Crónicas de la ciudad
La Colonia de San Eugenio y su arco magullado
Cualquier ciudad europea con unos políticos mínimamente sensibles hace décadas que habría rehabilitado el símbolo de esta precioso barrio popular trinitario, un arco de ladrillo visto con más cables que una centralita antigua

El arco de la Colonia San Eugenio, en La Trinidad, esta semana. / A.V.
Recuerda el PGOU actual, el de 2011, que cuando una zona de Málaga ha sido calificada de Colonia Tradicional Popular (CTP), «el objetivo básico de las normas de esta zona es mantener estos sectores en el tejido urbano, reconociéndolos en su individualidad y condiciones diferenciales».
Pero como del dicho al hecho hay un trecho y en materia de protección arquitectónica, nuestro Ayuntamiento suele ser más bruto que una infusión de pan rallado, hace unos días contamos cómo había desaparecido del ‘tejido urbano’, una colección de veteranas casas matas, de esas que había que «mantener», según el PGOU; en concreto en la calle Bailén.
Contaban -y eso un servidor no lo ha sabido hasta esta semana- con la calificación de Colonia Tradicional Popular; pero en esta Málaga del desmadre inmobiliario, ningún edificio está libre de la codicia ajena ni del pasotismo municipal.
Así que, ustedes descuiden, que si el torniquete inmobiliario continúa cebándose con la Ciudad del Paraíso de los Pisos Turísticos, la próxima que puede ir al garete se encontraría a la vuelta de la esquina, la preciosa Colonia de San Eugenio; una joya urbanística de finales del XIX y comienzos del XX que aún conserva sus paneles de cerámica con las normas de comportamiento de los vecinos. Las casas originales que quedan, por cierto, son diseño de Fernando Guerrero Strachan de 1918.

La otra parte del arco de la Colonia San Eugenio, también con cables de todo tipo. / A.V.
No obstante, ya le cayó encima, hace unos años, un bloque de considerable tamaño que es una suerte de nave espacial, totalmente ajena al entorno; sin duda el primer paso para, ‘piano, piano’, que siga manando el parné, aunque sea para fomentar la imagen de ciudad insulsa que conlleva el no querer convivir con el pasado.
Visto el talante nada renacentista de nuestros cargos públicos, todo es posible en la corte malaguita de los negocios.

Detalle del cableado en este arco centenario de la Colonia de San Eugenio, en La Trinidad. / A.V.
Para que capten el interés nada sobrehumano que nuestro Consistorio demuestra sobre este rincón de La Trinidad, sólo tienen que pasear por su calle principal, calle Pacheco Maldonado y admirar el arco símbolo de la colonia, de ladrillo visto. Este precioso elemento, en cualquier ciudad europea con unos políticos mínimamente sensibles, estaría rehabilitado hace décadas.
No es el caso de Málaga. El arco no puede lucir más estrangulado por cables de todo pelaje. ¿Sobrevivirá la Colonia de San Eugenio a esta fiebre por las ganancias desmesuradas? Por si las moscas, denunciemos su abandono.
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