ENTREVISTA | Jorge Úbeda Escritor, profesor y filósofo

«Hay que poner por delante lo que podemos hacer juntos»

El madrileño Jorge Úbeda, doctor en Filosofía y profesor en la Universidad Complutense, presentó hace unos días en el Centro Arrupe de Málaga el ensayo ‘La era de la fraternidad’, editado por la Universidad Pontificia de Comillas

El pensador aboga por derribar muros y plantearse qué podemos hacer juntos, siendo diferentes, al tiempo que recuerda que una sociedad democrática es aquella que se dice fraterna.

Jorge Úbeda, esta semana en Marbella.

Jorge Úbeda, esta semana en Marbella. / La Opinión

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Málaga

Afable, cercano y didáctico, el profesor Jorge Úbeda Gómez (Madrid, 1975), director de la Fundación Promaestro, acaba de presentar en Málaga un libro que parece ir en contra de los tiempos; pero que, por eso mismo, cree más que necesario hoy: ‘La era de la fraternidad’ (Universidad Pontificia de Comillas).

¿Cómo le atrapó la Filosofía?

Entré en el noviciado, y aunque era más bien de un perfil de ciencias puras, porque me gustaban mucho la Biología y la Química, en el curso de los estudios como jesuita la verdad es que me enamoré completamente de la Filosofía. Luego, dejé la Compañía de Jesús, terminé la carrera y decidí que ese era un poco mi camino. Lo que más me enamoró fue la posibilidad de estudiar muchas cosas, porque en Filosofía estudiamos un montón de aspectos, desde temas de Ciencias, de Matemáticas, de Arte, de Historia, de Metafísica... de todo.

Una visión muy amplia.

Y luego está esa invitación, continuamente, a la libertad de conciencia y de opinión; a intentar dar las respuestas por uno mismo y no dejarse llevar por lo que se diga. La verdad es que todo eso me atrajo enormemente y de inmediato quise ser profesor. Ahora, mi vida profesional está dividida un poco entre una fundación que dirijo, Promaestro, en la que nos dedicamos a temas de fortalecimiento de la profesión docente, y la docencia en la Facultad de Filosofía de la Complutense. Además, trato de llevar la Filosofía más allá de la aulas: hago muchos cursos para gente interesada en Filosofía, tratando un poco de aproximar este saber, que a veces parece muy oscuro, muy complicado, para que la gente pueda usarlo en su vida.

Publicar un libro sobre la fraternidad, con la que está cayendo; cuando menos parece osado, muy a contracorriente.

Sí, claramente el libro sale en un momento en el que incluso todo el lenguaje va en la dirección contraria; en la del conflicto, la guerra, la separación, los muros...; pero, por otro lado, creo que es un momento oportuno para tratar de poner encima de la mesa esta reflexión, en la medida en la que la Humanidad, que está, desde hace varios siglos, en un proceso de Ilustración, de intentar generar las condiciones para emanciparse, pues quizás ha insistido mucho en la libertad y la igualdad, pero se ha olvidado de la fraternidad.

Y la ética protestante, incidiendo en la libertad individual.

Claro, son como las ilusiones de que uno puede ser libre sin los vínculos y dependencias de los otros o las ilusiones de la igualdad, de que tenemos una buena idea y vamos a ser todos iguales; cuando eso también crea, a veces, ciertos infiernos en la Tierra. Yo creo que la fraternidad viene a poner un principio de realidad, y decir: ¿qué podemos hacer juntos siendo diferentes? Yo creo que esa es una pregunta importantísima hoy, y necesitamos poder responderla, no sólo a nivel macro (política, geopolítica, etc...), sino sobre todo en la interacción social cotidiana: en la familia, en los trabajos, en las escuelas, en la vida social. Estamos viviendo un momento en el que hay demasiada intensidad puesta en la afirmación de lo de uno, y quizás hay que poner un poco el foco en que, sí, ya sabemos que somos diferentes y hay que reconocer esa diferencia, pero ¿qué podemos hacer juntos? La fraternidad va al corazón de esa pregunta.

La era de la fraternidad.

La era de la fraternidad. / La Opinión

Las redes sociales, los móviles, ¿erosionan la fraternidad?

Hay una manera de funcionar en ese ámbito de las redes sociales que quizás anima a una exageración narcisista de uno mismo, a la exhibición, a la búsqueda de la aprobación del otro etc... Ahora casi no uso las redes sociales, mi experiencia inicial era que podías generar una comunidad con gente diferente, algo que, desgraciadamente, no es lo más común ahora. Es cosa nuestra cambiarlo.

¿Su aproximación a la fraternidad es laica o religiosa?

Mi intención ha sido hacer una aproximación laica, que pueda aproximarse a un lector que no se sienta vinculado a ninguna tradición religiosa; pero a quien viva en un marco de creencias religiosas el libro no le va a resultar extraño y se puede sentir identificado. Al final, todas las grandes tradiciones religiosas tienen un fondo de compromiso con una cierta idea de la fraternidad. En todas ellas late el reconocimiento del otro y la compasión como una de las virtudes básicas, etc... y son temas que desarrollo en el libro. Más que laico, es un texto ecuménico.

Sólo contamos con este mundo y, a veces, da la impresión de que pende de un hilo por falta de fraternidad.

La fraternidad, realmente, se funda en la experiencia de que compartimos una ‘común fragilidad’ y necesitamos imaginar, pensar, crear espacios, tiempos; incluso instituciones en las que sea posible cuidar esa fragilidad.

¿Qué consejo le da a esos políticos que ven al contrario como un enemigo?

Desgraciadamente, se ha instaurado una retórica un poco de guerra, de amigo y enemigo. Es una pena porque una sociedad que se dice democrática es una sociedad que, en realidad, se dice fraterna, que articula una relación entre los diferentes. Creo que hay que dejar de poner por delante lo que somos y poner por delante lo que podemos hacer juntos.

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