Medio ambiente
La «seca», una plaga extendida en Málaga, marchita miles de pinos
La ‘seca’ de los pinos, provocada por un minúsculo gusano, que aprovecha la debilidad de estos árboles por la sequía, puede apreciarse en los Montes de Málaga, así como en los parques forestales del Monte Gibralfaro, El Morlaco, el Monte Victoria y La Virreina.

La plaga 'la seca' ataca los pinos de Gibralfaro y el Morlaco / Alfonso Vázquez

«Hay miles y miles de pinos dañados», explicaba la semana pasada Miguel Ángel Barba, fundador de la asociación de monitores medioambientales Almijara.
Es la llamada ‘seca’ o marchitamiento de los pinos, que según confirman fuentes del Área municipal de Medio Ambiente, está presente en muchos puntos de España y daña innumerables ejemplares de los parques forestales de Gibralfaro, El Morlaco, el Monte Victoria y La Virreina; pero también del Parque Natural de los Montes de Málaga, que gestiona la Junta.

El escarabajo transporta el nematodo de la madera del pino (dcha.) y extiende la plaga. / Ministerio de Agricultura/CFP
Como detalla Miguel Ángel Barba, la plaga la provoca una simbiosis entre insectos: en primer lugar, un tipo de escarabajo (Monchamus sp.) aprovecha las heridas del tronco para poner sus huevos; en ese agujero ya hay larvas de un gusano, el Bursaphelencus xilophilus o nematodo de la madera del pino, originario de Norteamérica, que, cuando las larvas del escarabajo pasan a adulto, vuelan con las larvas de gusano a otro pino y se repite el proceso. El nematodo «come de todo, la madera y también las hojas», detalla.
El gusano aprovecha la debilidad de los pinos, causada por la sequía, el aumento de la temperatura y episodios de fuertes vientos, para actuar.
Gibralfaro y El Morlaco
El resultado lo ha podido apreciar La Opinión en sendos recorridos por el parque forestal de Gibralfaro y sobre todo, por el del Morlaco, donde los daños son más visibles, con decenas de pinos talados o a punto de desplomarse, mientras en la base se aprecia el ejemplar, desprovisto de corteza y con el serrín que ha dejado el gusano.

Pino atacado por la plaga de la seca en El Morlaco, este mes. / A.V.
Las mismas fuentes municipales explican que, desde 2023, se están haciendo trabajos de «saca de madera en espacios forestales de la ciudad». Además, el Ayuntamiento de Málaga está en contacto con la Junta de Andalucía y la UMA, y ha suscrito un contrato de asistencia técnica con la Escuela Técnica de Ingenieros Agrónomos y de Montes de Córdoba «para establecer un plan de actuación contra la seca de pinos».
Fortificante y riegos
Aparte de estas sacas, el Consistorio está aplicando a los árboles un fortificante ecológico vegetal formado por aminoácidos libres, materia orgánica y nitrógeno orgánico, «que ayuda a aumentar la vitalidad de los árboles».
Por otro lado, y a modo de experimento, el Ayuntamiento lleva un año regando de forma periódica una parcela de mil metros cuadrados en Gibralfaro, «con el resultado de que no se está secando, lo cual indica que el aporte hídrico es fundamental para la mejoría y supervivencia del árbol», comentan estas fuentes municipales.
El monocultivo
El monitor medioambiental Miguel Ángel Barba señala que, además de la sequía y las altas temperaturas, que han provocado que los pinos carrascos «bajen sus defensas», también inciden y mucho, «las formas en las que se plantaron» en Málaga: «En el inicio, los ingenieros de los años 30, 40 y 50 repoblaban con árboles muy cerca, con mucha densidad, para que crecieran lo antes posible».

Pinos afectados por la seca, en la falda del Monte Gibralfaro. / A.V.
Este monocultivo, precisa, iría seguido de una segunda fase, consistente en «la entresaca de pinos y mejora botánica; eso hubiera necesitado hacerse en los años 60 pero no se hizo», explica.
Por este motivo, con tanta densidad, «los árboles crecen débiles pero muy altos, buscando la luz; pero no es que sean grandes, están hipertrofiados».
La debilidad de los ejemplares, y la abundancia de pinos convierten en ‘pan comido’ la expansión de la plaga, con unos escarabajos voladores que transportan el nematodo.
Diversificar
Por esta causa, Miguel Ángel Barba cree que es necesario diversificar con otras especies, para acabar con estos monocultivos, pues ante «un algarrobo, un acebuche o dos o tres lentiscos», los insectos no encuentran su alimento.
Por otra parte, «en caso de incendios también los retardas», con especies más resistentes, teniendo en cuenta que con el estallido de las piñas de los pinos, un fuego puede correr «50 o 60 kilómetros por hora; pero si lo que hay abajo es un lentisco o un acebuche, le cuesta agarrar».

Vista de Málaga desde Los Montes. / Javier Lerena
En el caso de los Montes de Málaga, explica, esa diversificación se ha ido dando por «regeneración natural», dada la veteranía de las primeras plantaciones del pinar, así que los daños no son tan marcados. «Han ido saliendo coscojas, encinas y en otras zonas alcornoques y el propio bosque se ha ido diversificando; ya existe un sotobosque», remarca.
Por eso, señala que es necesario, a la hora de diversificar, «donde no haya, crear matorral que sea fijador de suelo, como la retama», porque otro de los problemas actuales es que muchos de esos pinares están «en suelos muy degradados y el agua casi no filtra al suelo, sino que arrastra y se va a las cañas y los arroyos; el suelo que crea el pino no suele ser excesivamente rico».

Pinos marchitados y desplomados por la seca en el Parque forestal del Morlaco. / A.V.
Por eso, subraya que hay que acabar en estas zonas con la predominancia de los pinos, con «mucha pedagogía», para explicar las sacas de ejemplares, con el fin de que «el pino sea solo un añadido» y no el protagonista absoluto.
¿Una oportunidad?
¿Es la seca una oportunidad para prevenir mejor futuras plagas, incendios y danas? El monitor medioambiental confiesa ser «ligeramente pesimista, porque los periodos de sequía van a ser más crudos y la aridez va a seguir aumentando».
Por eso, Miguel Ángel Barba ve inevitable el tener que «endurecer nuestros montes con especies mediterráneas más duras, capaces de soportar nuevas condiciones».
Habrá que cambiar la mentalidad, subraya, y aunque la gente prefiera, estéticamente, los pinares, tendrá que acostumbrarse a más zonas de acebuchales o de algarrobales, «que biodiversifican más que un pinar».
Suscríbete para seguir leyendo
- Temporal en Málaga: El Guadalhorce se desborda en Cártama tras superar su máximo histórico
- Locura inmobiliaria en Málaga: venden un piso de 10 metros cuadrados en pleno centro por 125.000 euros
- El Hospital Civil de Málaga permite a los pacientes en cuidados paliativos despedirse de su animal de compañía
- Este es el restaurante de Málaga que ha marcado la vida de Antonio Banderas: 'Allí llevaba a mis primeras novias
- Un accidente colapsa la Ronda Este de Málaga con retenciones de hasta 17 kilómetros
- Los pantanos de Málaga ya han desembalsado por seguridad el agua que la capital se bebe en un año
- Embalses en Málaga: La Viñuela multiplica por cinco sus reservas en un año
- Los lectores eligen la mejor startup en los II Premios Empresa del año Banco Sabadell