telecomunicación de la UMA desarrolla la próxima generación de robots sociales de asistencia que ya ha sido probado en una residencia de ancianos

Un equipo científico de la UMA desarrolla la próxima generación de robots sociales de asistencia

Un equipo científico de la UMA desarrolla la próxima generación de robots sociales de asistencia / Universidad de Málaga

Ignacio A. Castillo

Ignacio A. Castillo

Siempre que alguien ha imaginado el futuro para hacer una película o escribir una novela de ciencia ficción ha pensado en coches voladores e incluso más allá, en un sistema de teletransportación instantáneo. La sociedad, cada vez más envejecida, obliga quizás a ser más pragmáticos y es por ello que los investigadores también depositan sus esfuerzos en buscar soluciones de asistencia tecnológica a las personas de la tercera edad. Un equipo científico de la Escuela de Telecomunicación de la Universidad de Málaga (UMA) trabaja en el desarrollo de la próxima generación de robots sociales de asistencia en busca de mejorar y evaluar sus capacidades 'autoadaptativas'. Son los robots que cuidarán a nuestros mayores.

El objetivo de estos trabajos, que se enmarcan en el proyecto nacional de I+D Campero (que ha contado con un presupuesto de 200.000 euros), se centra en comprobar a largo plazo cómo afecta a la aceptación, usabilidad, accesibilidad y funcionalidad el hecho de que un robot social de asistencia sea capaz de adaptar su comportamiento a cada persona y contexto, según ha exlicado la institución académica malagueña en un comunicado.

Para ello ya se han hecho pruebas en una residencia. En concreto, se ha instalado un robot en la 'Vitalia Teatinos' de Málaga, donde sus usuarios han sido los encargados de valorar durante seis meses su propia experiencia con estos sistemas autómatas. Y los resultados han sido satisfactorios. "Hemos conseguido que este robot ande en la sala común de la residencia más de 40 kilómetros con tareas múltiples como recoger las opciones de menú semanal o participar en sesiones de terapia musical", ha detallado el profesor del Departamento de Tecnología Electrónica, Juan Pedro Bandera, quien junto con la profesora Rebeca Marfil, de la misma área, lideran este estudio.

De igual modo, para el desarrollo de este trabajo se ha contado con otros robots utilizados en proyectos anteriores, así como un 'living lab' o apartamento adaptado en las instalaciones del grupo de investigación de la UMA TIC-125 en la Escuela de Telecomunicaciones, que permite probar tanto los robots como los sistemas emplazados en un entorno inteligente.

Dos niveles de adaptación

En concreto, la adaptación del robot social se hace en dos niveles: en primer lugar, el robot es capaz de seleccionar qué tarea realiza en cada momento y, en segundo, el robot adapta la ejecución de cada tarea, según el contexto y la persona con la que interactúa.

Bandera ha añadido que, "por ejemplo, para una persona que no oye bien, el robot puede hablar más alto o comunicarse a través de subtítulos mostrados en su pantalla táctil, es decir, que su respuesta depende de la situación en la que se encuentre" y ha explicado que estas funciones, y la forma en las que el robot las hace, han sido co-creadas en grupos de trabajo que incluyen, además de ingenieros a sociólogos, antropólogos y, también, a los usuarios --residentes, terapeutas, cuidadores, entre otros--.

Nuevas vías de investigación

Actualmente, los investigadores de la Universidad de Málaga están completando estas evaluaciones con entrevistas y recopilando los resultados obtenidos para nuevos proyectos y artículos científicos. Como próximos pasos, se empieza a explorar las vías para hacer que el robot no solo modifique su comportamiento de forma autónoma, sino que además pueda explicarlo en un lenguaje natural.

En suma, han precisado, avanzar de la mano de la Inteligencia Artificial y la Robótica hacia robots de asistencia conscientes de su contexto social, accesibles, aceptados y útiles.

El proyecto Campero (Capacidades autoadaptativas para mejorar la próxima generación de ecosistemas de vida asistida usando robots sociales) ha tenido una duración de dos años y ha contado con la participación de la Universidad de Extremadura, que también dispone de dos robots y un apartamento adaptado.

Se trata de un proyecto multidisciplinar que agrupa a cinco investigadores de la UMA y a diez de otras universidades, instituciones y empresas de robótica europeas.

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