Crónicas de la ciudad
Las pintadas políticas retroceden, las de amor siguen
La bronca política hispana se ha trasladado a las redes sociales, donde los ejércitos enemigos se baten en eterno combate. Por eso, los muros ya no son tan versados pero dejan más espacio al amor

Pintada el pasado febrero, en un lateral del Colegio de La Purísima. / A.V.
Recordaba un testigo de los años próximos a la Transición la existencia de una pintada callejera en Málaga con la siguiente frase: «El juicio del 23-F es una farsa».
Al parecer, un mayordomo del lenguaje, en la creencia de que «farsa» era una ‘falla andalucista’ del autor, enmendó la supuesta errata y sustituyó la erre por una ele, para dar lugar a «falsa»; a su juicio, el adjetivo correcto.
Algunos malagueños concluirán que ya no hay pintadas como las de antes. Las pocas pintadas políticas que sobreviven suelen recurrir al insulto del bando enemigo, pues muchos de nuestros cargos públicos trabajan lo indecible por ahondar la guerra de trincheras en España. No les va la vida, pero les va el puesto de trabajo.
Además, parte del enfrentamiento se ha trasladado ahora a las redes sociales, con lo que las paredes malagueñas han ganado en limpieza; aunque a cambio estén ‘menos versadas’.
A veces, eso sí, se convierten en el escenario de una suerte de justicia poética. Fue lo que ocurrió cuando, una anónima alma de cántaro, en la calle Fray Domingo Pimentel -en el arranque de Ciudad Jardín-, al poco de la invasión de Ucrania por el tirano ruso, escribió un «Viva Putin» en la pared de un bloque; poco después, un inspirado defensor de Ucrania la transformó en «Viva Tintín». A veces, basta el ingenio para que la civilización se imponga a los bárbaros.

Pintada reformada en la calle Fray Domingo Pimentel, en Ciudad Jardín. / G.M.
La pintada sobre Freud
En la misma Ciudad Jardín, esta sección se ha hecho eco, en varias ocasiones, de la asombrosa colección de pintadas de la calle Alcalde Emilio Baeza Medina, pues en una extinta pared blanca podían encontrarse citas de Charlie Chaplin, Jacinto Benavente, Voltaire, Dickens y Sigmund Freud.
Las que siguen sin perder comba son las pintadas relacionadas con San Valentín. El amor está en el aire pero también en muchas paredes del mundo, y Málaga no escapa a la moda.
Así, aún perviven guiños pictóricos amorosos que tienen como fondo la novela del italiano Federico Moccia ‘A tres metros sobre el cielo’ y su secuela, ‘Tengo ganas de ti’, que atiborró los puentes de Europa de candados.
En una línea parecida, al menos a finales de febrero sobrevivía en un lateral del Colegio de la Purísima, en la calle Doctor Pérez Montaut, una pintada de casi 20 metros de largo llena de poesía, amor y su gota de rencor: «Mi amor por ti es como una rosa, me aferré a ti por lo bonita que te veía, ignorando el dolor de las espinas». Mientras haya amor hay Esperanza.
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