Sucesos
Cae una banda ultraviolenta que asaltaba en Málaga viviendas de lujo habitadas
Los siete albaneses detenidos enterraban las armas y los objetos de mayor valor en el exterior de la vivienda en la que tenían su centro de operaciones. La Guardia Civil atribuye al grupo 16 asaltos en la Costa del Sol, Cádiz, Córdoba, Sevilla, Murcia, Alicante y Portugal

Sara Fernández
La Guardia Civil ha desarticulado un grupo criminal que asaltaba con gran violencia viviendas de lujo habitadas en diversos puntos de la geografía española, incluida la provincia de Málaga. Los investigadores atribuyen a los siete detenidos al menos 16 robos en los que no dudaban en maniatar a los moradores y amenazarlos con armas de fuego. La operación ha permitido recuperar objetos sustraídos valorados en 10 millones de euros. Además de la Costa del Sol, el grupo dejó su rastro delictivo en Cádiz, Córdoba, Sevilla, Murcia, Alicante y Portugal.
La investigación arrancó en junio del 2024, fecha en la que los agentes de las áreas de Patrimonio de las Unidades Orgánicas de Policía Judicial (UOPJ) de las Comandancias de la Guardia Civil de Algeciras y de Sevilla tuvieron conocimiento de varios robos ocurridos en la lujosa urbanización de Sotogrande. Según ha informado la Dirección General de la Guardia Civil, los trabajos de los agentes se vieron obstaculizados inicialmente por las diversas estrategias que el grupo empleaba para evitar la persecución policial. "Llevaban a cabo los robos en campañas periódicas, posteriormente regresaban a su país de origen y finalmente volvían a España una vez disminuida la actividad policial", han explicado.

Dos de los detenidos buscan objetos de valor. / L.O.
A pesar de esas precauciones, los guardias civiles detectaron la llegada a España de varios miembros de un grupo que previamente habían operado en nuestro país. Los sospechosos tuvieron reuniones en Barcelona, Alicante, Murcia y Málaga, aunque la base de operaciones se estableció finalmente en un chalé cercano a La Puebla de Cazalla, en Sevilla. Este asentamiento permitió aumentar la presión policial con vigilancias y seguimientos hasta detectar a todos los integrantes, que utilizaban técnicas de camuflaje y ocultación.
Gran violencia y planificación de los golpes
La investigación fue revelando que el grupo actuó con gran violencia en varios puntos de la geografía española, centrando sus objetivos en urbanizaciones de lujo. "Lo hacían empleando una sofisticada planificación, analizando tanto las medidas de seguridad de las viviendas como las rutinas de sus moradores", ha explicado el instituto armado antes de añadir que esto les permitió actuar con éxito y sin ser identificados o interceptados durante la huida.

Parte de las posesiones recuperadas. / L.O.
Durante los asaltos ocultaban sus rostros, vestían completamente de negro y usaban guantes. "No dudaban maniatar a las víctimas y amenazarlas con armas de fuego u objetos contundentes para obligarlas a revelar los lugares donde ocultaban los objetos de valor", han destacado. Sólo se interesaban por dinero, joyas y elementos que pudieran transportar fácilmente en mochilas hasta un vehículo de apoyo que les esperaba en el exterior de las viviendas. Estos automóviles eran de gran cilindrada, llevaban matrículas falsas y se utilizaban para la huida.
Explotación de la operación
Una vez finalizada la investigación, se llevó a cabo la entrada y registro de la vivienda en la que se ocultaban los siete miembros del grupo crimina, todos albaneses. Los agentes intervinieron 44.500 euros, 23.700 dólares americanos y 603.000 grivnas ucranianos, así como varios lingotes de oro y numerosos objetos de marcas de lujo, como bolsos, zapatos, cinturones o prendas de ropa. También hallaron en el lugar dos de los vehículos usados en los asaltos, en cuyo interior se encontraban cajas fuertes y las herramientas utilizadas para forzar los accesos a las viviendas, numerosos teléfonos móviles, material de radiotransmisiones que utilizaban durante sus asaltos y la vestimenta y el calzado de color negro que utilizaban.
Armas y joyas enterradas
Pero a los investigadores les faltaba algo. Convencidos de que el grupo todavía tenía en su poder los objetos de mayor valor que habían conseguido, decidieron realizar un segundo rastreo más exhaustivo en el exterior de la vivienda. Usaron detectores de metales y encontraron enterradas tres armas de fuego empleadas en los robos y varios recipientes que contenían 35 relojes de lujo y 186 joyas de alto valor. El conjunto del botín recuperado se ha valorado en alrededor de 10 millones de euros.
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