Superación

Tres generaciones alcanzan la meta de los 101 km de Ronda

Paco Arévalo, malagueño de 81 años con grado 2 de parkinson, completó por novena ocasión el mes pasado la famosa carrera de la Legión, junto con su hija Guadalupe de 56 años y su nieta Ana de 20.

Paco Arévalo, con su hija Guadalupe y su nieta Ana, en su casa de Málaga, la pasada semana.

Paco Arévalo, con su hija Guadalupe y su nieta Ana, en su casa de Málaga, la pasada semana. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Málaga

Ha participado en 14 ocasiones y completado el recorrido en 9; la última vez, el domingo 11 de mayo, a los 81 años, cuando junto con su hija Guadalupe, de 56 años, y su nieta Ana, de 20, realizó la famosa carrera de los 101 kilómetros de Ronda en 23 horas y 15 minutos.  

Es el malagueño Paco Arévalo, a quien parecen no pesarle ni los años ni su grado 2 de parkinson. «Me detectaron un principio de parkinson en 2018; mi neuróloga me dice que siga haciendo deporte, porque eso retrasa el deterioro de las neuronas», comenta. 

En realidad, no ha parado de hacer ejercicio desde que se prejubiló a los 54 años. «Mi mujer me decía que no quería verme todo el día en la casa; y como siempre me gustó el deporte, empecé a andar y a correr... y hasta ahora». 

De hecho, en 2006, con 62 años, fue la primera vez que participó en la carrera de los 101 kilómetros de Ronda, que entonces completó en 18 horas y media -el límite para no ser descalificado son 24-. En esa ocasión, comenta, «corría y andaba; ahora, con 81 años, sólo marcha», explica. 

En el último avituallamiento de la carrera de los 101 kilómetros, Paco Arévalo con su hija Guadalupe y su nieta Ana, con el escudo de la Legión.

En el último avituallamiento de la carrera de los 101 kilómetros, Paco Arévalo con su hija Guadalupe y su nieta Ana, con el escudo de la Legión. / Archivo familiar

Y aunque confiesa que en esa primera participación, nada más concluir tuvo la tentación de no repetir más; «al día siguiente, cuando se me fue el cansancio dije: aquí hay que volver», confiesa.

En el caso de su hija Guadalupe, cuenta que es la tercera vez que participa. «Me animé en el 2022 y antes, en 2018, ya hicimos juntos la carrera de 70 kilómetros de Almería, de la Legión también». 

Su hija Ana se estrenó con esta carrera de Ronda y lo tiene claro: «A mí me ha encantado y quiero volver, porque mi abuelo ha terminado por todo lo alto». 

Entrenamiento por los Montes de Málaga

Los tres se preparan con constancia entrenando, al menos, una vez por semana por el paseo marítimo y, sobre todo, por los Montes de Málaga; «porque en los 101 kilómetros hay que subir mucho y es una prueba durísima», explica Paco. Guadalupe subraya que también completan el entrenamiento con gimnasio.

El entrenar juntos durante todo el año les permitió marchar al mismo ritmo, con una mochila en la que obligatoriamente llevaron manta térmica, luces frontales, chubasquero, silbato, teléfono...

Como recuerdan, recorrieron términos municipales como los de Ronda, Montejaque o Setenil y durante el día, llegaron a tener dos y tres horas de adelanto respecto al tiempo límite de corte. «Por la noche es distinto: no puedes ir tan rápido porque los desniveles son muy grandes», recuerda Paco Arévalo.

Paco Arévalo, con su hija Guadalupe y su nieta Ana, a punto de cruzar la meta de los 101 kilómetros de Ronda, el pasado mayo.

Paco Arévalo, con su hija Guadalupe y su nieta Ana, a punto de cruzar la meta de los 101 kilómetros de Ronda, el pasado mayo. / Archivo familiar

En el kilómetro 70, un servicio de podología acabó con las ampollas en los pies de madre e hija. En cuanto a Paco, hacia el kilómetro 80 se repuso en seguida de una caída cuesta abajo en pleno campo y por la noche. «Como fui portero, supe caerme bien en vez de caer de boca», explica. La compañía de su hija y su nieta, confiesa, le animaron a seguir adelante. 

Y tras un chocolate con churros a las 7 de la mañana -repartido por la que, subrayan, es la excelente organización de la carrera y de la Legión- a las 9.15 llegaron felices a la meta de Ronda y se dieron un gran abrazo, entre los aplausos del público y familiares. El año que viene, si Paco Arévalo sigue en forma, seguro que repetirán. 

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