Mirando atrás

Mangas Verdes: el parque más lento de España llega a la meta

La Asociación de Vecinos de Mangas Verdes celebra la conclusión, por la Junta de Andalucía, del Parque del Sendero del Cau, el pasado enero. Las obras, nacidas a raíz de una visita del socialista Manuel Chaves en 2001, se iniciaron hacia 2007 y sufrieron largos parones.

Un grupo de vecinos de Mangas Verdes disfruta, en el nuevo parque mirador del Sendero del Cau, este mes.

Un grupo de vecinos de Mangas Verdes disfruta, en el nuevo parque mirador del Sendero del Cau, este mes. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

«Somos un barrio que sabemos esperar. Sabemos que para que se gasten el dinero en un sitio como este, con 5.000 vecinos, hace falta voluntad política», reconoce Antonio Martos, presidente de la Asociación de Vecinos de Mangas Verdes.

Los comentarios los realiza este mes en una zona verde que, como tituló La Opinión en el año 2015, se había convertido en ‘El parque más lento de España’. Se trata del Parque del Sendero del Cau, el de las eternas obras de Mangas Verdes. Desde la publicación de ese reportaje, todavía quedaría una década para que se inaugurara.

De hecho, no fue hasta el pasado 9 de enero de este año, cuando la consejera de Fomento, Rocío Díaz, junto con la delegada de la Junta, Patricia Navarro y el concejal de Ciudad Jardín, Avelino Barrionuevo, inauguraban este espacio de menos de 200 metros lineales, bajo el que culebrea, por el subsuelo, un tramo del Acueducto de San Telmo. Un parque lineal entre las calles Pulgarín Bajo y La Panala, convertido en un espléndido mirador con vistas únicas de Mangas Verdes y los barrios vecinos.

Inauguración del Parque del Sendero del Cau, en Mangas Verdes, el pasado 9 de enero.

Inauguración del Parque del Sendero del Cau, en Mangas Verdes, el pasado 9 de enero. / La Opinión

Con esta inauguración la administración autonómica, en la actual etapa con los populares, hizo realidad la promesa de completar esta obra, iniciada durante la etapa socialista.

De hecho, como recuerda Antonio Martos, todo arrancó hace 24 años, con una visita electoral del presidente autonómico, el socialista Manuel Chaves, que pregunto a los vecinos qué podía hacer por el barrio.

La propuesta de hacer este parque comenzó a forjarse hacia el año 2007, como muy tarde, pues como en 2009 el propio Antonio Martos declaraba en La Opinión, durante una visita a las obras: «La cosa está totalmente parada hace año y medio, nos han tomado el pelo».

Antonio Martos, en mayo de 2009 en el parque de Mangas Verdes, cuando ya denunciaba que las obras llevaban año y medio paradas.

Antonio Martos, en mayo de 2009 en el parque de Mangas Verdes, cuando denunciaba que las obras llevaban año y medio paradas. / Arciniega

Ese mismo año, recordaba el presidente vecinal, se encontró con Manuel Chaves, quien se sorprendió de que el parque no se hubiera terminado, explica.

La crisis económica y el hecho de tener que integrar un Bien de Interés Cultural del XVIII como un tramo del Acueducto de San Telmo fueron los dos grandes obstáculos que hicieron de este parque mirador el ‘parto de los montes’.

«Ya ni me acuerdo de la pila de delegados de Obras Públicas que han ido pasando en estos años», destaca Antonio Martos, que recuerda que, cada vez que terminaba una reunión con alguno de ellos salía diciendo: «Ya está hecho». Por este motivo, quiere remarcar la buena sintonía con la actual delegada de Fomento en Málaga, Rosa Morales. «Me enseñó los papeles y me dijo que se iba a terminar», remarca.

Antonio Martos, en el parque inconcluso de Mangas Verdes.

Antonio Martos, en el parque inconcluso de Mangas Verdes, con un plano de proyecto, en 2016. / Arciniega

Por el camino, innumerables denuncias y reportajes, por el peligro que suponía el parque, inacabado pero cruzado a diario por los niños, que acortaban para ir al colegio, y eso que el suelo estaba erizado de hierros de la obra que, finalmente, los vecinos cubrieron con latas, para evitar accidentes.

La señal del acueducto

Con la intervención de los arquitectos Juan Gavilanes y Francisco González, dos de los autores de la remodelación de calle Larios, el proyecto dio un giro. Como recuerda Antonio Martos, el acueducto se decidió señalizarlo pero no mostrarlo. «Yo lo quería al descubierto; pero los arquitectos me convencieron, porque eso se iba a romper como en calle Alcazabilla» -restos de la muralla de la ciudad cubiertos con un cristal-.

«Esto estaba fatal y ahora arreglado, bonito y en condiciones», sentencia Isabel Tovar, vecina del barrio. A su lado, Ana Martos, hermana de Antonio y que en numerosas ocasiones denunció el abandono de las obras, resume el presente con dos palabras: «Está precioso».

El tramo del acueducto de San Telmo, ha quedado en el subsuelo del parque del Sendero del Cau de Mangas Verdes, pero señalado por estos ladrillos en espiga.

El tramo del Acueducto de San Telmo, ha quedado en el subsuelo del parque del Sendero del Cau de Mangas Verdes, pero señalado por estos ladrillos en espiga. / A.V.

Las obras incluyen, entre otros elementos, un parque infantil así como murales artísticos realizados por grafiteros que, previamente, se han reunido con mujeres de Mangas Verdes, para reflejar costumbres y estampas del barrio, con ellas de protagonistas. Además, también se ha aprovechado para adecentar el pequeño puente de Melero, que forma parte del acueducto, por la parte de Pulgarín Bajo.

Una vez conseguido el Parque del Sendero del Cau, la asociación de vecinos tiene como prioridad pedir al Ayuntamiento el hormigonado de cuatro pequeños tramos en sendas calles del barrio.

Antonio Martos, este mes, acompañado por vecinas de Mangas Verdes, en un rincón del Parque del Sendero del Cau, ya terminado.

Antonio Martos, este mes, acompañado por vecinas de Mangas Verdes, en un rincón del Parque del Sendero del Cau, ya terminado. / A.V.

Una vez conseguido este objetivo, Antonio Martos explica que otra meta de los vecinos es conseguir la comunicación entre el vecino barrio de Parque del Sur y Mangas Verdes, separados por un gran talud en calle La Panala que, antiguamente, se cruzaba por el puente del arroyo Aceiteros, que forma parte del acueducto, y hoy, no está en muy buen estado.

os vecinos abogan por una conexión con el vecino barrio de Parque del Sur, a través del puente del arroyo Aceiteros, escalera o ascensor.

Los vecinos abogan por una conexión con el vecino barrio de Parque del Sur, a través del puente del arroyo Aceiteros, escalera o ascensor. / A.V.

Antonio Martos cree que puede haber una solución técnica, bien habilitando de nuevo el paso por el puente, que muchas mujeres del barrio usaban para trabajar en una fábrica de pantalones; bien mediante una escalera -y ahí está la instalada para el mirador de la Alcazaba-. Si el parque ‘más lento de España’ alcanzó la meta tras un mínimo de 18 años, ¿no se va a poder?

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