Urbanismo

La Torre del Puerto en la Isla de las Tentaciones: "Chipperfield adelantará por la derecha a Montoya. La Malagueta verá su huida"

PSOE, Con Málaga y Vox mantienen su rechazo al proyecto, lo tildan de "ridículo espantoso" y advierten de que provocará un caos de movilidad. El PP insiste en que tiene "todas las justificaciones"

De fondo, Montoya en La Isla de las Tentaciones. En primer plano, Chipperfield.

De fondo, Montoya en La Isla de las Tentaciones. En primer plano, Chipperfield. / L.O

Ana I. Montañez

Ana I. Montañez

Málaga

Mucho ha tardado en colarse el sprint viral del sevillano José Carlos Montoya, del que ha hablado hasta Whoopi Goldberg, en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Málaga. Y lo ha hecho, cómo no, durante el enésimo debate sobre si Torre del Puerto sí o no, y sobre quién tiene que decidirlo.

"Tenemos imágenes para ti", ironizó el concejal socialista Mariano Ruiz, parafraseando a la presentadora de 'La Isla de las Tentaciones', Sandra Barneda, para criticar la visita de hace un par de semanas de David Chipperfield, en la que presentaron un avance del proyecto en el que apenas se profundizó en el nuevo diseño del hotel -más allá del incremento de altura hasta los 144 metros-, apoyándose en unas infografías en las que se reflejaba un frondoso Paseo de la Farola con la torre difuminada al fondo.

En la comisión de Urbanismo, el edil socialista afeó que el objetivo no era otro sino "edulcorar" el impacto de la torre y dudó de que la concesión actual tuviese validez, teniendo en cuenta que el nuevo proyecto incorpora otras edificaciones aledañas de menor altura.

Y con respecto al fichaje de Chipperfield, Mariano Ruiz tiró de hemeroteca para recordar el breve capítulo que protagonizó en 2001 el arquitecto Premio Príncipe de Asturias de las Artes, Frank Gehry, que aún recordará el enfado mayúsculo con el que abandonó la ciudad tras acudir a ella pensando que estaba contratado para diseñar un proyecto para el que no había ni financiación y, por aquel entonces, tampoco gran determinación en ejecutar.

"Más pronto que tarde, Chipperfield va a adelantar por la derecha al utrerano Montoya, pero en lugar de la arena de la península de Samaná serán las playas de la Malagueta las que atestiguarán el último fracaso 'delatorriense' y verán la huida del arquitecto", espetó el concejal.

Una comparativa con el afamado reality que arrancó las risas del resto de los grupos, en especial, cuando la concejala de Urbanismo, Carmen Casero, reconoció -o bien con sinceridad real o sarcasmo- que no sabía quién era Montoya.

Chipperfield o Coppelfield

El PSOE volvió a mostrar su rechazo así al proyecto a través de una moción en la que exigían un Consejo de Administración extraordinario y urgente en el seno de la Gerencia Municipal de Urbanismo para "conocer con todo detalle el proyecto de rascacielos en el Dique de Levante", propuesta que no ha salido adelante.

Con Málaga calificó la visita de Chipperfield como un "ridículo espantoso", una "operación cosmética" y de "camuflaje" ante la gran oposición social que despierta el hotel rascacielos, como expuso la concejala Toni Morillas.

"No hay proyecto. Lo que nos presentan es una infografía más propia de un ejercicio de ilusionismo, no sabemos si el señor Chipperfield ha sido poseido por el espíritu de Copperfield que ha sido la mofa de todo el mundo", recalcó.

Y por parte de Vox, su portavoz Antonio Alcázar insistió en los problemas de movilidad que generará en el Dique de Levante y en el Centro de Málaga, por lo que volvió a sugerir la necesidad de "reevaluar otras ubicaciones que no tuvieran tal impacto, así como de los efectos caóticos que el tráfico derivado de este proyecto derivaría".

Que lo frene el Gobierno

Ante las críticas, la concejala de Urbanismo se parapetó en la legalidad del procedimiento seguido y en que el proyecto "está bien hecho, tiene todas las justificaciones y todos los parabienes".

Por ello, volvió a retar a PSOE y Con Málaga, ambos presentes en el Gobierno Central, a que paralicen el proyecto cuando llegue al Consejo de Ministros, que será donde se tomará la última palabra, con el levantamiento o no de la prohibición para dotar de uso hotelero a suelo portuario.

"Están en el momento oportuno de manifestarlo donde haya que hacerlo porque esto no es una cuestión de gustos", insistió Casero. "Sean valientes, si están seguros de que esto no es viable porque estamos vulnerando la legislación, en el Ministerio debátanlo. Respetaremos la opinión de quien tiene la última palabra en este tema".

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