Memorias de Málaga
Lo que no ha ocurrido nunca ni quizás ocurrirá
A raíz de caer el Gordo de la Lotería en la Cafetería Tívoli de Málaga y de un concurso periodístico, comparto un guion para la radio, que no llegó a salir a la luz, sobre la Lotería de Navidad

Celebración de un segundo premio en Málaga de la Lotería de Navidad de 2023. / Álex Zea
Ya pasó la etapa de guardar papeles, recortes de prensa, revistas, cartas, cuentos y novelas no publicados… Es hora de contribuir al reciclado de papel. Claro que antes de acercarme al contenedor azul más cercano adonde vivo, releo o repaso lo que ya no vale.
Hace unas semanas, en la tarea, iba a destruir una carta dirigida a mí, con el escudo de España y membrete de Ministerio de Hacienda. No era para reclamarme una deuda o impuesto impagado; era para todo lo contrario. Me comunicaban que por giro postal número 3653 recibiría 5.000 pesetas, importe del premio del Concurso de Trabajos Periodísticos de Radio y Televisión convocado por la Lotería Nacional en 1973. Firmaba la comunicación el secretario del Jurado, Julio Menéndez Cordero.
No fue el primer premio, pero sí uno de los previstos en la convocatoria.
Recordé entonces el trabajo que presenté. Naturalmente estaba relacionado con la Lotería Nacional. Como un año antes algunos décimos del Sorteo de Navidad, el famoso ‘Gordo’, se vendieron en Málaga, y entre los agraciados figuraban varios camareros de la Cafetería Tívoli, sita en la Alameda Principal, opté por preguntarle a cada uno qué hizo con el dinero del premio; un año después creí curioso saberlo.
Ninguno había cambiado de oficio; todos seguían en sus puestos. Las respuestas fueron variadas y lógicas, como compra de algún electrodoméstico, regalos a la mujer, prendas de vestir… y el resto ingresarlo en la ‘cartilla’ de ahorros para hacer frente a gastos inesperados.
Y como no me había ido mal en el Concurso de Lotería Nacional (no recuerdo si hubo antes convocatorias análogas) decidí escribir con antelación un trabajo para el año siguiente porque se me ocurrió un guión en la línea del programa de humor que semanalmente escribía y se radiaba en Radio Nacional de España con el nombre de Tobogán.
Recupero la historia, que no llegó a concursar, porque cuando se acercaba la fecha en la que se había convocado la edición de 1973 llamé por teléfono a Lotería Nacional y me informaron que no estaba previsto aquel año celebrar el concurso.
Total, trabajo e ilusión perdidos.

Dos niños de San Ildefonso, en el sorteo de la Lotería de Navidad de 2023. / efe
Guion recuperado
Recuperé el guion nonato y, salvo algunos cambios para actualizarlo, lo voy a reproducir porque lo que cuento no sucedió nunca ni ocurrirá…, pero ahí está el quid.
Como todos los jueves del año – así empezaba la historia –, a la hora señalada, se reunió el equipo designado para proceder al sorteo, equipo compuesto por funcionarios de Lotería y Apuestas del Estado adscrito al Ministerio de Hacienda.
Puntualmente se inició el sorteo. Los cinco bombos, cada uno con las diez bolas de rigor, del 0 al 9 comprobadas, empezaron a girar. Del primer bombo salió el número 1. Cantado por el funcionario competente y que los integrantes de la mesa, previa comparación, anotaron.
Del segundo bombo, con los diez números, salió el número 2. Los mismos trámites del anterior. Y así fueron saliendo los restantes números de los bombos de la centena, decena y unidad, hasta completar el número agraciado con el primer premio: el 12.155, dotado de 300.000 euros el billete o diez décimos.
Continuó el sorteo. En la segunda ronda giraron los cinco bombos para el segundo premio, dotado con 60.000 euros. Se repitió la operación. El 1, el 2, el 1, el 5, el 5… Segundo premio: ¡12.155!
Imposible: el mismo número del primer premio. Los miembros de la mesa se miran unos a otros sin pronunciar palabra. No acertaban a comentar lo sucedido. Que se sepa nunca se había dado un caso igual.
En medio de la inquietud producida por la insólita coincidencia, el sorteo siguió con las cuatro extracciones correspondientes a las cuatro terminaciones. La salida de la primera bola – el 2 – provocó cierta inquietud, que se disparó cuando las tres extracciones siguientes fueron el 1, el 5 y el 5, total, cuatro extracciones iguales a las del primer premio: 2.155.
Algo extraño se estaba registrando aquella aciaga mañana. Pero lo que produjo la alarma fue la repetición en las siete extracciones de las tres bolas: la terminación 155 se repitió ¡siete veces!
Alguien ajeno a la mesa oficial del sorteo, que estaba presente porque los sorteos son públicos, llamó por el móvil a un amigo para contarle lo que estaba sucediendo.
Mientras seguían produciéndose las repeticiones (las ocho de las de dos terminaciones fueron el 55) … el amigo ‘colgó’ la noticia en Internet y en pocos minutos se extendió por toda España, porque miles de españoles estaban enganchados a la Red de computadores interconectados entre sí a nivel mundial con el fin de hacer común informaciones de acceso público (definición de Internet).

Celebración del Gordo en 2015 en Villanueva de la Concepción. / efe
La difusión mundial de la noticia movió a las cadenas de televisión a enviar a la sede de Lotería Nacional los equipos de cámaras y redactores para informar en directo de lo que estaba sucediendo. Tanto es así que el corresponsal en España de la NHK, una de las televisiones más importantes de Japón, fue uno de los primeros en llegar y filmar la última extracción, la del segundo reintegro, por supuesto, el 5.
La TV Tokyo Corporation fletó un avión para que un equipo rodara imágenes del acontecimiento del año, la Embajada de Japón en España informaba de la llegada a nuestro país de tres catedráticos de las universidades Keio y Wasada para informar del suceso; dos eran matemáticos y el otro un experto en Inteligencia Artificial…
Hasta aquí...
Hasta aquí mi guión nonato (actualizado) que no llegó a participar en el concurso de Lotería Nacional de 1973, porque no se convocó.
Me ‘enamoré’ del número que creé para el guion, el 12.155. Desde hace años, cada jueves, juego 3 euros de este número. Espero que en algún sorteo mi número sea el ganador del primer premio. De momento no estoy muy disgustado porque el balance es prometedor. En una aproximación del primer premio gané 700 euros, en tres terminaciones –155 – en varias ocasiones, en dos terminaciones – 55 – una veintena de casos, y el reintegro – 5 – más veces.
El día que salga premiado – 300.000 euros – me corresponderán 30.000, que no está mal.
Lo malo es que una parte de esos treinta mil euros será retenida por Hacienda… que contribuirá a pagar no sé cuántos miles de millones que, al parecer, dicen, España adeuda a la Comunidad Autónoma de Cataluña, y para pagar al señor Puigdemont que vive en un chalé de Waterloo en Bélgica, y que no puede regresar a España, por ahora, porque es un huido de nuestra Justicia.
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