Medio Ambiente
El antiguo vertedero de Málaga ya es una gran zona verde
La Opinión visita, un año después, los trabajos de renaturalización del antiguo vertedero municipal de Los Asperones, sellado hace 20 años, y que la asociación Almijara está transformado en un espacio verde, con 6.900 nuevas plantas en 6 de las 25 hectáreas del viejo basurero.

Recuperación ecológico del antiguo vertedero municipal de Los Asperones / Alfonso Vázquez

«Esto no es una reforestación al uso, lo que hacemos es potenciar lo que aquí habría dentro de 60 años», cuenta Miguel Ángel Barba, fundador de la veterana asociación de monitores medioambientales Almijara.
Miguel Ángel habla mientras el viento zarandea un mar de jaras, lavandas y matagallos; pero también plantaciones de pinos, acebuches, algarrobos y almencinos. Y eso que, bajo sus pies, a sólo «50, 60 centímetros, y en otras partes, a un metro», porque está sobre una colina, duermen para la eternidad toneladas de basura.
La loma en la que está trabajando Almijara, entre la laguna de Soliva y las oficinas de Limasam en el Camino Medioambiental, es en realidad el antiguo vertedero municipal de Los Asperones, sellado hace unos 20 años.
La Opinión regresa al basurero sellado justo un año después del último reportaje, para ver cómo marchan los trabajos de recuperación ecológica, iniciados por Almijara en enero de 2023, con la colaboración del Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Málaga y Limasam.
Como señala el monitor medioambiental, ahora mismo trabajan en 6 de las 25 hectáreas del basurero sellado, y a final de marzo esperan superar las 6.900 plantas.
El pelo de la raíz y la tubería
Pero, ¿es capaz la Naturaleza de reverdecer lo que antes era una ingente montaña de basura, electrodomésticos incluidos? El fundador de Almijara no lo duda: «Las plantas son muchísimo más fuertes de lo que imaginamos. Un pelo de la raíz de un ficus es capaz de entrar por el poro de una tubería de hormigón y luego reventar el tubo».
Así que, si algunas de las plantas que ahora están plantando se toparan con un frigorífico aplastado, aunque tengan que transcurrir muchísimos años, «esos metales se irán descomponiendo y serán minerales, de los cuales también se alimenta la planta».

Los matagallos plantados en el basurero sellado hace un año lucen como los que tienen 12 años en el Monte San Antón. / A.V.
Y para dejar constancia de la fortaleza y rapidez de crecimiento, Miguel Ángel Barba muestra con satisfacción un matagallo: «Los hemos plantado aquí hace un año y ya tienen la misma altura que los matagallos de 12 años del Monte San Antón».
Por cierto que, en esta colina con vistas únicas de Málaga, en la que pueden verse desde los humildes Asperones hasta las torres para los más pudientes en La Térmica, o el Puerto de la Torre, también se encuentran tuberías que expulsan al aire el gas metano, producto de la descomposición de la basura, aunque, como precisa Miguel Ángel Barba, «hace ya tiempo que no sueltan nada».
En la ladera que mira a las oficinas de Limasam, un grupo de voluntarios trabaja en nuevas plantaciones, algunos de ellos, antiguos alumnos de la Universidad Laboral que hicieron prácticas y les encantó el proyecto. En el caso de la geógrafa Marta Pastora Fernández, ocurrió algo parecido: «Hice mis prácticas en Geografía y me enganché; empecé como monitora y ahora llevo las redes sociales de Almijara» (su Instagram es @ammaalmijara).
Camaleones, águilas y perdices
Como subraya Marta, el trabajo han propiciado que la biodiversidad sea ya «impresionante»: «Este verano vimos, aparte de camaleones, culebras, perdices, conejos, aves...».
La renaturalización ha querido acelerar -como señalaba Miguel Ángel Barba- la creación de un ecosistema de lo más variado. Por eso, además de un gran abanico de plantas, también han tenido muy en cuenta la creación de nidos para insectos. «Aquí hemos visto ya de todo: mariquitas, abejas, avispas solitarias, escolopendras, ciempiés, culebras de herradura bajo las piedras que les ponemos, y que comen ratas y ratones; y en las charcas creadas por la lluvia, águilas calzadas y milanos negros bañándose».
La enredadera y la mariposa
Además, los tutores y protectores de las plantas permiten que los pajarillos se posen y puedan vigilar y comer insectos.
Todo está conectado, de ahí que, en esta renaturalización al detalle estén probando plantar junto a acebuches enredaderas de Aristolochia baetica, «porque alimenta a la oruga que luego se convierte en la mariposa arlequín, una de las tres más bonitas de Andalucía».

Vista de la colina del antiguo vertedero de Los Asperones, en plena renaturalización, desde el Camino Medioambiental. / A.V.
El responsable de Almijara subraya que es la primera vez que en la provincia de Málaga se renaturaliza un vertedero con tanta diversidad, pues en ocasiones anteriores lo que imperó fue el monocultivo de pino carrasco «y como mucho, el acebuche».
El agua
En cuanto al agua, cuentan con la colaboración de Medio Ambiente y Limasam para regar con garrafas, así como con depósitos; pero además, la idea es presentarse a una subvención de la Fundación Unicaja, para poder comprar un depósito de 18.000 litros, «para que abastezca las charcas grandes que se forman con la lluvia, con el fin de que siempre estén con agua, y sería una manera de abastecer el acuífero para que la laguna de abajo, la de Soliva, tenga más agua», detalla.
Por otra parte, y por vez primera, Almijara está plantando bosa blanca, una leguminosa empleada en restauración de suelo agrícola, «que ayuda a fijar el nitrógeno, ya hay un montón de plantas y están creando suelo».

Tubería para dejar salir el gas metano en el basurero sellado de Los Asperones. / A.V.
También, esperan la próxima donación de Parcemasa de mil plantas de vetiver, una especie de la India, no invasora, «con raíces de dos metros de profundidad», ideales para las zonas «más caídas». Por otro lado, para estas partes en pendiente o inaccesibles, los voluntarios lanzan «bombas de semillas», hechas con bolas de arcillas y semillas de todo tipo, que se lanzan una vez secas. «Caen y cuando llueve se activan y germinan», detalla.
Y toda esta actividad, recalca Miguel Ángel Barba, gracias al apoyo de empresas como Caterpillar, Denso Ten, Málaga Motor Center o AstraZeneca, que colaboran de muchas maneras, también con trabajadores que ayudan a plantar y regar.
Gracias al cuidado durante todo el año, incluida la reposición de plantas (un 25%), riego y mantenimiento, el responsable de Almijara está convencido de que «en 20 años», el viejo vertedero de Los Asperones será un monte lleno de árboles, sombra y sobre todo, rebosante de vida.
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