Entrevista | Salvador Guerrero Abogado y profesor de Derecho Procesal de la Universidad de Málaga
«La cuota malagueña en la Abogacía Europea siempre ha sido importante»
El abogado marbellí Salvador Guerrero es el nuevo presidente del Comité de Derecho y Proceso Penal del Consejo de la Abogacía Europea (CCBE), un organismo con capacidad para influir en las instituciones de la Unión Europea (UE)

El abogado malagueño Salvador Guerrero, en su despacho de Marbella. / L. O.

Desde hace unas semanas, el abogado marbellí Salvador Guerrero es el nuevo presidente del Comité de Derecho y Proceso Penal del Consejo de la Abogacía Europea (CCBE), un organismo con capacidad para influir en las instituciones de la Unión Europea (UE). La ilusión con la que afronta este cometido salta a la vista al principio de una entrevista en la que también reflexiona sobre la situación actual de la justicia o sobre su faceta como profesor en la facultad de Derecho de la Universidad de Málaga.
¿Con qué sensaciones ha acogido su nombramiento para presidir un comité en un organismo tan influyente como el Consejo de la Abogacía Europea (CCBE), que representa a más de un millón de abogados en toda Europa?
Con mucha ilusión y con mucha responsabilidad. Desde el año 2015, soy el representante de la Abogacía Española en este comité de Derecho y Proceso Penal del Consejo de la Abogacía Europea. Y, ahora, he asumido la presidencia. Es una institución que conozco desde hace diez años, con la que estoy muy comprometido y, por supuesto, es un honor representar a la Abogacía Europea en este puesto. Cuando yo era miembro del comité por España, la interacción mía era pequeña. Ahora, como presidente, la interacción es mucho mayor, también viajo más y, obviamente, mi intervención es mucho más relevante.
¿En qué consistirá el cometido que le encomienda este cargo?
Los miembros de CCBE somos reconocidos como la voz de la abogacía europea ante las instituciones de la Unión Europea. Cada comité hace una labor de monitorización de la legislación europea que va saliendo; colabora con las instituciones europeas a la hora de que se apruebe esa determinada legislación; interactúa con la Comisión, el Consejo y el Parlamento para promover leyes europeas nuevas y mejorar las existentes; y realiza informes sobre cuestiones técnicas cuando alguna institución nos lo pide. Y, de forma general, CCBE trata de fomentar el respeto al Estado de Derecho y los derechos fundamentales; y de defender los intereses de la abogacía europea en todas aquellas actuaciones que llevan a cabo las instituciones. A nosotros nos gusta pensar -y yo creo que es así- que defendiendo los intereses de la abogacía, estamos defendiendo en realidad también los intereses de toda la ciudadanía.
¿De qué estado de salud goza la profesión de abogado, a la que dedica buena parte de su tiempo?
La abogacía goza de un buen estado de salud. La abogacía, tanto en España como en Europa, es una profesión muy relevante, muy determinante, muy necesaria. Todo el mundo en su vida, alguna que otra vez, necesita asesoramiento jurídico. Hoy en día, el derecho impregna absolutamente todas las facetas de nuestra vida. Y los únicos que estamos habilitados para dar un asesoramiento jurídico al público en general, y que no somos funcionarios, somos los abogados. Y, en España, la abogacía está muy bien representada. Tenemos actualmente un presidente del Consejo General de la Abogacía Española que es de Málaga, Salvador González Martín. Y, luego, la abogacía europea también goza de muy buena salud. La prueba de esa buena salud es que las instituciones europeas cuentan con nosotros y se nos pide opinión. Además, la cuota malagueña en la Abogacía Europea siempre ha sido importante. José María Davó, que fue decano delColegio de Abogados de Málaga, fue presidente del Consejo de la Abogacía Europea. Y yo sucedí como miembro de mi comité por España en 2015 a otro abogado malagueño, de Fuengirola, Fernando Piernavieja. Y, ahora mismo, ya somos dos los malagueños que presidimos comités en el Consejo de la Abogacía Europea. Noemí Alarcón es la presidenta del Comité de Migraciones.

Salvador Guerrero. / L. O.
¿Qué puede aportar la abogacía para que mejore la mala imagen que se tiene de la justicia?
Creo que la abogacía tiene muy poca responsabilidad que asumir en el mal estado de la justicia. En mi opinión, el mal estado de la justicia se debe en esencia a la falta de medios humanos y materiales. El Estado no destina los medios humanos y materiales suficientes a la administración de justicia. ¿Y qué podemos hacer como abogados? Pues trabajar lo mejor posible y con la mayor profesionalidad.
Ejerce como abogado en su despacho de Marbella, ¿qué deben hacer las administraciones competentes para atajar las carencias históricas que arrastran los juzgados de la Costa del Sol?
Está muy claro: dotarlos de suficientes medios humanos y materiales. Y las recientes reformas legislativas me plantean serias dudas. No creo que vayan a conseguir desatascar la administración de justicia. Para desatascar la administración de justicia, lo que hay que hacer es poner más funcionarios, poner más juzgados, poner más jueces... Y, además, pagarles mejor.
¿Pediría, igualmente, que se amplíe la Ciudad de la Justicia de Málaga para que los letrados trabajen en mejores condiciones?
No creo que los letrados tengamos especiales quejas de nuestro trabajo en la Ciudad de la Justicia de Málaga. Me parece cómoda. Las instalaciones están bien. Pero lo que pasa es que faltan juzgados, y los procedimientos se eternizan por el colapso.
¿Sufren en sus propias carnes los abogados las frases hechas que nos dicen que ‘la justicia es lenta’ o ‘quién hace la ley hace la trampa’?
Claro que lo sufrimos. Sobre todo porque somos los que le damos la cara a la ciudadanía. Es decir, el cliente no va a quejarse al juez de que su pleito va muy lento. No es lo habitual. Y nosotros somos los primeros que tenemos que explicarle al cliente que nos han señalado el juicio para un año o un año y medio vista, o que su recurso de apelación puede tardar dos años. Nosotros somos el primer frente, quienes tenemos que dar las noticias a los clientes. Normalmente, las oficinas judiciales eso se lo evitan y la gente no suele ir a quejarse allí en persona. Van a quejarse a su abogado.
Es profesor de Derecho Procesal de la Universidad de Málaga desde haca ya unos años, ¿cuáles serían los principales consejos que le daría a aquellos jóvenes que pretendan incorporarse a la abogacía en un futuro inmediato?
Que se preparen bien; que se tomen en serio sus estudios; que saquen de la universidad, y luego del máster, el máximo partido que puedan; y en la zona en la que estamos, pues también es muy importante que dediquen un tiempo a aprender un idioma, esencialmente el inglés. Y es bueno que afronten la profesión con ilusión y una vocación fuerte. Una vocación de defensa de lo que uno entiende que es justo. Y una vocación también de servicio público: aunque seamos abogados privados y cobremos nuestros honorarios, al final estamos dando un servicio público. Y, como abogado, además debo decirles que la profesión no es fácil, hay mucha competencia y entonces hay que prepararse bien.
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