Apagón en Málaga

De Madrid a Málaga en tren pasando por Malagón: "Fueron los vecinos del pueblo quienes nos ayudaron"

Andrea García fue una de los más de 200 pasajeros que viajaban desde Atocha a María Zambrano en un Iryo que se quedó parado a la altura de una localidad a 25 minutos de la capital de Ciudad Real que se volcó para ayudar

De Madrid a Málaga en tren pasando por Malagón

La Opinión

Ana I. Montañez

Ana I. Montañez

Málaga

A Andrea García, una malagueña que reside en Madrid, el apagón le pilló en un tren al que se subió en la estación de Atocha cinco minutos antes de las 12 de la mañana de ayer. Se dirigía a Málaga para pasar unos días en su tierra y aprovechar, además, para hacerse una intervención dental. A partir de las 12:50 supo que el día la obligaría a cambiar de planes.

Según cuenta a este periódico, a esa hora, unos 20 minutos después del corte de suministro que ha afectado a España, Portugal y Francia, el tren Iryo en el que viajaban acabó parando "en mitad de la nada". Al no haber luz, no había tensión en la vía, haciendo imposible que el tren pudiera seguir en movimiento.

Tras permanecer durante tres horas dentro de los vagones a la espera de que volviese el suministro o que acudiese un dispositivo de rescate, los pasajeros asistieron a una ola de solidaridad por parte de los vecinos de Malagón, un pueblo de Ciudad Real de menos de 8.000 habitantes que se volcó para ayudar a los viajeros.

Evacuados en Malagón debido al corte de luz.

Evacuados en Malagón debido al corte de luz. / L.O

"Avisaron a la Guardia Civil, abrieron una verja que había y nos empezaron a sacar del tren", relata agradecida Andrea, que explica que el ayuntamiento de la localidad les acomodó en un primer momento en un pabellón municipal, donde también fueron asistidos por la Policía Local. "Nos trajeron un montón de comida de sus casas".

Dormir en un polideportivo

Cuando ya era evidente que tendrían que pasar allí la noche, los trasladaron a un polideportivo. Allí durmieron en colchonetas y esterillas, y algunos vecinos trajeron colchones que priorizaron para los niños pequeños y las personas mayores. "Se han portado genial, si no llega a ser por ellos...Iryo no se ha hecho cargo".

A las dos de la mañana consiguieron recuperar la conexión, por lo que Andrea pudo contactar con sus padres, que no sabían nada de ella desde que les avisó brevemente de que el tren se había parado en la vía. "Mi madre intentó ir al Vialia a por información pero allí no sabían nada".

Colchonetas donde los viajeros pasaron la noche en Malagón.

Colchonetas donde los viajeros pasaron la noche en Malagón. / L.O

Esta mañana, el ayuntamiento ha fletado autobuses para que los pasajeros pudieran llegar a Ciudad Real, a 25 minutos de Malagón en coche, para coger el tren que la compañía ha dispuesto para la vuelta de los pasajeros hasta la estación María Zambrano.

Aunque la salida estaba prevista para las 10:30, finalmente se ha retrasado hasta pasadas las 11 para que a los viajeros les diera tiempo a organizarse y llegar hasta la estación.

Un centenar de voluntarios

Ante la falta de respuesta por parte de la compañía ferroviaria, un centenar de voluntarios de Malagón se organizaron para atender a los viajeros en coordinación con el propio ayuntamiento, que puso en marcha un dispositivo de ayuda en el que participaron la Guardia Civil, la Policía Local y Protección Civil.

Rescate en Malagón de un tren con destino a Málaga.

Rescate en Malagón de un tren con destino a Málaga. / L.O

Durante horas, el pabellón se transformó en un albergue improvisado donde no faltaron colchones, mantas, alimentos, bebidas, pañales o medicamentos, gracias a las donaciones realizadas por particulares y comercios locales, según ha informado Europa Press.

"Nadie podía quedarse sin un lugar digno para dormir", ha asegurado el alcalde de la localidad, Luis Carlos Segura, a la vez que ha dado las gracias a todas y cada una de las personas que "pusieron su granito de arena para reconducir una difícil situación".

Con la llegada de la mañana, la situación ha comenzado a normalizarse y los viajeros han ido retomando sus destinos. Muchos vecinos han seguido colaborando incluso después de la noche de acogida, poniendo a disposición sus vehículos personales para trasladar a quienes lo necesitaban hasta Ciudad Real capital.

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