Entrevista | Sehila González Cientírica experta en fusión nuclear
Sehila González: «La energía de fusión mitigaría sucesos como el apagón eléctrico»
Aunque no lo sepa demasiada gente, una científica malagueña es un referente mundial en la fusión nuclear. Se trata de Sehila González de Vicente (Vélez-Málaga, 1979), quien atendía esta entrevista el pasado lunes cuando se produjo el apagón eléctrico peninsular. Se encontraba en La Térmica de Málaga, dónde esta prestigiosa física organizó un encuentro de expertos internacionales sobre la aún no comercializada energía de fusión

La física malagueña Sehila González, el pasado lunes en el centro cultural La Térmica. / Francis Silva

¿Qué conserva de aquella niña, que se crió en la costa veleña de Lagos, la científica que ahora destaca en el campo de la física?
Todo. Porque es la misma persona. Siempre tuve curiosidad y me gustaba la ciencia. Me gustaba aprender de lo que pasaba en el mundo y por qué las cosas evolucionaban de la forma que evolucionaban. Y eso lo sigo teniendo. Me gusta aprender qué está pasando, cuáles son las nuevas tecnologías que existen, qué implicaciones tienen o dónde se están dando los avances más importantes. Y, bueno, ahora lo he sofisticado un poco, pero en esencia es lo mismo.
Está considerada un referente a nivel internacional en la fusión nuclear ¿Cómo explicaría para que todo el mundo lo entienda a qué dedica sus investigaciones?
Pues yo empecé como cualquiera. Yo soy física, física de materiales. Empecé investigando, y en el laboratorio, materiales para fusión. Al principio, lo que uno hace es dedicarse a lo más concreto y, poco a poco, te vas expandiendo. Pasas de mirar algo particular a algo más general. A mirar diseños de máquinas de fusión al completo y, luego, a mirar programas de fusión a nivel internacional. Entonces, es un proceso. Es un aprendizaje dónde uno va de lo concreto a lo general. Y, a partir de ahí, intenta encajar lo general de fusión con integrar fusión o la energía de fusión en el mix energético. Y ver qué efectos podría tener el desarrollo de esta tecnología o su comercialización, el impacto que podría tener en el mix energético actual. Y, bueno, es un proceso también, poco a poco.
¿Si esa energía se asocia con la palabra nuclear, puede que eche para atrás a la gente porque recuerde a Chernobyl o al ‘botón’ que puede traer el fin del mundo?
Es que a la energía de fusión, normalmente, la gente la llama así: energía de fusión. La palabra nuclear no se suele utilizar. Es cierto que viene del núcleo de del átomo, pero también es cierto que el átomo que se utiliza es el átomo más ligero. El hidrógeno y los isótopos del hidrógeno, que no tienen nada absolutamente que ver con lo que uno asocia a lo nuclear, que es el uranio y el plutonio de la energía de fisión. Entonces, no le veo la conexión porque es que no se parecen en nada. De hecho, la energía de fisión está ahora disponible a a nivel comercial porque las plantas de fisión existen y se utilizan, mientras que la energía de fusión es mucho más compleja de alcanzar. Y tenerla de una forma comercial es mucho más complicado y por eso aún no la tenemos. Es que son dos cosas completamente opuestas. La energía de fusión es una energía limpia, una energía segura. Lo complicado de una máquina de fusión es que funcione, si no se apaga. Si no se dan las condiciones necesarias, de cientos de millones de grados y con un confinamiento adecuado, la máquina se apaga. No hay una reacción en cadena, no hay nada de esto. Entonces, no hay por qué tener una herencia de la que uno no es parte.
¿Hubiesen sido menores las consecuencias del reciente apagón eléctrico peninsular, si estuviera en el mercado la energía de fusión?
El desarrollo de esta tecnología y su implementación mitigaría sucesos como el apagón, que pueden paralizar un país durante horas. La energía de fusión es una fuente de energía firme, esto significa que está garantizada en todo momento del día o del año, no importan las condiciones del sistema, como el estado de la naturaleza (el clima, por ejemplo) en el momento que la demanda requiera la generación de energía eléctrica. Además, presenta una gran modularidad con lo que hace que los sistemas en los que se integre sean mas robustos y puedan responder de una forma más eficiente a cualquier contratiempo.
La sociedad es más consciente del cambio climático y sabe que se necesita más energía
¿Cuando y cómo podría comercializarse esa nueva energía de fusión de la que habla?
Entre las empresas que han estado estos días en Málaga, están representadas las mayores empresas de fusión del mundo y tienen una escala de tiempo de entre 10 y 12 años. No es algo que va a ocurrir dentro de 30 años o del futuro, está ocurriendo ahora. Hay, incluso, empresas con una escala de tiempo un poco más reducida. La próxima década seguro que vamos a tener plantas de energía de fusión.
¿Por qué cree que este tipo de energía es necesaria y posible?
En primer lugar, es necesaria porque la demanda de energía está aumentando exponencialmente en todo el mundo. En Occidente, o en la parte desarrollada del mundo, porque tenemos nuevas aplicaciones por la inteligencia artificial y los estándares de vida requieren cada día más energía. Y, por otra parte, porque tenemos un sur global que se está desarrollando, que requiere también más energía. Entonces, lo que tenemos que hacer primero es cubrir la demanda. Y para cubrir la demanda actual y futura, futura en el corto plazo, se necesitan nuevas fuentes de energía. Eso es lo primero. Y esas fuentes de energía tienen que ser lo más limpias posibles, lo más seguras posibles y lo más confiables posibles. Y ahí la fusión encaja perfectamente.
Usted es la directora global de energía de fusión en Clean Air Tax Force, una entidad estadounidense que lucha contra el cambio climático ¿Cree que la sociedad empieza a ser más consciente de los peligros de ese cambio de las temperaturas y de los patrones meteorológicos?
La sociedad empieza a ser más consciente de esos fenómenos meteorológicos extraños y extremos porque cada día son más frecuentes y tenemos más conciencia de ellos. Y, además, la sociedad también es consciente de que cada día se necesita más energía y la energía es necesaria para mantener nuestros estándares de vida. Uno necesita calefacción en invierno, necesita aire acondicionado en verano, necesita que su internet funcione, necesita que su ordenador funcione, necesita ir a un médico y que le hagan una prueba diagnóstica, que eso funciona con energía... Todos utilizamos mucha energía a lo largo del día y entendemos que eso está ahí por defecto. Y no lo está, necesitamos anticipar demanda. Y eso es algo que conlleva el desarrollo de nuevas fuentes de energía. Y tienen que ser limpias, tienen que ser seguras... No puede ser quemar carbón y gas solamente.
¿Qué opinión le merece la existencia de corrientes negacionistas del cambio climático?
Cada uno es libre de pensar lo que quiera o lo que vea. Pero, si se niega el cambio climático, es porque no hay más ciego que el que no quiere ver. En particular, alguien que viva en Málaga, dónde tenemos estas sequías recurrentes, estos veranos de un bochorno horrible o situaciones que nunca han sido tan extremas. Además, este año aquí en España también hemos tenido las Dana.
Siempre me he sentido respetada, pero me han ayudado, me han abierto puertas
Usted es científica ¿Se siente tan respetada como quienes tienen el mismo oficio terminado en ‘o’ o la desigualdad existe aún en disciplinas como la suya?
Yo he tenido suerte. Siempre me he sentido respetada. Pero me han ayudado, me han abierto puertas. Mi director de tesis, que era un señor y ya está retirado, siempre me presento a comités y a reuniones. Y, a partir de ahí, la gente te respeta. Luego tienes tu trabajo y todo lo demás, pero necesitas que alguien te abra la puerta y te introduzca en ese mundo. Yo soy presidenta del grupo Women in Fusion (Mujeres en Fusión) y siempre que puedo intento abrir esas puertas a otras mujeres. Y también hay muchos hombres que le abren puertas a estas mujeres. Pero se necesita ese apoyo.
¿Lo necesitan por ser mujer?
Por ser mujer. Porque eres joven cuando estás empezando. Porque no te conocen, y necesitas que la comunidad te conozca y te acepte. En eso que se aplica a un hombre y a una mujer, cuando eres una chica tienes un plus. Tienes que salvar ese plus. Porque las mujeres en fusión son menos de un 20%. Y depende ya del país, te vas incluso a porcentajes más bajos.
¿Considera que esa brecha de género puede reducirse?
Esa brecha de género existe y yo creo que se puede reducir. Hay muchas chicas jóvenes que se interesan ahora por la ingeniería, por la física... Y hay ramas nuevas del conocimiento que se están integrando en la fusión. Antes no necesitábamos economistas ni abogados, no necesitábamos gente así. Pero ahora la fusión se está convirtiendo en una industria, requiere esos nuevos perfiles y ahí sí que puede haber más chicas. Además, centrándonos en las carreras STEM, sí que veo más chicas jóvenes interesadas y lo importante es que no se desinteresen, que permanezcan y no se estanquen. Porque puede que haya bastantes chicas en niveles intermedios, pero ¿cuántas suben y se convierten en CEO o vicepresidenta de una compañía? ¿Cómo hago un camino de carrera para esas chicas para que se queden en el sector y, además, prosperen? Hay varios retos: atraerlas, mantenerlas y proveerlas de un camino de progresión profesional.

Sehila González, durante la entrevista. / Francis Silva
«Es increíble toda la gente que ha venido a Málaga a teletrabajar»
Tras residir en Reino Unido, Bélgica, Alemania y Austria, vuelve a vivir en la Axarquía, ¿cómo se ha encontrado su tierra?
Igual. Lo cual no es bueno porque si en 20 años no ha mejorado... Creo que le falta tejido industrial. Creo que tiene una oportunidad con las nuevas tecnologías y no la está aprovechando todo lo bien que debería aprovecharla. La Axarquía es un páramo en materia tecnológica. Lo era cuando yo era pequeñita, y lo sigue siendo ahora.
Su comarca ha sido la zona de Málaga en la que más se han sentido los estragos de la sequía. ¿Cree que lo vivido debe servir para prevenir más y evitar riesgos, como los que pusieron en peligro un sector tan pujante como el de los cultivos tropicales?
La Axarquía vive fundamentalmente -y yo no soy experta en la economía de la Axarquía ni mucho menos- de los cultivos tropicales. Y el agua es fundamental. Es su combustible. Pero no creo que se estén estudiando medidas que palien una potencial sequía en el futuro, ni la optimización del uso del agua ni nada que se le parezca. Aquí vamos de sequía en sequía y luego pues ya llueve, si Dios quiere.
Se está hablando mucho del proyecto de una desaladora...
Pueden hacer desaladoras, trasvases, mil cosas... Yo me dedico a la fusión, no me dedico a esto, pero llevo 20 años escuchando todo eso y nada de eso ha pasado.
¿Le sorprende el auge experimentado por Málaga capital en el campo de las nuevas tecnologías?
Sí. Además desde que me volví a Málaga, de vez en cuando me escribe alguien que me conoce y me dice ‘oye, que me he ido a Málaga’ o ‘trabajo parcial o remotamente desde Málaga porque mi empresa me deja que trabaje...’. Es increíble el montón de expatriados que viven aquí. Hay mucha gente que trabaja en organizaciones internacionales y ahora con el teletrabajo deciden venirse a Málaga. Con el teletrabajo hay una opción que antes ni te la planteabas. Nunca me planteé volverme a Málaga, aquí no hay nada de fusión. Y ahora con el teletrabajo pues sí que se puede.
Málaga se ha postulado para albergar el futuro Centro Nacional de Ciberseguridad, ¿es la mejor ciudad posible para que el Gobierno ubique este organismo?
Sin duda. Y, además, es algo que el Gobierno debe a Málaga. Porque no tenemos ninguna organización internacional, no tenemos nada aquí. Málaga estuvo optando a la sede de la Agencia Europea del Medicamento y al final se fue a Ámsterdam. Málaga cuenta con hoteles, aeropuerto e infraestructura como para tener organizaciones europeas, internacionales y nacionales aquí. Y todavía no hay ninguna, por algún motivo desconocido.
El responsable del Centro de Google en Málaga, Bernardo Quintero, nació en su mismo municipio, en Vélez-Málaga, y en la misma década de los años 70 del siglo pasado, ¿qué os dieron de comer a los veleños de entonces para que pudierais llegar tan lejos?
(Risas). Aguacates no había tantos por aquellos días... Vélez-Málaga es un municipio bastante grande. Hay mucha gente. Es una cuestión de probabilidad. Además, la gente de mi generación tenía curiosidad y quería aprender. La gente estudiaba y quería aprender y progresar. Ahora no veo que se fomente tanto esa curiosidad por aprender. Es una impresión que tengo. Y mira que ahora hay más información, más medios y más de todo.
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