Crónicas de la ciudad

Vivienda en Málaga: «Boquerones, que nos comen»

La manifestación del sábado ha sido fruto de la indignación, en una Málaga cada vez con más partes vedadas a los malagueños -incluso los que han estudiado-. La permisividad ha traído abusos, picaresca e inseguridad jurídica.

Un momento de la manifestación del sábado, por la vivienda, a su paso por la Acera de la Marina.

Un momento de la manifestación del sábado, por la vivienda, a su paso por la Acera de la Marina. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

En una conversación escuchada el pasado fin de semana, dos hombres departían sobre la crisis de la vivienda en Málaga. Mientras uno pedía «seguridad jurídica» para poder alquilar y que un inquilino no se apalanque sin pagar; el otro explicaba que un familiar tenía cuatro pisos turísticos que cobraba «en B» -eufemismo de ‘defraudar a Hacienda’-.

Qué duda cabe que la seguridad jurídica es lo primero; pero para todas las partes. También la reclaman los malagueños que han visto cómo, en los últimos años, se han colado en los bloques donde viven miles de pisos turísticos sin entrada y salida independientes; pese a que lo prohíben, desde 1997, dos PGOU sucesivos.

Málaga se ha convertido en la Corte de los Milagros inmobiliarios y ostenta el triste récord de contar con la zona con más proporción de pisos turísticos de España.

Además, un reciente estudio de la UMA ha desmentido el mito de que esta figura sea inocua. Todo lo contrario: con un 10% de pisos turísticos en el entorno, los alquileres -los pocos que van quedando- suben un 31 por ciento.

Dos vecinas de calle Alcazabilla aplauden al paso de la manifestación por la vivienda, el pasado sábado.

Dos vecinas de calle Alcazabilla aplauden al paso de la manifestación por la vivienda, el pasado sábado. / A.V.

Ya en la manifestación de noviembre, convocada por el Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Málaga, un agente inmobiliario, presente él también en la protesta, comentaba al firmante casos de imposibilidad física de nómadas digitales, con un sueldo más que digno, de encontrar piso en Málaga o su entorno.

El problema de la vivienda es ‘multidisciplinar’, pero qué duda cabe que nuestro Ayuntamiento ha puesto muchos kilos de granitos de arena por haberse pasado tantos años mirando para otro lado, haciendo caso omiso a las muchas medidas propuestas por su propio organismo, el OMAU; e incluso faltando a su palabra, al no cumplir la moción votada por el equipo de gobierno, hace 7 años, para hacer cumplir el PGOU y prohibir cualquier hospedaje sin entrada independiente en los bloques residenciales.

La plataforma ciudadana Defendamos Nuestro Horizonte, contra el rascacielos del Puerto, también estuvo presente en la manifestación del sábado.

La plataforma ciudadana Defendamos Nuestro Horizonte, contra el rascacielos del Puerto, también estuvo presente en la manifestación del sábado. / A.V.

Las medidas que ahora toma el Consistorio contra esta lacra, cuando todo se ha desbordado y es más fácil encontrar la Atlántida que un piso asequible en Málaga, nos recuerdan que la permisividad también puede ser fuente de abusos, picaresca e inseguridad jurídica. La firmeza llega tarde.

Por todo ello, y porque cada vez hay más partes de Málaga vedadas a los malagueños -también a los que ‘han estudiado’-, el firmante se sumó a la manifestación del sábado 5. Como decía uno de los carteles: «Boquerones, que nos comen». En A y en B.

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