Día de Andalucía

Berna Perles, soprano: “Ser andaluza te imprime un color diferente en el carácter”

La reconocida soprano Berna Perles defiende que se siente orgullosa de ser malagueña y que Andalucía es una tierra llena de talento que hay que potenciar 

Berna Perles, soprano malagueña

A.T.

Arancha Tejero

Arancha Tejero

Málaga

Berna Perles (39 años) nunca soñó de pequeña con ser cantante de ópera. Sin embargo, hoy es una de las voces más extraordinarias del panorama lírico nacional. Comenzó a tocar el piano con tan solo siete años y, una década más tarde, cuando terminó el conservatorio, fue su madre la que le animó a apuntarse a canto. “Me apasionó la voz como instrumento y que puedas hacer música con algo que está dentro de ti”, comparte la soprano, que asegura que ha ido descubriéndose a sí misma a través de la música. “Es un maestro de vida que me ha ido explicando cómo soy y cómo es el mundo”.

El amor sincero que siente por la música no solo lo transmite a través de sus palabras, sino, sobre todo, con la mirada, que se ilumina con el mismo brillo que cuando habla de su tierra natal. “En cualquier producción soy siempre la andaluza y la malagueña, y eso me produce muchísimo orgullo porque creo que me da una seña de identidad que me diferencia del resto”, afirma con rotundidad Perles, que sostiene que “ser andaluza te imprime un color diferente en el carácter”.

Sus raíces

Con motivo de este 28 de febrero, Día de Andalucía, la soprano malagueña reflexiona sobre sus raíces y el peso que tienen en su identidad como cantante. “Forma parte de mi personalidad”, responde sin dudarlo. “Tengo incorporado muchos conceptos andaluces a como yo soy y, además, lo luzco orgullosa”, añade la cantante, que recalca que está muy ligada a la cultura andaluza, tanto a la parte más tradicional y folclórica, como a la más innovadora y contemporánea. “Me encantan los verdiales y todos los años voy a Benagalbón a verlos”.

La soprano malagueña Berna Perles en el centro de Málaga

La soprano malagueña Berna Perles en el centro de Málaga / A.T.

Málaga, además de ser la ciudad que le dio sus primeras oportunidades, es donde tiene claro que quiere envejecer. “Yo quiero que mis hijos estén aquí, que vayan a la playa de Pedregalejo y vivan esta cultura y esta sociedad. No me iría a ninguna otra parte del mundo”, confiesa Perles, que mantiene que Andalucía es única e inigualable.

Andalucía, potencia mundial

En concreto, en el ámbito cultural y artístico, defiende que la comunidad es “una potencia a nivel mundial”, aunque lamenta que muchas veces “nos cuesta verlo” y “apoyar aquello que nos hace diferentes”. Por ese motivo, opina que uno de los principales retos que tiene Andalucía por delante es “darse cuenta de lo que hay en esta tierra, en la que hay arte en cada esquina” e invertir en ese gran potencial artístico que tiene. “Si se siguiera esa ‘escalera natural’ se potenciaría algo en lo que ya somos muy buenos. Imagínate si se desplegaran un poco más de recursos, seríamos imparables”.

Perles es, precisamente, el ejemplo de lo alto que puede llegar el talento andaluz. Su grandiosa y cautivadora voz ha resonado en los principales escenarios nacionales e internacionales, emocionando con su canto al público del Teatro de la Zarzuela de Madrid, Versalles, Roma o Buenos Aires.

Su trayectoria

A pesar de su evidente cosecha de éxitos y de ser una de las artistas más reclamadas, la soprano malagueña reconoce que aún le cuesta visualizarse como tal. “Nunca hago balance, voy día a día, cantando y con mis proyectos nuevos”. Para ella, su mayor bendición es tener, junto a su familia, a la música como compañera de vida y poder vivir gracias a ella.  

La soprano malagueña Berna Perles frente a la catedral de Málaga

La soprano malagueña Berna Perles frente a la catedral de Málaga / A.T.

No obstante, sí que admite que no ha sido un camino fácil, pues subraya que la suya es una profesión compleja y muy exigente que requiere de una gran persistencia, inversión y sacrificios. “Es una carrera que tiene un nivel de estrés y exigencia importante”, comenta Perles, que habla claro sobre la inmensa presión que supone depender absolutamente del juicio ajeno. “Tenemos que gustarle, no solamente al público, sino a los programadores, a los teatros”, señala la artista malagueña, que piensa que los cantantes líricos tienen “muy poco margen de error” y que enseguida se les juzga “con una vara de medir muy fina”.

El reto de conciliar

Tienes que tener la cabeza muy bien amueblada para que no se te vaya la olla”, apunta la artista, que insiste en que cuando le preguntan por su secreto para cuidarse la voz siempre responde: “Para cantar bien lo que me cuido es la cabeza”. Aun así, en su caso personal considera que lo más difícil es no trabajar en su ciudad. “Es duro porque yo tengo una familia que, además, es mi prioridad. Entonces, el hecho de poder hacer las dos cosas lo mejor posible es la mayor dificultad”. 

Sin embargo, pese a todos los obstáculos, asevera que es también una “vida muy rica” y que su motor siempre ha sido “el amor inmenso” por lo que hace. Humilde, natural, risueña y con una sonrisa contagiosa, Berna Perles recuerda la ópera de ‘La Casa de Bernarda Alba’, de Miquel Ortega, en el Teatro de La Zarzuela como el primer punto de inflexión de su carrera. “Hizo que yo viera el trabajo de cantante de ópera como una cosa mucho más completa”. Otro momento crucial a nivel vocal fue cuando interpretó por primera vez ‘Norma’, de Bellini. “Fue como validarme a mí misma diciendo: puedo hacer muchas cosas”.

Llegar a cantar algún día en el Metropolitan (MET) de Nueva York es uno de sus grandes sueños, aunque su siguiente proyecto en la Zarzuela con ‘La Revoltosa’ la llena también de ilusión. Consciente de que la ópera, erróneamente, está aún asociada por muchas personas con una idea elitista, distante e inalcanzable, hace hincapié en que la mayoría de los teatros ofrecen entradas a precio más asequibles para los jóvenes. No obstante, también sabe que no es una música comercial que pueda atraer  a todo el mundo en un primer momento. Por ello, ofrece dos consejos: darle una oportunidad e ir a la función conociendo el libreto. “Y después sentarte en el patio de butacas a dejarte imbuir y emocionar por la belleza que vas a ver. Porque la ópera es el espectáculo más completo que hay encima de un escenario”, concluye la soprano malagueña.

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