El timo de la estampita nunca muere: tres personas estafan a una mujer en Málaga

El timo de la estampita sigue vigente en Málaga. Inmortal en las oficinas de denuncias y en las crónicas de sucesos, la Policía Nacional advierte de la alta especialización de sus protagonistas, capaces de manipular psicológicamente a las víctimas, normalmente personas de avanzada edad. Así ocurrió hace unos días en el barrio de Las Pirámides, en la Carretera de Cádiz, donde tres personas lograron embaucar a una octogenaria a la que finalmente arrebataron dinero y joyas tras un elaborado teatrillo. Los hechos, denunciados en la Comisaría Provincial y en manos de los investigadores, ocurrieron sobre las 9.00 horas de la mañana del 26 de marzo en la avenida Molière, vía por la que la mujer se dirigía sola al médico cuando fue abordada por un hombre.

El tipo, que aparentaba una discapacidad intelectual, le preguntó dónde podía comprar chucherías con el dinero que esa misma mañana se había encontrado debajo del asiento del tren en el que había hecho un trayecto. Le enseñó una maletita de la que asomaban muchos billetes, acción que atrajo la atención de un hombre y una mujer que en ese momento pasaban junto a ellos. Tras sorprenderse por la cantidad de dinero que llevaba el primero, la pareja propuso a la octogenaria un plan para hacerse con los billetes a cambio de un montón de chucherías que buscaba el hombre. Ese plan consistía en mostrarle al discapacitado dinero y joyas para hacerle creer que eran ricos y que le comprarían muchos caramelos a cambio de la pequeña maleta que se había encontrado en el tren. La pareja le dijo a la víctima que si tenía dinero y joyas en casa podían llevarla en coche hasta su domicilio rápidamente y así no perder una oportunidad que tarde o temprano aprovecharían otros. La convencieron. Fueron todos juntos hasta las proximidades de su vivienda, subió sola para coger joyas y un sobre en el que guardaba dinero en efectivo y volvió al vehículo en el que la llevaron hasta las inmediaciones del IES Mare Nostrum, donde estacionaron para culminar la transacción en el interior del coche. Tras mostrarle las joyas y el dinero al discapacitado y convencerlo de que le comprarían un montón de chucherías a cambio del dinero, llegó el momento del reparto.

Cambiazo

La pareja le entregó con prisas a la mujer una bolsa en la que se suponía que estaba el dinero y las joyas que cogió en su casa y la parte que le correspondía de los billetes que el discapacitado se había encontrado en el tren. Tras despedirse todos apresuradamente, la octogenaria abrió la bolsa al llegar a casa y comprobó que en el vehículo le habían dado el cambiazo. Todo era relleno.

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