Educación

Treinta años formando a los profesionales del Turismo en Málaga

El traslado al nuevo edificio es uno de los retos de la Facultad de Turismo de la Universidad de Málaga, pero no el único. La renovación del Grado de Turismo y un nuevo Máster en Gestión ejecutiva de alojamientos turísticos son los próximos objetivos académicos. La seña de identidad se mantiene desde hace tres décadas: estar en permanente contacto con las necesidades del sector más importante de la economía de Málaga.

Espacio de la Facultad de Turismo en el edificio aún compartido con Comunicación.

Espacio de la Facultad de Turismo en el edificio aún compartido con Comunicación. / L.O.

Susana Fernández

Susana Fernández

Hace 30 años, la Costa del Sol estaba ya entre los destinos turísticos más importantes de España. El turismo de sol y playa era la estrella y el reto, la desestacionalización. Una parte importante de la población vivía del turismo pero no había aún unos estudios universitarios que garantizaran una formación de calidad. Hasta que en 1995 se creó el Centro Superior de Turismo, luego Escuela Universitaria y ahora Facultad de Turismo de la Universidad de Málaga.

Con más de 1.100 alumnos, unos 150 docentes en total, dos grados, cuatro dobles grados y dos másteres, en su 30 aniversario Turismo es una facultad con «buena salud y optimista» de cara al futuro, como afirma Antonio Peláez, decano desde febrero de este año.

Entre sus señas de identidad, «una actitud de apertura y escucha permanente» al sector turístico: «Estamos para servir a las empresas y a las instituciones; tenemos que estar orientados a lo que necesitan y siempre estamos pidiéndoles que nos planteen sus problemas», explica el decano.

Además, la Facultad de Turismo de la UMA está presente en los principales foros del sector como la Mesa del Turismo nacional y, a su vez, acoge iniciativas y eventos que le permiten estar muy conectada con la profesión.

Así será la nueva Facultad de Turismo de la Universidad de Málaga.

Así será la nueva Facultad de Turismo de la Universidad de Málaga. / La Opinión

¿Cómo son los alumnos de Turismo?

El perfil del estudiante tiene algunas características que no han cambiado en estas tres décadas, como ser personas con mucha iniciativa, abiertas y activas, y la facultad trabaja para adaptarse a lo que reclama el sector.

«Se pide gente con un buen nivel de idiomas, con ganas de aprender y ahora también se está poniendo el acento en las habilidades transversales, las ‘soft skills’», detalla Antonio Peláez.

De ahí los retos que tienen la Facultad de Turismo y su decano en cuanto a la formación académica. Aunque el objetivo más evidente y más próximo tiene que ver con las infraestructuras: el traslado al nuevo edificio que se está construyendo en la ampliación del campus de Teatinos.

Estreno del nuevo edificio

La obras de la nueva facultad, después de años de retrasos y problemas presupuestarios, se retomaron hace unos meses tras el préstamo de 48,5 millones que la Junta de Andalucía ha concedido a la UMA. La previsión es que la entrega del edificio se realice «a finales de junio o principios de julio».

A partir de ahí, detalla el decano, «habrá que verificarla muy bien antes de ponerla en carga», es decir, revisarla y realizar las comprobaciones pertinentes.

Construcción de la nueva facultad de Turismo en la ampliación de Teatinos.

Construcción de la nueva facultad de Turismo en la ampliación de Teatinos. / L.O.

Y a continuación tendrán que equipar y amueblar el edificio, lo que supone un presupuesto aparte que no está contemplado en el de la obra, según admite Peláez. «Hay mucho equipamiento que tenemos que reutilizar; estamos en la planificación de todo eso», afirma, consciente de las dificultades económicas que la Universidad de Málaga está afrontando en los últimos cursos.

Su intención es que el alumnado de Turismo esté dando clase ya en las nuevas instalaciones en el curso 2026-27, aunque reconoce que es probable que siga habiendo cosas que ajustar.

«Los profesores y estudiantes saben que una mudanza nunca es fácil, pero vamos a planificarlo todo lo mejor que podamos para que las incidencias sean mínimas», afirma.

El nuevo edificio permitirá a Turismo tener un espacio propio tras años de convivencia con Ciencias de la Comunicación y le facilitará ampliar una oferta académica que cuenta con mucha demanda.

Nuevo Grado de Turismo

Será también en el curso 2026-27 cuando se ponga en marcha el nuevo Grado de Turismo, una revisión del actual con el que la Conferencia de Decanos de Turismo de España (Cedtur) busca «unificar en cierta medida» los grados que se imparten en las distintas universidades. Así, la mitad de los contenidos serán comunes, lo que facilitará la movilidad entre facultades.

Otro cambio importante para los futuros graduados en Turismo es que podrán ‘especializarse’ a través de las llamadas menciones. El grado de Málaga tendrá tres: Destinos, Empresa y Turismo tecnológico. Aunque no serán obligatorias.

Antonio Peláez, decano de la Facultad de Turismo

Antonio Peláez, decano de la Facultad de Turismo / L.O.

Por otra parte, el Grado en Turismo incorporará dos nuevas asignaturas en respuesta a las demandas del sector: Revenue Management, en la que aprenderán la gestión de las herramientas para fijar los precios en los alojamientos turísticos, gestionar reservas o cerrar ventas, y otra basada en las ‘soft skills’, para adquirir habilidades comunicativas, de negociación, liderazgo o motivación.

En cuanto a los posgrados, Turismo está esperando la última autorización de la Junta de Andalucía para uno pionero: el Máster en Gestión ejecutiva de alojamientos turísticos, que se hará junto a la Universidad de Córdoba aunque con liderazgo malagueño.

Este posgrado va en sintonía con el reto de que los titulados en Turismo puedan aspirar a puestos directivos: «queremos formar cuadros directivos; no inmediatamente, pero que sean directivos junior con responsabilidades de gestión y sobre equipos de trabajo en un medio plazo».

La facultad malagueña tiene otros dos másteres y cuatro dobles grados: Turismo y Traducción e Interpretación (en su doble versión inglés y francés), Turismo y Publicidad y Relaciones Públicas y el doble grado con la Universidad alemana de Harz, que ahora está en revisión. A este listado les gustaría añadir en el futuro un doble grado con alguna facultad de Ciencias Sociales.

Ciencias Gastronómicas

El que sí está ya más que consolidado es el Grado en Ciencias Gastronómicas y Gestión Hotelera, del que ya han salido tres promociones. «Es un grado muy atractivo para la gente que ya tiene una experiencia profesional en cocina, sala u hotelería y quiere especializarse y añadir valor a su currículum», explica el decano.

Este grado se implantó en 2019, al mismo tiempo que el Gastrocampus, un espacio de innovación, transferencia y formación para el fomento de la gastronomía, la alimentación y el turismo que conecta a la Facultad de Turismo con los profesionales: «Nos ha permitido unirnos con instituciones gastronómicas de primer orden, con empresas que vienen, siempre generosamente».

Esta iniciativa está siendo tan exitosa que el equipo decanal está ya planificando una «segunda línea» destinada a la titulación de Turismo y que se llamaría ‘Turicampus’, también con cursos y charlas de profesionales.

Cata organizada por LCM con La Mayora en el Gastrocampus

Una cata organizada en el Gastrocampus / L.O

Internacionalización

Para Antonio Peláez, profundizar en la internacionalización de la Facultad de Turismo es uno de sus principales objetivos. Por ello, quieren que el alumnado estudie en otro país al menos un semestre a través del Erasmus o del resto de iniciativas internacionales que ofrece la Universidad de Málaga.

«Hemos observado que la información no permea lo suficiente entre los alumnos. Y cuando les llega, a veces es tarde. Vamos a hacerles llegar esa información desde primero», detalla el decano.

También se van a poner en marcha los llamados ‘study abroad’, estancias cortas de una o dos semanas en las que un profesor va a otro país con un grupo de alumnos que reciben clases de idiomas y conocen la cultura local.

Fomentarán igualmente que los estudiantes puedan realizar prácticas extracurriculares en otros países y animarán a los profesores y al resto de trabajadores de la facultad a realizar estancias internacionales: «Conocer como se trabaja en otras universidades es muy enriquecedor».

Infografía de la futura Facultad de Turismo de la UMA.

Infografía de la futura Facultad de Turismo de la UMA. / La Opinión

La investigación, clave

Una facultad más internacional y también con más peso de la investigación es la que le gustaría ver, en la próxima década, a su decano, que subraya el papel del Instituto Andaluz de Investigación e Innovación en Turismo, donde los profesores de la facultad investigan y que les permite estar en puestos destacados en ranking como el de Shangai.

«Es importante para nosotros que los profesores investiguen; que sientan que esta facultad es propicia para la investigación es fundamental porque la investigación al final se aplica al sector», defiende Antonio Peláez.

Pero, sobre todo, el decano de Turismo quiere una facultad «totalmente integrada en el sector turístico, a la que los empresarios vengan todos los días».

Precisamente, con motivo de este 30 aniversario, quieren hacer un llamamiento a los antiguos alumnos para que vayan a explicar su experiencia. Muchos son actualmente directivos hoteleros, trabajan en instituciones o en oficinas turísticas en otros países.

«Tenemos antiguos alumnos muy bien situados, que además vienen a la facultad y nos ayudan. Es gente agradecida. Creo que eso es lo mejor que tienen los egresados de esta facultad. Es vital», concluye el decano.

"Tenemos que cuidar el turismo"

El decano de la Facultad de Turismo cree que «Málaga ha hecho bien las cosas» en el ámbito turístico, en cuanto a promoción y a superar retos como el de la desestacionalización. Asegura que hoy la provincia tiene un turismo «que aporta, que enriquece». Rechaza la expresión ‘turismofobia’ y reivindica que «el destino turístico de Málaga da de comer a mucha gente y tenemos que cuidarlo»  Para cuidar el turismo afirma que hay que cuidar, por un lado, la calidad del servicio «y eso pasa por la formación de los trabajadores». Por otro lado, insta a cuidar la experiencia del turista y «vigilar que no colisione con el bienestar del residente y de otros turistas. «Tenemos que ser capaces de mantenernos en un nivel de coexistencia amigable y eso significa tener muy claro la capacidad de carga del destino», concluye.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents