Entrevista | Paco Franco Director d la Cátedra de Ciencias del Litoral Costa del Sol de la Universidad de Málaga

«No están llegando muchas medusas a Málaga, será un inicio de verano seguro»

El océano de conocimientos sobre los temas marinos que atesora Paco Franco alcanza su ‘temporada alta’ con el inicio de cada verano. Este profesor de la Universidad de Málaga dirige la Cátedra de Ciencias del Litoral Costa del Sol, que analiza la calidad de las aguas en las playas o trabaja para predecir y prevenir la presencia de natas, la llegada de medusas o la invasión del alga asiática. Y, por lo pronto, garantiza un comienzo del estío tranquilo en estos lares mediterráneos

El profesor de la Universidad de Málaga y director de la Cátedra de Ciencias del Litoral Costa del Sol, Paco Franco.

El profesor de la Universidad de Málaga y director de la Cátedra de Ciencias del Litoral Costa del Sol, Paco Franco. / L. O.

Cristóbal G. Montilla

Cristóbal G. Montilla

Málaga

Si se atiende a la información y todo el conocimiento que maneja la Cátedra de Ciencias del Litoral Costa del Sol de la Universidad de Málaga, ¿cómo será, en líneas generales, este verano en las playas de la provincia de Málaga?

Nosotros estamos abordando el inicio del verano con mucha ilusión. Analizamos la calidad sanitaria de las aguas en Málaga y Torremolinos, y los primeros análisis muestran que partimos con las aguas en un excelente estado. Además, al estudiar las corrientes que entran desde el Atlántico por el Estrecho de Gibraltar, vemos que los giros de corrientes que hay en el mar de Alborán, tanto el oriental como el occidental, están cerrados. Y esto va a permitir que podamos tener, prácticamente, un inicio de verano sin enjambres de medusas. Están llegando algunas, pero no muchas. Nada fuera de lo normal. Vamos a tener un inicio de verano seguro. También vamos a estar atentos a la llegada de arribazones de alga invasora, que está afectando sobre todo a la zona más occidental de la provincia. Están llegando algunos días restos a las playas de Málaga capital, pero en una cantidad muy inferior a lo que se observa en la parte occidental de la provincia. Y, en la Axarquía, la incidencia sobre las algas invasoras es notablemente inferior. Estamos viendo un poco en Nerja, pero de Rincón de la Victoria hasta prácticamente Vélez Málaga, hasta Torre del Mar, no hay presencia de ese tipo de alga. Y, si a esto unimos que hemos tenido un aporte natural de sedimentos, vamos a tener las playas con una salud muy buena. Podremos afrontar este verano con unas playas con una enorme calidad ambiental.

¿Puede asegurarse que las playas malagueñas serán menos artificiales este año que otras ocasiones porque, precisamente, no ha sido necesario regenerarlas con tantos aportes de arena?

En este caso, tenemos que estudiar qué es lo que ha pasado en los últimos años. En los últimos años hemos tenido una situación de grave sequía, y los ríos prácticamente no transportaban sedimentos continentales al mar. En un proceso natural, los ríos transportan los sedimentos al mar y el mar lava estos sedimentos y los lleva a una playa. La playa no es un ente estático, es un ente dinámico. Algunos días gana arena y otros días pierde arena, pero hay un equilibrio entre la pérdida y la ganancia. En las épocas de sequía, ha habido una recesión litoral importante: las playas perdían arena y nunca ganaban arena porque no había sedimento disponible. Durante este invierno, ¿qué ha pasado? Que ha llovido mucho, hemos tenido muchas danas que han arrastrado una gran cantidad de arena, limos y arcillas al fondo marino. El agua ha lavado esos sedimentos y está regenerando de forma natural las playas.

¿El hecho de que se regeneren de forma natural es la causa por la que este verano no habrá tanta presencia de natas en el agua de las playas de Málaga?

Eso es. Se espera que este verano tengamos una mayor cantidad de aportes naturales en las playas. Y, por tanto, como van a tener menos cantidad de limos y arcillas, porque son arenas que han sido lavadas por el mar, van a generar menos natas. Porque la nata se origina cuando el agua lava la arena de la playa y se lleva el limo y la arcilla, eso que el usuario percibe como ‘el polvo de la playa’. Ese ‘polvo de la playa’ se queda flotando sobre el agua del mar y genera una nata. Este año, como la arena ha sido lavada por el mar, se prevé que haya menos polvo mineral en nuestras playas y, por tanto, menos natas.

¿En qué beneficios reales se traduce el empleo de la inteligencia artificial, en el que lleva ya un tiempo trabajando la Cátedra de Ciencias del Litoral, para predecir con antelación esa presencia de natas o la llegada de las medusas?

Sobre todo, ayuda a mejorar la eficiencia en el trabajo de quienes se dedican a limpiar el mar con los barcos quitanatas. Hay que tener en cuenta que la inteligencia artificial puede predecir con cinco días de antelación cuál va a ser la zona dónde es más probable que aparezca una nata. Eso permite que los barcos quitanatas vayan directamente a las zonas más afectadas, haciendo que gasten menos gasoil y, por tanto, generando un impacto menor en la huella de carbono con su trabajo. También vamos a poder trabajar en prevención, porque los socorristas van a saber con cinco días de antelación si van a llegar enjambres de medusas a las playas. Después de haber visto ese aviso con cinco días de antelación, los socorristas estarán más atentos en aquellos días en los que hay mayor peligro para que ningún usuario de playa se vea afectado por una picadura de medusa.

¿Hasta qué punto puede ser peligrosa la amenaza que el alga asiática invasora supone para las praderas de posidonia del Mar de Alborán?

Hay que tener en cuenta que el alga invasora crece sobre una roca, crece solo sobre roca. Sin embargo, es una alga que es muy delgada, muy fina, y que se arranca muy fácilmente de la roca generando un resto que es movilizado por las corrientes. Estos restos se tejen, se unen tejiendo verdaderas alfombras que van viajando sobre el fondo marino. Pueden colocarse sobre una pradera de posidonia oceánica e impedir que se produzca la fotosíntesis. Si tapan los rayos solares, va a tener una incidencia notable en la fotosíntesis, que es un ciclo que realiza diariamente la pradera y eso va a generar un efecto negativo. Pero también conocemos el efecto negativo que produce la descomposición del alga invasora cuando llega a la arena, o cuando se descompone en el fondo de un puerto deportivo. Cuando este alga se descompone, consume todo el oxígeno del agua y libera una serie de ácidos como el ácido fórmico, por ejemplo, o el ácido acético o mucho CO2, y se genera un olor muy desagradable en el entorno. También favorece que haya una mayor cantidad de moscas criando sobre ese alga. Va a generar un entorno desagradable para el usuario de playa. Por esa razón, los municipios afectados por la llegada de alga invasora siempre retiran los restos antes de que genere un impacto negativo, y pueda impedir el uso y disfrute de las playas por parte de de los turistas o los usuarios de playas del municipio.

El doctor en Ciencias y experto en temas marinos, Paco Franco, posa cerca de La Farola.

El doctor en Ciencias y experto en temas marinos, Paco Franco, posa cerca de La Farola.

¿Es bueno para el mar el uso de agua reciclada en la agricultura?

Sí. El beneficio es muy grande. Debemos tener en cuenta que hemos tenido una fuerte sequía en los últimos años. Y, sobre todo, en la Axarquía ha habido un vertido cero. Se ha llegado alcanzar un vertido cero de aguas residuales al mar. Todo el agua residual se ha regenerado para reutilizarla en el regadío. Y, en el último año, ya se ha visto que eso ha tenido una incidencia notable en la abundancia de las pescas. Se ha producido un incremento poblacional de todas las especies marinas. Por lo tanto, el efecto ha sido enormemente positivo en el entorno litoral.

¿Qué debe hacer el ciudadano para ayudar a que el agua del mar esté lo más limpia posible?

El ciudadano debe contribuir, inicialmente, desde de su casa. En casa hacemos una mala gestión del residuo de la toallita húmeda: la arrojamos por el inodoro y llega a la estación de depuración de aguas residuales. Entonces, tenemos un problema porque compartimos la red de aguas sanitarias con la red de aguas pluviales, y cuando hay una gran cantidad de lluvias algunos restos de toallitas pueden llegar al mar. Y, por tanto, pueden contaminar a nivel biológico los fondos marinos. Esto, que es un gesto que hacemos desde casa, ya genera un impacto en el fondo del mar. Ese gesto lo podemos evitar poniendo una papelera al lado del inodoro y arrojando la toallita húmeda a la papelera, una vez usada. También tenemos que realizar una concienciación muy grande sobre nuestro comportamiento cuando estamos en la playa. Tenemos que tener una actitud de limpieza y de gestión de nuestros residuos adecuada. No se deben arrojar las colillas de los cigarrillos, ni otros residuos, ni los restos de comida a la arena. Debemos utilizar una bolsa para que contenga todos esos residuos y, luego, poder depositarlos en el contenedor de basura más cercano. Hay que tener conciencia de ello, hay que amar nuestro entorno.

¿Y por qué se hace tanto hincapié en que no se debe orinar dentro del agua del mar para, precisamente, evitar su contaminación?

La calidad sanitaria de nuestras aguas se mide en función de dos parámetros, de dos parámetros microbiológicos que están relacionados con nuestra heces y nuestro intestino. Son la E. coli y los enterococos intestinales. Si nosotros, de forma ocasional, utilizamos el mar para hacer nuestras necesidades, estamos haciendo que los niveles de E. coli y de enterococos suban por encima del umbral, y dejan de ser excelentes. Incluso, se puede tener que tomar la decisión de cerrar una playa porque alguien haya hecho mal uso del agua.Es necesario que los usuarios hagamos nuestras necesidades en los servicios que ponen los municipios en las playas o en los de los restaurantes cercanos. Hay que hacer un uso adecuado de ellos y no utilizar el mar para hacer nuestras necesidades. Aunque no podemos controlar que la persona que está al lado nuestra lo haga, es una buena concienciación para cuidar de nuestro entorno y es verdaderamente importante.

Las investigaciones de la Cátedra de Ciencias del Litoral contribuyeron a la reapertura de las playas en la pandemia, ¿se valoran las cosas cuando se dejan de tener y, tras el coronavirus, se disfruta más y mejor de la cercanía del Mediterráneo?

La pandemia marcó un antes y un después. Debemos reconocer que tenemos un entorno natural en el litoral de la provincia que es único, que forma parte de nuestro patrimonio. Y debemos conocerlo porque solo se ama lo que se conoce. Y, por eso, la Cátedra trata de hacer una labor de divulgación muy potente para dar a conocer el patrimonio natural que tenemos en nuestro litoral. Para que el malagueño lo conozca, lo ame y empiece a cuidarlo. Hay que vivir de cara al mar, no de espaldas al mar. Y no hay que hacerlo solo en verano, también en invierno. En invierno, dar paseos por la orilla del mar tiene un efecto muy positivo en la salud del malagueño.

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