Crónicas de la ciudad

El campo de fútbol del apocalipsis está en Málaga

En la calle Eresma y sobre un muro de contención vegeta un antiguo campo de fútbol, fracturado en mil pedazos y tomado por las legiones de flores de esta primavera, además de por aves de paso.

El campo de fútbol abandonado en La Palma, esta semana, con un gran charco, aprovechado en ese momento por un pato.

El campo de fútbol abandonado en La Palma, esta semana, con un gran charco, aprovechado en ese momento por un pato. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Los programas de inteligencia artificial que convierten órdenes escritas en imágenes evocan las brumosas respuestas de los oráculos de la antigüedad; con la salvedad de que, en Delfos, no se mangoneaba con los derechos de la propiedad intelectual.

En este nuevo invento el resultado siempre es una sorpresa, como la plasmación en imágenes de un sueño ajeno. Pero, aparte de que siempre será mejor y más ético el talento artístico de una persona que el ‘corta y pega’ de millones de imágenes ajenas, hay ocasiones en las que ni siquiera hacen falta, porque esa imagen que tratamos de dejar fijada con un par de indicaciones existe en la realidad.

Prueben por ejemplo a escribir «Campo de fútbol tras un cataclismo, invadido por la vegetación en un barrio de Málaga». Cualquier resultado que nos dé uno de esos programas informáticos punteros nunca superará el modelo real, el que se encuentra en la calle Eresma, en La Palma.

Otra vista del campo de fútbol abandonado de calle Eresma, en La Palma.

Otra vista del campo de fútbol abandonado de calle Eresma, en La Palma. / A.V.

En realidad hablamos de un gigantesco muro de contención que sostiene las primeras estribaciones del Monte Coronado, cuya cima con su cruz está a un paseo.

Dada la magnitud del muro, en lo alto lo que quedaba era una gran meseta de tierra. En una vista aérea oficial tomada los años 84-85, la explanada sigue siendo de tierra; pero ya en la vista de los años 97-98 aparece hormigonada, así como su amplia rampa de acceso.

Aparece el hormigón

El hormigón vino de la mano de un campo de fútbol en condiciones que incluía una caseta de vestuario. El sitio, sin duda, era privilegiado, y sólo había que preocuparse si un patadón de los buenos obligaba a bajar a la calle a por la pelota o, peor aún, se colaba por la ventana de uno de los altivos bloques de La Palma.

Pero el tiempo pasó, la tierra cedió y el hormigón se fue resquebrajando hasta dar como resultado un campo de película expresionista alemana, en el que el único que mantendría el equilibrio sería el doctor Caligari.

Vista del campo de fútbol abandonado de calle Eresma, en las alturas de La Palma.

Vista del campo de fútbol abandonado de calle Eresma, en las alturas de La Palma. / A.V.

La primavera, además, ha irrumpido con fuerza en estas apocalípticas alturas, y las líneas del campo extinto cada vez están más ocultas por la hierba y las flores.

Esta semana, una de las zonas más hundidas almacenaba agua de lluvia, con lo que se había convertido en una pequeña laguna en la que nadaba un pato, el único que hasta ese momento disfrutaba de espléndidas vistas. ¿Se reparará algún día este terreno? Antes veremos a Nicolás Maduro confesar compungido que sí perdió las elecciones.

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