Empleo

El tirón de Málaga no frena la fuga de cerebros: perdió casi 1.400 científicos en 2024

Al mismo tiempo que se contrató a 11.462 profesionales, otros 12.810 firmaron un acuerdo laboral en otros territorios, teniendo que desplazarse | Los destinos son Madrid, Sevilla, Granada y Barcelona

Científicos en un laboratorio de Málaga.

Científicos en un laboratorio de Málaga. / Álex Zea

Ana I. Montañez

Ana I. Montañez

Málaga

En los últimos años, el tirón de Málaga la ha posicionado como una de las provincias receptoras de empleo más importantes a nivel nacional, donde compite con plazas tan relevantes como son Madrid, Barcelona, Álava, Baleares o Sevilla, pero eso no le impide frenar la fuga de cerebros, aportando un saldo negativo.

Así lo refleja el Observatorio de las Ocupaciones que elabora el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) del Ministerio de Trabajo, en su informe sobre la Movilidad Geográfica de la Contratación en España en 2024.

Este estudio revela que de los 567.732 contratos que registró la provincia de Málaga en el ejercicio anterior, 78.981 fueron contratos de personas empadronadas en Málaga pero que entraban a trabajar en un centro de trabajo domiciliado en otro territorio, mientras que al mismo tiempo notificó 90.802 contrataciones a trabajadores de fuera de la provincia que vinieron aquí para desempeñar una ocupación, lo que arroja un saldo positivo de 11.821 empleados.

Sin embargo, esa capacidad de atracción de trabajadores sigue sin conseguir frenar la fuga de cerebros en la provincia, en especial, en el ámbito científico, donde se sigue perdiendo capital humano.

Según el informe consultado por este periódico, Málaga perdió el año pasado casi 1.400 científicos (1.348 profesionales), ya que pese a que se contrataron 11.462 profesionales, se marcharon a otras provincias españolas otros 12.810.

Retener talento

Esta incapacidad para retener el talento y la mano de obra se registra también en los trabajadores cualificados del sector agrícola, ganadero, forestal y pesquero, ya que entraron 812 empleados con contrato pero se fueron 992 (saldo negativo de -180 profesionales) al igual que en las ocupaciones elementales, donde entran ayudantes de cocina, ordenanzas, peones agrícolas, de la construcción o ganaderos, personal de limpieza en oficinas y hoteles, o repartidores a domicilio entre otras profesiones, para lo que entraron 23.163 personas y se marcharon 23.785 (dejando un saldo negativo de -622 profesionales).

Si abrimos el foco y comparamos la movilidad de los contratados en base al sector económico al que pertenece su nueva ocupación, se observa que la agricultura y la pesca, junto con la industria son los que pierden capital humano en Málaga, con saldos negativos de -969 y -755 trabajadores respectivamente (una vez restados a la población que llegó a la provincia aquella que se marchó).

Por el contrario, el sector servicios y de la construcción cerraron el año con un saldo positivo, esto es, con más población que se desplazó a Málaga para trabajar aquí que malagueños que se marcharon por una oportunidad laboral en otro territorio, con un saldo de 7.311 y 6.233 contratados.

¿A dónde se van?

Las principales provincias a las que se marcharon los malagueños persiguiendo una oportunidad laboral fueron Madrid (18.514 contratos), Sevilla (10.302 contratos), Granada (9.070), Barcelona (5.410 contratos) y Cádiz (4.661 contratos).

Por el contrario, las provincias de origen de todos aquellos ciudadanos que encontraron una salida profesional en Málaga fueron Cádiz (14.029 contratos), Sevilla (13.307), Granada (13.185 contratos), Córdoba (9.434 contratos) y Madrid (8.162 contratos).

¿Quién se mueve más?

El SEPE permite establecer un perfil de las personas que más se desplazan por motivos de trabajo de una provincia española a otra.

En el caso de Málaga, la tasa de movilidad es superior en los hombres, con un 18% frente a las mujeres, con un 11,7%. Por edades, el segmento poblacional que más se mueve tiene entre 30 y 45 años.

Según el nivel formativo, quienes más se mueven por trabajo son aquellos que cuentan con estudios superiores, con un 22,7%, seguido de los que cuentan con el bachillerato, con un 16,5%. Y entre españoles y extranjeros, se mueven más los segundos, con una tasa de movilidad del 20,5%.

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