Crónicas de la ciudad

El ‘majarón perdío’: un regalo de Málaga para el mundo

La Ciudad del Paraíso ha dado al mundo un prototipo único y poliédrico, cuyo potencial caótico y perturbado puede apreciarse hoy, con todos sus ricos e inquietantes matices, gracias al inquilino de la Casa Blanca

El ‘majarón perdío’: un regalo de Málaga para el mundo.

El ‘majarón perdío’: un regalo de Málaga para el mundo. / Álex Zea.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Cuando hace casi dos décadas, el autor de estas líneas pergeñó el ensayo humorístico ‘Teoría del majarón malagueño’, poco iba a sospechar que uno de los tres 'prototipos malaguitas' descritos ocuparía la presidencia del país más poderoso del mundo.

Como saben, del árabe ‘mahrum’ (desgraciado) proviene nuestra palabra fetiche ‘majarón’, que admite tanto el diminutivo ‘majareta’ como el grado superlativo, formado por dos palabras; la segunda de ellas con pérdida de la ‘d’ intervocálica: ‘Majarón perdío’ -lo de majarón ‘perdido’ suena tan impostado como cuando los madrileños preguntan por el barrio de ‘Pedregalejos’-. 

Como saben, el majarón malaguita es una persona que, aunque oficialmente esté en plena posesión de sus facultades mentales, el saber popular detecta una ‘falla’ en su comportamiento y concluye que, pese a las apariencias de normalidad, al sujeto en cuestión le faltan uno o varios tornillos, e incluso toda la carrocería, aunque la ‘falla’ no haya sido detectada por la Ciencia. 

De esta forma, malagueños de todas las profesiones, sexos, edades y cargos; por su comportamiento alejado de la discreción, excéntrico y vocinglero han entrado durante siglos en la categoría de majarones... e incluso de ‘majarones perdíos’, cuando la merecida y trabajada fama del ínclito roza ya la leyenda. 

España, que ha dado al mundo, gracias a su Literatura e influencia, los prototipos del Quijote, el pícaro, la Celestina o el Don Juan, ha tenido injustamente arrinconado al ‘majarón perdío’, quizás por la escasa producción literaria que emana de esta figura local, y porque han sido pocas las personalidades que lo han enarbolado sin ningún complejo.

De Marbella a la Casa Blanca

Cierto es que, en los años 90 y comienzos del siglo XXI, el majarón ya salió de las estrechas fronteras provinciales gracias a Jesús Gil y Gil, alcalde de Marbella y presidente del Atlético de Madrid, que popularizó el prototipo malaguita por su desnortado comportamiento en casi todas las situaciones de su vida pública.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump. / EFE

Sin embargo, no todo está perdido: el regreso de Donald John Trump a la Casa Blanca supone un salto exponencial para la figura del individuo perturbado, ignorante de la vergüenza ajena y nulo conocedor de lo que vocea; en suma, del majarón perdío. 

Con méritos más que sobrados y sin aranceles que valgan, Trump ha hecho suya nuestra figura local, una oportunidad única para Málaga de poner de moda uno de nuestros fenotipos más señeros y así, fijar en la historia mundial el majarón perdío. Qué remedio. 

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