Mirando atrás

Compositoras: Ellas llevan siglos componiendo música

La compositora y directora de orquesta malagueña Silvia Olivero publica ‘Compositoras’, 19 perfiles biográficos de mujeres creadoras en la Historia de la Música a través del tiempo

Silvia Olivero, en el salón de actos del Conservatorio Profesional Manuel Carra con su libro ‘Compositoras’.

Silvia Olivero, en el salón de actos del Conservatorio Profesional Manuel Carra con su libro ‘Compositoras’. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

«¿Por qué no están en los libros de Historia?, porque cuando yo estudiaba, no se hablaba de ellas», recuerda la malagueña Silvia Olivero

Esta directora de orquesta, compositora y profesora del Departamento de Fundamentos de Composición en el Conservatorio Profesional de Música ‘Manuel Carra’ es la autora de ‘Compositoras’, editado por Pinolia. Se trata de 19 perfiles biográficos de mujeres dedicadas a la composición que, hasta hace bien poco, han pasado de puntillas por la Historia de la Música.

Y no es porque su presencia sea de antes de ayer: pese a que la propia compositora Clara Wieck -que ha pasado a la Historia con el apellido de su marido, Schumann- llegó a escribir, desanimada, que «una mujer no debe aspirar a componer, ninguna lo ha logrado jamás», lo cierto es que la primera compositora registrada en la Historia fue Enheduanna, sacerdotisa y gobernadora de la ciudad de Ur (Mesopotamia) que vivió sobre el 2.200 antes de Cristo y de la que se conocen 42 himnos para ser cantados.

La escritora y compositora Silvia Olivero, durante la presentación de su libro sobre las compositoras en la librería El Argonauta de Madrid.

La escritora y compositora Silvia Olivero, durante la presentación de su libro sobre las compositoras en la librería El Argonauta de Madrid. / Archivo de la autora

Desde esta primera autora con nombre propio hasta la rusa Sofía Gubaidulina, Premio Fronteras del Conocimiento en Música Contemporánea, fallecida el pasado mes de marzo, ‘Compositoras’ recorre la música hecha por 19 mujeres, que derribaron tópicos seculares, como que la capacidad creativa e intelectual de una mujer era inferior a la de un hombre, una falsedad no tan lejana en el tiempo.

Silvia Olivero explica que, en primer lugar, por su experiencia ha querido aportar su «empatía profesional»; por eso comenta que en algunos episodios biográficos de estas autoras se reconoce porque los ha vivido. Además, ha querido que sean ellas «las que hablen a través de sus cartas y escritos».

María Rodrigo dirige una de sus obras en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, en 1909.

María Rodrigo dirige una de sus obras en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, en 1909. / A.S.C.

Y todo ello, con el propósito de huir «de la queja, el lamento y la condescendencia; he querido mostrar circunstancias reales, mujeres que han tenido sus premios, sus éxitos, sus dificultades; mujeres que estaban allí, que ejercían la música y que ejercían la composición».

Lo que sí ve en ellas como punto en común es que «el hecho de ser mujeres hacía que para que tú pudieras componer, y no solo componer, sino estrenar, tenías que tener un apoyo familiar y económico».

Sin duda, lo tuvo la compositora austriaca del XVIII María Theresia von Paradis, pianista y creadora invidente, ahijada de la emperatriz. Y aunque Mozart llegó a dedicarle un concierto para piano y ella compuso cinco óperas, cantatas y conciertos para piano, la mayor parte de su obra se ha perdido.

Alma Mahler, en 1954, leyendo una partitura.

Alma Mahler, en 1954, leyendo una partitura. / O. N.

Otra creadora que desfila por estas páginas es Alma Mahler, de soltera Schindler, nacida en una época en el que las mujeres no podían estudiar en academias de música ni de arte. Silvia Olivero recuerda cómo Alma componía desde joven y cuando se casó con Gustav Mahler, aparcó su carrera por decisión del marido, para centrarse en el gran compositor. «Cedió y se equivocó», destaca.

En la misma línea, también hay compositoras como la británica Ethel Smyth, que además de componer música fue sufragista, una lucha por los derechos de la mujer que le llevó a la cárcel, circunstancia que no le impidió dirigir, con un cepillo de dientes, desde la ventana de su celda, a las mujeres presas que cantaban el himno sufragista.

Rosa García Ascot toca el piano junto a Manuel de Falla y Jesús Bal.

Rosa García Ascot toca el piano junto a Manuel de Falla y Jesús Bal. / A.S.C.

También hay varias compositoras españolas en el libro, como la madrileña María Rodrigo, discípula de Richard Strauss, y la primera mujer que en España estrenó una ópera de su autoría. Además, aparece la pianista madrileña Rosa García Ascot, discípula de Turina, Granados y Manuel de Falla y, pese a su currículum, con un «gran síndrome del impostor» y, «como tantas otras, se quejaba de que tenía que estar pendiente de la casa y los hijos, y no tenía tiempo ni concentración para componer».

Cierra el libro la mencionada compositora rusa Sofía Gubaidulina. Su circunstancia vital fue paradójicamente diferente: «En Rusia las compositoras nunca se quejaron de discriminación porque todos eran igual de desdichados», destaca la autora.

Compartir el espacio

¿Ha mejorado la situación? Para Silvia Olivero, en el campo de la creación «no se trata de anular a los hombres sino de compartir el espacio» y, ahora mismo, «las obras compuestas por mujeres son infinitamente minoritarias; depende de quién programa», comenta esta compositora malagueña, que desde 2000 ha estrenado 45 obras y para este año tiene previstas cuatro más; la primera de ellas, este próximo 7 de abril: «una obra llamada ‘Aporía’ para viola y piano».

Silvia Olivero, en un rincón del Conservatorio Profesional Manuel Carra, dedicado a la igualdad y la diversidad.

Silvia Olivero, en un rincón del Conservatorio Profesional Manuel Carra, dedicado a la igualdad y la diversidad. / A.V.

Silvia Olivero cree que las ‘cuotas’ están hechas para buscar el equilibrio, pero el riesgo estriba «en que nos acomodemos en esa situación»; y comenta los casos en los que se busca el protagonismo de las mujeres en el mes de marzo, «y luego desaparecen». 

Por eso, cree que el objetivo final debe ser «aspirar a la normalización», a ese compartir espacio de compositores y compositoras en el mundo de la música, sin cuotas ni exclusiones.

‘Compositoras’, ya ha sido presentado en Málaga, Madrid y San Fernando y se presentará en Gijón y otras ciudades de España.

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