Sanidad

¿Cómo afectan las redes sociales a nuestro cerebro? Así lo explica una estudiante de Medicina de Málaga

María del Mar Pérez de la Cruz, alumna de la UMA, ha creado como parte de su Trabajo de Fin de Grado una campaña de concienciación en Instagram y TikTok sobre las consecuencias que tiene para los jóvenes un uso abusivo de las pantallas 

María del Mar Pérez de la Cruz Villegas, alumna de sexto de la Facultad de Medicina de la UMA

María del Mar Pérez de la Cruz Villegas, alumna de sexto de la Facultad de Medicina de la UMA / L.O.

Arancha Tejero

Arancha Tejero

Málaga

Cualquier usuario de redes sociales ha caído alguna vez en el ‘scroll’ infinito y cuando ha querido darse cuenta ha pasado más tiempo del que quería viendo un vídeo tras otro. Esto ocurre porque las redes utilizan los mismos mecanismos que una droga, que hace que el cerebro se enganche a los niveles de dopamina que libera cada vez que ve un vídeo nuevo, recibe un like o un comentario.

“Tu cerebro se acaba acostumbrando a este subidón de dopamina (una sustancia que nos hace sentir muy bien) y necesita cada vez más videos para seguir sintiendo lo mismo, y así es como se crean las adicciones”, explica María del Mar Pérez de la Cruz Villegas (23 años), estudiante de sexto de Medicina de la Universidad de Málaga (UMA), que ha decidido realizar su Trabajo de Fin de Grado (TFG) sobre las consecuencias que tiene para los jóvenes un uso abusivo de las redes sociales. 

Además de la propia investigación, una parte del trabajo consiste en realizar una campaña de concienciación a través de Instagram y TikTok y medir el impacto que esta tiene. “Estuvimos hablando de la posibilidad de dar charlas en colegios u otras opciones, pero vimos que la mejor manera de llegar a los jóvenes sería dentro de la propia red social”, comparte la estudiante malagueña, que destaca que fue su tutor de TFG, el psiquiatra y tesorero del Colegio de Médicos, Andrés Fontalba, quien le propuso dar un paso más y crear una campaña de prevención y promoción de un uso consciente y saludable de las redes sociales.

Imágenes de unos de los vídeos de María del Mar

Imágenes de unos de los vídeos de María del Mar / L.O.

Más de 15.000 visualizaciones

Y así fue como surgió la cuenta de ‘Pausa y Piensa’, donde los tres primeros vídeos alcanzaron más de 15.000 visualizaciones en Instagram en tan solo tres días, gracias al apoyo de difusión que le ofreció el propio Colegio de Médicos. “La verdad es que estamos muy sorprendidos por la buena acogida que están teniendo los vídeos y por los comentarios, realmente la campaña ha superado nuestras expectativas”, afirma el doctor Fontalba, que señala que este TFG está enmarcado dentro de una línea de trabajo que llevan desarrollando ya cinco años en la UMA sobre el uso problemático de Internet y todas las consecuencias que tiene para la salud física y mental. 

Al mismo tiempo, este trabajo también forma parte de un proyecto del Colegio de Médicos de Málaga sobre el uso de las pantallas y redes sociales, para concienciar, tanto a la sociedad como a los propios sanitarios, sobre los problemas que pueden causar a los menores. “Hace unos meses hicimos una campaña enfocada en los padres y educadores para crear conciencia y que pudiesen detectar señales de alerta, y ahora nuestro objetivo lo hemos puesto en la población joven”, indica el doctor Fontalba, que insiste en que son “vídeos de mucha calidad”.

En el caso de María del Mar, decidió embarcarse a investigar sobre este tema porque ella misma se dio cuenta de que había sido víctima de los efectos negativos de las redes sociales. “Un día en segundo de carrera decidí quitármelas para ver cómo me sentía y empecé a leer más y a retomar hobbies. Me sentía muy bien porque no me comparaba, ni veía la vida de nadie”, relata la estudiante, que resalta que fue ahí cuando pensó que podía haber algo detrás y lo que le animó a investigarlo años más tarde. 

Efectos de las redes sociales en el cerebro

Ahora, tras muchas horas de estudio, puede confirmar que las redes sociales utilizan los mismos mecanismos que las drogas. “No entran por la nariz ni por la boca, pero entran por los ojos. Y lo que le hacen al cerebro es que cada vez estemos más enganchados a los niveles de dopamina que, de forma fisiológica, el cerebro no está acostumbrado a recibir diariamente. Entonces, al final, lo que hace es que quieras ver las redes con más intensidad”, asegura María del Mar.

“La clave de todo esto es la novedad del vídeo. Lo que nos hace liberar la dopamina es la ilusión que le produce al cerebro que aparezca un vídeo nuevo que nos pueda gustar”, añade. 

Por otro lado, como explica en uno de sus vídeos, hay una zona del cerebro, llamada corteza prefrontal, que es la que ayuda a la toma de decisiones y gestión de las emociones. “Pero al estar viendo un video detrás de otro no damos tiempo a que nuestro cerebro pare un segundo y que la corteza prefrontal decida o no seguir estando en el ‘scroll’ infinito”, cuenta la joven malagueña, que señala que uno de los objetivos de sus vídeos es, precisamente, que sirvan como una “pausa” dentro de ese ‘scroll’ infinito que haga reflexionar y que favorezca que la corteza prefrontal pueda plantearse “si de verdad merece la pena o no seguir ahí”. 

Cerebro hiperestimulado

Otro de los impactos negativos que tiene el uso abusivo de las redes sociales, como TikTok o Instagram, en el cerebro es que lo mantiene hiperestimulado y en ningún momento descansa. “El cerebro tiene dos funciones: la función ejecutiva y la red neuronal por defecto. La primera la utilizamos para resolver problemas, cuando estamos estudiando o teniendo una conversación. Y la red neuronal por defecto se activa cuando no tenemos que estar muy atentos y focalizados, y de esa forma se procesa todo lo que has aprendido y descansa. Pero, si tú esos espacios de tiempo en los que la red neuronal por defecto tiene que actuar para que el cerebro libere y se limpie los llenas con vídeos, que están todo el rato liberando dopamina y activando otra vez la función ejecutiva, el cerebro está hiperestimulado y no descansa”, detalla. 

Además de estudiar cómo afecta al cerebro el uso abusivo de las redes sociales, la estudiante de medicina también abarca en su trabajo otros efectos negativos que provocan en los jóvenes como los problemas de insomnio, de ansiedad y depresión, la manera de comunicarse con los demás, el ciberacoso o los trastornos de conducta alimentaria (TCA). Asimismo, subraya que está demostrado que las redes sociales afectan a la capacidad de atención y concentración. “Se ha visto que a la gente ya le cuesta ver una película entera sin coger el teléfono o leer un capítulo de un libro tranquilo”.

Mayor impulsividad y agresividad

Otro de las consecuencias es que influyen en el aumento de la impulsividad y de la agresividad. “Las redes sociales nos dan el chute de dopamina instantáneo sin que tengamos que hacer nosotros un esfuerzo para recibir esa recompensa. Entonces cada vez nos hacemos más impacientes porque buscamos la recompensa de la gratificación instantánea en vez del proceso natural que debe llevar”, advierte María del Mar, que recuerda que todo esto afecta especialmente  a los jóvenes porque “sus cerebros no están del todo configurados”.

Todos estos impactos negativos a largo plazo los ve a diario en su consulta el doctor Fontalba. “Estamos viendo cada vez más cifras de ansiedad, de depresión, más trastornos de conducta alimentaria o fenómenos como pueden ser las autolesiones en jóvenes. Y dentro de los factores de riesgo, que no es el único, uno puede ser el uso problemático de Internet o de las redes sociales”, expone el psiquiatra, que confirma que las redes tienen en el cerebro “exactamente” el mismo efecto que una droga, aunque sea sin sustancia. 

“Logramos en el cerebro una especie de estado de disociación donde desconectamos nuestra conciencia, nuestro nivel de alerta y donde nos evadimos al final de nuestra realidad. Y esa búsqueda de esa falsa realidad es lo que al final se convierte en una conducta adictiva”, concluye el profesional.

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