Crónicas de la ciudad
Historia de Málaga: el desconocido refugio antiaéreo de la calle Guillén Sotelo
A espaldas del Banco de España una recia verja cierra un antiguo refugio antiaéreo de la Málaga republicana, practicado en 1936 para poner a salvo a los concejales del Ayuntamiento.

Detalle de la entrada al refugio antiaéreo de la calle Guillén Sotelo, la pasada semana. / A.V.
La semana pasada hablábamos del inminente ‘renacer’ del ascensor de la Alcazaba y de cómo, en las elecciones de 2011, el PP prometió un funicular subterráneo desde Mundo Nuevo hasta el Castillo de Gibralfaro, para facilitar la llegada de los turistas a esas alturas -de paso, para ahorrarles la cochambrosa subida a pie, dejada de la mano de Dios por nuestro Ayuntamiento desde hace lustros-.
Quienes paseen por esa calle tan monumental, trasera del ABC (Ayuntamiento, Banco de España y antiguo edificio de Correos), además de vecina de los Jardines de Puerta Oscura, quizás se habrán percatado de una reja a la derecha del ascensor, en dirección a la Aduana.
Se trata de un refugio antiaéreo practicado en el año 36, el del estallido de la Guerra Civil. Por la fecha, se trató de una medida de seguridad de la Málaga republicana, para mantener sanos y salvos a los concejales del Ayuntamiento, informaba en 2021 el académico correspondiente de la Historia Manuel Olmedo.
El refugio no era ningún capricho, puesto que la aviación franquista tenía entre sus objetivos el vecino Banco de España.
En junio de ese año 2021, y aprovechando una inspección rutinaria, el autor de estas líneas pudo recorrer la gruta abierta en la pared de pizarra, de unos 50 metros de profundidad, junto con la arqueóloga y jefa del Patrimonio Municipal Fanny de Carranza y el operario del Ayuntamiento Alfonso Gómez.
Lo cierto es que, pese al atractivo que pueda suponer, en ese momento estaba bastante lejos de ser abierta para el común de los mortales, previo pago de entrada; entre otras cosas por la sensación (real) de que algo húmedo impactaba en la espalda de forma cíclica: a pocos metros pasa una corriente de agua y a eso hay que sumar el riego de los Jardines de Puerta Oscura.
El tendido eléctrico y la inscripción
Emociona ver -eso sí, con linterna- parte del tendido eléctrico de esos terribles tiempos, cumpliendo ya una función testimonial, casi 90 años después.

La inscripción, en el interior del refugio antiaéreo de calle Guillén Sotelo. / A.V.
Y a mitad del recorrido, que hay que hacer agachado, se descubre en lo alto una bovedilla de ladrillo y arriba, escrito en el cemento, la fecha ‘Junio de 1939’, dos años después de la guerra en Málaga.
Fanny de Carranza creía posible abrir el refugio a visitas; pero antes habría que reforzar su estructura... e impermeabilizarla. Sería una manera directa de entrar en la parte más convulsa de la Historia de España del siglo XX. Sin realidad virtual ni zarandajas.
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