Crónicas de la ciudad
La primavera llega a la ‘Columnata de Teatinos’
Frente a la Ciudad de la Justicia continúa dormitando el gran complejo deportivo de Bizcochero-Capitán, del que sólo se completaron los cimientos y el incipiente aparcamiento. Una frondosa ‘selva’ lo rodea.
Las obras paralizadas del centro deportivo Bizcochero-Capitán, junto a la Ciudad de la Justicia, asoman entre las plantas hace unos días. / A.V.
En uno de los cuentos del gran Ray Bradbury -el autor de las ‘Crónicas marcianas’, alabadas por Borges- el protagonista avanza por una tierra en la que llueve casi eternamente, por lo que, además de anegada, está verde y selvática.
Decía un experto a finales del año pasado que lo raro que ocurre en Andalucía no son los periodos de sequía sino la duración, cada vez mayor, de estos.
Si, por estos lares, de forma temporal, vemos pasar borrascas, además de cruceros, disfrutemos del momento y viajemos con la imaginación, a la tierra soñada por Bradbury de la lluvia perpetua.
En Málaga hay un rincón que, en la actualidad, parece un cruce entre la Galicia de Álvaro Cunqueiro y ‘Mad Max’, aunque bien podría evocar también una estructura marciana abandonada.
Se encuentra casi delante de la Ciudad de la Justicia y la calle Fiscal Luis Portero García -en recuerdo del asesinado por los integristas etarras-.
Una vereda cubre al paseante por la cintura, por la altura de las plantas, junto a la valla del complejo deportivo Bizcochero-Capitán, frente a la Ciudad de la Justicia. / A.V.
Se accede a este rincón desde esta calle, tras atravesar un gran páramo-aparcamiento, con preciosas vistas de la Ronda Oeste o bien se llega al final de la calle Frank Capra y se continúa, porque si bien esta zona se encontraba vallada en algún tiempo primigenio, lo cierto es que una buena parte de los tramos, al menos por esa parte, han terminado como el muro de Berlín; en este caso derribados por los elementos -de carne y hueso, no los meteorológicos-.
La obra fallida
En el interior, ya lo saben muchos, aguardan los restos de un equipamiento, por ahora, fallido, que se empezó a ejecutar hacia el año 2010, aproximadamente: el centro deportivo Bizcochero-Capitán.
Sólo permanecen enhiestas y con grafitis las columnas del aparcamiento, sin nada que sujetar. Pero el mayor espectáculo, gracias a las lluvias, es la espesura de las plantas que rodean este espacio deportivo a la cuarta pregunta.
La valla del complejo deportivo Bizcochero-Capitán, rota o desaparecida en muchos tramos y al fondo, la Ciudad de la Justicia. / A.V.
Es toda una aventura circunvalar la valla del solar, pues hay partes en las que se añora un machete. Ahora que marzo está casi primaveral, por el camino puede verse el morado de las flores de la viborera y el amarillo de la cosconilla o lechuguilla dulce; pero sobre todo, un verdor que si fuera de billetes de curso legal, Málaga desbancaba a Singapur como capital financiera.
¿Se completará algún día este complejo cercano a la desaparecida Hacienda Bizcochero? -estaba al lado de la gran escultura obra de Elena Laverón-. Disfrutemos, mientras tanto, de los frutos de esta lluvia digna de Bradbury.
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