Apagón

Así se vivieron las primeras horas en el centro de Málaga tras el apagón

Largas colas en panaderías y supermercados que cobraban solo en efectivo. Hoteles sin luz y con personas atrapadas en los ascensores, mientras las tiendas echaban el cierre y blindaje total en bancos y joyerías

Así se vivieron las primeras horas en el Centro de Málaga tras el apagón

Arancha Tejero

Málaga, al igual que el resto del país, Portugal y Francia, vivió ayer una jornada de auténtica locura tras un súbito apagón sin precedentes que obligó a paralizar toda la actividad salvo allí donde se disponía de generadores y servicios de contingencia, como fue el caso del aeropuerto de Málaga, hospitales e incluso algunos hoteles de la capital.

El corte de suministro eléctrico se produjo pasadas las 12:30 horas de la mañana, con la ciudad a pleno rendimiento y al ritmo propio de un lunes laborable en una semana "más corta" por el tradicional puente de mayo por el Día del Trabajo.

Durante la primera hora en el Centro de Málaga se vivieron momentos de verdadero contraste entre el desconcierto más absoluto de los empleados de los bares, restaurantes y comercios, frente a la aparente normalidad de los turistas, que incluso seguían curioseando en las tiendas sin luz y tomando algo en las terrazas, pese a que la mayoría de las cocinas solo podían servir platos fríos. 

 "Solo estamos dando ensaladas, vinos y cervezas que aún están frías", comentaban trabajadores del restaurante Tatanegro, en una Plaza del Obispo llena de transeúntes. 

La luz tardó en volver más de 12 horas en algunas barriadas

La Taberna La antigua Málaga se encontraba en idéntica situación, sin posibilidad de servir platos cocinados al tener todos sus electrodomésticos apagados ante la falta de suministro. "Ni siquiera hemos podido usar el barril de cerveza, porque es eléctrico", afirmaba Antonio, trabajador de la taberna, que indicaba que solo habían podido servir ensaladilla, jamón y demás comida fría.

En ROU Mate Café, los clientes no pararon de llegar a pesar del apagón: "La gente parece que tenga más hambre", relataba Zoe, una de las trabajadoras del negocio, que aseguraba que incluso había más clientes que en cualquier otra jornada. "Hemos servido solo pitufos y bebidas porque no podíamos cocinar nada", añadía.

Mayor suerte ha ocurrido el Bar El Mariquero, que la tradición de su cocina, aún con gas butano, le permitió mantener su servicio a pleno rendimiento, aunque con temor a las posibles pérdidas por no contar con electricidad en los frigoríficos y congeladores. "Esperemos que la luz vuelva pronto y no perdamos lo que hay en las cámaras frigoríficas", señalaba Paco, el dueño.

Cuando Red Eléctrica Española confirmó que necesitaría entre 6 y 10 horas para restituir el suministro, así como que la supuesta avería afectaba a toda la península ibérica, los establecimientos comenzaron a echar el cierre, empezando por las joyerías y las cadenas textiles, que fueron los primeros en bajar la persiana por motivos de seguridad.

Ante la falta de semáforos, la Policía Local tuvo que reconducir el tráfico en las calles.

Ante la falta de semáforos, la Policía Local tuvo que reconducir el tráfico en las calles. / La Opinión

Por cierto que entre esos negocios estaba la nueva tienda del Málaga CF en la calle Larios, que justo esa mañana estaba de inauguración. Un debut frustrado que solo duró un par de horas.

Uno de los primeros problemas con los que se encontraron los tenderos y dependientes fue que ante la ausencia de electricidad no podían bajar las persianas de sus negocios, ya que en su mayoría funcionan con un sistema eléctrico y no manual. 

“Estamos a la espera, pero si no conseguimos cerrar la persiana tenemos que quedarnos aquí", explicaban empleados de la joyería Pandora de Larios.

Algunos bares siguieron la jornada con total normalidad.

Algunos bares siguieron la jornada con total normalidad. / La Opinión

En algunos casos consiguieron forzar la corredera con ayuda de una escalera, e incluso escobas, para asegurar el negocio y los que no se prepararon para hacer guardia durante la tarde y la noche para evitar robos.

Cierre inmediato en tiendas del Centro

En el Centro de la ciudad, el cierre de tiendas fue casi inmediato tras el apagón. Los comercios de lujo — joyerías de calle Larios y tiendas de ropa—  fueron los primeros en bajar la persiana por motivos de seguridad. 

Persianas, que en muchos casos, no podían bajarse al ser eléctricas: "Estamos a la espera, pero si no conseguimos cerrar la persiana tenemos que quedarnos aquí", explicaban empleados de la joyería Pandora.

En la sede de la Caixa de la calle Larios también se vieron obligados a cerrar, ya que no funcionan ninguno de los ordenadores y por motivos de seguridad. "No hay otra, hoy tiene mala pinta esto", comentó uno de los empleados que tuvo de ayudarse de una escoba para poder bajar la persiana.

Pagos en efectivo

Aun así, hubo algunos negocios que optaron por permanecer abiertos, al menos durante unas horas más, aunque solo podían cobrar en efectivo y hacer tanto la factura como el registro de ventas a mano. No obstante, como destacaron los empelados de la tienda de Ray-Ban, ya casi nadie lleva y, muchos menos, grandes cantidades. "Aqui estamos parados, asombrados, esperando por si alguien quiere pagar en efectivo, pero no entra nadie", contó Marta, una de las dependientas.

En el caso de la tienda de Encuentro del centro de Málaga, decidieron en un principio también continuar vendiendo, a la espera de que volviese la electricidad. "No funciona nada, hemos cobrado en efectivo y estamos haciendo facturas a mano", relató una de las trabajadoras.

Supermercados: colas y cierres anticipados

En los primeros minutos del apagón, algunos supermercados como Carrefour solo permitían compras esenciales —principalmente agua y bebidas— y exclusivamente en efectivo. Poco después, el establecimiento cerró sus puertas. "No podemos dar cambio ni abrir la caja ni nada. Vamos a cerrar y esperar", aseguraban los trabajadores de la calle Especería. 

Los supermercados procedieron al cierre.

Los supermercados procedieron al cierre. / La Opinión

Aldi, Día y Lidl procedieron a cerrar rápidamente tras desalojar a todos los clientes. En contraste, Mercadona pudo permanecer abierto gracias a generadores propios, aunque las colas en las cajas fueron interminables. Los clientes se lanzaron a hacer acopio, sobre todo de agua, papel higiénico y comida enlatada.

Lo mismo ocurrió en el supermercado Superka, en el que la entrada de clientes eran constantes en busca de productos de primera necesidad. "Nos ha llegado la cola hasta el final de la tienda", relcalcaba Nani, trabajadora del negocio, que aseguró que toda la jornada tuvieron que mantener la actividad con calculadora, papel y lápiz ante la falta de electricidad para la caja registradora y el pago con tarjeta.

Las panaderías funcionaron, con efectivo, a pleno rendimiento.

Las panaderías funcionaron, con efectivo, a pleno rendimiento. / La Opinión

Panaderías, a pleno rendimiento

Mientras otros negocios cerraban, las panaderías se vieron desbordadas. Establecimientos como La Canasta, Graniel y numerosas panaderías de barrio trabajaron sin descanso: "Fue una locura, vendimos todo el pan que teníamos. Todo en efectivo, claro", contaban los panaderos.

"La gente se ha vuelto un poco loca", explicaba Fernando, de la panadería Fermanto, mientras atendía a decenas de clientes que se amontonaban en el local para hacerse con las últimas barras de pan disponibles. "Estamos cobrando en metálico porque no funciona nada", aseguraba el trabajador mientras guardaba el dinero recaudado en una caja de cartón ante la imposibilidad de utilizar la caja registradora.

Hoteles: entre la normalidad y el caos

Algunos hoteles como el AC Málaga Palacio pudieron mantener la actividad gracias a sus generadores. Sin embargo, justo enfrente, en el hotel Molina Lario no corrieron la misma suerte.

Aquí se tuvo que rescatar a una persona atrapada en un ascensor y varios vehículos quedaron bloqueados en el aparcamiento, sin poder acceder ni salir.

Colapso en bancos y cajeros automáticos

Los bancos fueron de los primeros en cerrar al quedar paralizada toda su actividad. En las sucursales de Unicaja se formaron largas colas frente a los cajeros,intentando sacar efectivo. 

En la Caixa tuvieron que ayudarse con escobas para poder cerrar su sucursal.

En la Caixa tuvieron que ayudarse con escobas para poder cerrar su sucursal. / La Opinión

Estampa curiosa la del especialmente en el cajero Euronet en la calle Molina Lario, único punto del centro donde se restableció la electricidad sobre las 19.00 horas y donde las colas casi doblaban la esquina. 

Caos en el transporte de Málaga durante el apagón

Ana I. Montañez

Transportes

El apagón histórico provocó un caos total en todos los servicios de transportes, tanto urbanos como interurbanos y largas distancias, a excepción de la EMT, que mantuvo la actividad en la capital.

Los trenes de media y larga distancia se cancelaron a partir de las 12:30 y los viajeros se arremolinaron a las puertas del Vialia, que hasta la noche no pudieron acceder a la estación. También se paralizaron las conexiones en el Cercanías y el Metro de Málaga. Estos últimos tuvieron que salir por su propio pie de los túneles del suburbano, ya que tras la caída de la red eléctrica, los trenes quedaron estacionados en una zona de interestaciones.

Ante la falta de trenes, la estación de autobuses de Málaga se llenó de pasajeros que trataban de realizar el trayecto que habitualmente hacen en tren, como ocurrió, por ejemplo, con los ciudadanos que se dirigían a Álora, Pizarra, Fuengirola o Benalmádena. Eso sí, las ventanillas de la estación de los Tilos no estaban operativas, por lo que solo se podía abonar el billete en efectivo directamente al conductor.

Junto a los autobuses, también mantuvieron el servicio público de transportes los taxis, con las mismas limitaciones de pago en efectivo. El aeropuerto consiguió mantener su actividad habitual gracias a un sistema de contingencia equipado con grupos electrógenos que mantuvo al recinto con electricidad, permitiendo realizar los controles, la facturación y los embarques con normalidad, así como mantener el funcionamiento de la torre de control y la actividad de los comercios y negocios de restauración. Eso sí, eso no impidió que se generasen importantes colas en el aeropuerto debido a las cancelaciones de compañías como Ryanair o Vueling, así como viajeros que acudieron a las ventanillas de las compañías tratando de buscar vuelos ante la parálisis del transporte ferroviario.

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