Mirando atrás

Sociedad Malagueña de Astronomía: medio siglo aprendiendo de los cielos

La Sociedad Malagueña de Astronomía conmemora sus 50 años con una exposición en Ámbito Cultural. Nació en 1975 gracias a un grupo de aficionados y hoy es un modelo en el estudio y divulgación del Universo, la concienciación sobre la contaminación lumínica y la detección de meteoritos.

Alberto Castellón, Blanca Troughton y Francisco Bravo, en un rincón de la exposición por los 50 años de la Sociedad Malagueña de Astronomía.

Alberto Castellón, Blanca Troughton y Francisco Bravo, en un rincón de la exposición por los 50 años de la Sociedad Malagueña de Astronomía. / Álex Zea

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

«La Sociedad Malagueña de Astronomía (SMA) marcó un camino que abrió los ojos a mucha gente y despertó muchas vocaciones», explica a La Opinión Francisco Bravo, su primer presidente. 

En el caso de este ingeniero industrial jubilado, recuerda cómo, siendo adolescente, se fabricó un telescopio, «con unas gafas de mi padre y una bombilla esférica de linterna; y estuve haciendo mapas del cielo». 

Francisco Bravo muestra una foto de 1977, en la que aparece, en los comienzos de la Sociedad Malagueña de Astronomía.

Francisco Bravo muestra una foto de 1977, en la que aparece, en los comienzos de la Sociedad Malagueña de Astronomía. / Álex Zea

Su vocación le llevó a formar parte del primer colectivo astronómico de España, la Agrupación Astronómica de Sabadell. Fue a partir de este grupo pionero que, sus miembros malagueños, decidieron crear un colectivo para Málaga. Así, en julio de 1975, «en el Registro Civil y con todos los condicionantes franquistas» nacía, de la mano de malagueños «treintañeros, con mucho entusiasmo», la Sociedad Malagueña de Astronomía, explica.

Por este motivo, y hasta el 20 de junio, en Ámbito Cultural de El Corte Inglés puede visitarse la exposición ‘50 años de Astronomía en Málaga’, organizada por la SMA, gracias al apoyo del Área de Cultura del Ayuntamiento de Málaga, la Sociedad Española de Astronomía, Astroshop y el propio Ámbito Cultural de El Corte Inglés.

Visita al Observatorio Astronómico de Calar Alto, Almería, con L’Unione Astrofili Bresciani de Italia, en 1987.

Visita al Observatorio Astronómico de Calar Alto, Almería, con L’Unione Astrofili Bresciani de Italia, en 1987. / Archivo SMA

En 1977 comenzó a hacerse realidad uno de los principales objetivos de la naciente Sociedad: contar con un observatorio propio

Los ilusionados socios hicieron realidad este sueño en Miraflores del Palo, en un terreno cedido por la urbanización. Pese a que en los vecinos Montes de Málaga había menos contaminación lumínica, se eligió el sitio por la proximidad a la ciudad, «por la cantidad de trabajo que teníamos todos», cuenta Francisco Bravo, que dejó la presidencia hacia 1983, calcula.

En esos primeros 80, por cierto, los socios adaptaron sus actividades al horario del famoso programa ‘Cosmos’ de Carl Sagan, para no perderse un capítulo.

También charla con La Opinión la profesora de Matemáticas Blanca Troughton, que ha sido presidenta de la SMA nada menos que 24 años. «Desde que tengo uso de razón, a mí me encantaba mirar al cielo, conocer las estrellas, saber sobre las constelaciones y, poco a poco, fui aprendiendo», explica.

Observación de eclipses solares desde los Dólmenes de Antequera en marzo de este año.

Observación del eclipse solar desde los Dólmenes de Antequera en marzo de este año. / Archivo SMA

Como recuerda, desde 1986 la SMA ya contaba con sede fija, cedida por el Ayuntamiento, en el antiguo cuartel de la Guardia Civil en El Limonar. Aunque como resalta, lo importante eran las salidas al campo a observar; y no sólo en la provincia de Málaga. 

Buena calidad del cielo

De su presidencia recuerda organizar con otras agrupaciones astronómicas, como la de Valencia, salidas a un «punto intermedio» entre las dos, como la Sierra de Cazorla. «Allí nos encontrábamos los amateurs a disfrutar de un cielo bueno de calidad», subraya.

Hablando de cielos de calidad, Blanca Troughton recuerda que la SMA, ya en el año 2000, creó un grupo llamado Cielo Oscuro, «las primeras voces que se escucharon en Málaga, alertando sobre la contaminación lumínica». 

Mediciones de contaminación lumínica en el Campus Universitario de Málaga, en 2017, por la Sociedad Malagueña de Astronomía.

Mediciones de contaminación lumínica en el Campus Universitario de Málaga, en 2017, por la Sociedad Malagueña de Astronomía. / Archivo SMA

Cinco años más tarde, la Sociedad ponía en marcha un proyecto (IACO), que involucró a nueve institutos de la provincia, para realizar el primer mapa de contaminación lumínica de Málaga. «El proyecto fue recomendado por la Unión Astronómica Internacional», recuerda el profesor de Matemáticas de la UMA Alberto Castellón, actual presidente de la SMA.

En nuestros días, destaca, la evolución del proyecto se llama Vigilantes de la Noche, y mide la contaminación lumínica global con una app para móvil.

Tecnología más accesible

Precisamente, si algo ha cambiado en este medio siglo ha sido el acceso a los instrumentos: «Antes, telescopios grandes costaban mucho dinero y eran muy poco accesibles para la gran mayoría; ahora, la gente puede disponer de unos telescopios de gran calidad a un precio asequible. En ese sentido, ha habido un bum grandísimo, porque la tecnología se nos ha acercado», explica Blanca Troughton, que también destaca que las fotos que hoy pueden sacar los aficionados, son las que, antes, sólo podían hacer los profesionales con grandes telescopios. 

Por cierto que, en uno de esos telescopios, en el año 80, Francisco Bravo recuerda con emoción haber localizado Plutón en compañía de su hijo.

En el caso de Alberto Castellón, comenta que se compró un telescopio pequeño «repartiendo propaganda por la calle» y localizó una estrella que resultó ser Saturno. Algo inolvidable para él.

Meteorito encontrado en el desierto de Atacama en Chile (2016) por miembro de la Sociedad Malagueña de Astronomía Francisco Gálvez, director del Observatorio Astronómico del Torcal y de Aula del Cielo.

Meteorito encontrado en el desierto de Atacama en Chile (2016) el por miembro de la Sociedad Malagueña de Astronomía Francisco Gálvez, director del Observatorio Astronómico del Torcal y de Aula del Cielo. / Archivo SMA

Además de observar planetas, galaxias y estrellas, desde 1999 cuenta con el grupo MaHelios, que viaja por todo el mundo, «y ya ha observado cuatro eclipses totales del sol», detalla la expresidenta. 

A propósito, el próximo eclipse total podrá verse en el sur peninsular el 2 de agosto de 2027.

Pero la SMA es mucho más: imparte talleres, cursos de iniciación, charlas divulgativas, cuenta con una red de detección de bólidos y meteoros con la Universidad de Málaga... Algunos de sus socios son hoy, por cierto, reputados astrofísicos. El fruto de medio siglo aprendiendo y disfrutando de lo que el Universo nos depara allá arriba. 

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