Memorias de Málaga

Un cine Atlántida y después, dos

El cine Atlántida, en la esquina de las calle Refino y Carrión, abrió mucho antes de lo que señalan algunos libros y documentos. En 1977 pasó a dividirse y a albergar dos salas, al tiempo que su programación se fue adaptando al cine del destape y mucho más.

El cine Atlántida de la calle Refinoy y a su lado, el local tapiado hacia 2008

El cine Atlántida de la calle Refinoy y a su lado, el local tapiado hacia 2008 / La Opinión

Guillermo Jiménez Smerdou

Guillermo Jiménez Smerdou

Málaga

En su día debí tomar notas sobre un nuevo cine en Málaga, el Atlántida, levantado en la esquina de las calles Refino y Carrión. Su inauguración se sumaba a otros cines construidos en diferentes barrios y barriadas de la ciudad.

Esa nota con la fecha de la apertura y los nombres de la empresa promotora, arquitecto autor de proyecto, aforo… estaba en mi archivo cinematográfico del que perdí parte en una mudanza de domicilio. Sí quedó en mi memoria de quién partió la idea de dotar a Málaga de un nuevo cinematógrafo en el centro de la ciudad, aunque no había unanimidad en considerar las mencionadas dos calles y otras del entorno - Alta, Fraile, Carrera de Capuchinos, Ollerías…- como del centro, porque para la burguesía, saliendo de la calle Larios y adyacentes, después del Teatro Cervantes, todo lo demás era barrio.

Con respecto al año de apertura del cine Atlántida que figura en libros y documentos, el 24 de septiembre de 1977, debe haber un error porque desde enero de 1976 el cine ya venía estrenando películas. Los días 10 y 21 de enero de 1976 estrenó ‘Deliverance’ y ‘La naranja mecánica’, respectivamente. Esto indicaría que el cine pudo abrir sus puertas el citado día 24 de septiembre, pero de al menos dos años antes, 1975.

Sin embargo, entre los documentos personales no extraviados, hallé la lista de películas estrenadas en el cine Atlántida de Málaga en 1969, o sea, ocho años antes de la supuesta fecha que figura como de su inauguración. Nada menos que treinta películas se estrenaron en ese año 1969, por lo que la inauguración del Atlántida podría remontarse a uno o dos años atrás, esto es 1967 o 1968. Entre los estrenos de 1969 hay algunas importantes como ‘Gran golpe contra las SS’, ‘Helga’, ‘El sirviente’, ‘El joven Törles’

La primera pregunta sobre el nuevo cine era el por qué de su nombre, Atlántida. No es que fuera inadecuado o raro. Pero sí que el nombre elegido empezara por la primera vocal del abecedario: la A.

Por extraño que parezca, los cines de Málaga, concretamente, tendían a elegir para su identificación nombres que empezaran por A. Es un misterio sin aclarar. La única pista es el orden alfabético utilizado en los periódicos que publicaban la cartelera de espectáculos.

Figurar en primer lugar era un privilegio porque el lector que se detenía en leer la cartelera para buscar la película para ver aquel día, el primer cine que figuraba en el anuncio empezaba por A.

Que influyera o no en la elección no está demostrado; lo que sí está claro es que los promotores o empresarios de los cines de Málaga elegían nombres que empezasen por A para sus cines. He aquí el resultado. Excluyendo al cine Actualidades, cuya programación se basaba precisamente en la actualidad de lo que sucedía en el mundo, hay o ha habido los siguientes cines con A inicial: Alameda, Albéniz, Aleixandre (I y II), que empezó llamándose Royal, Astoria, Atlántida (A y B), Avenida… y como punto final, las dieciséis salas de los multicines América.

El promotor

El promotor del Atlántida fue don Tomás Galiana, quien se había hecho cargo de los cines Echegaray y Málaga Cinema anteriormente. No recuerdo si estos dos cines los adquirió, los alquiló, si era él solo o con un socio…

Estuve en su día en la reinauguración del cine Echegaray en 1955, cuando don Tomás Galiana se hizo cargo del mismo, uno de los cines más señeros de la ciudad, fiesta a la que asistieron numerosos invitados que le trasladaron los mejores deseos en la aventura de reabrir el cine Echegaray.

La construcción de un nuevo cine, el Atlántida, obedeció quizás a la gran oferta de películas que las distribuidoras españolas y extranjeras pusieron en el mercado, pues de las doscientas películas anuales de los años 40 y 50 en pocos años se pasó a las trescientas, cuatrocientas y quinientas.

Como emprendedor, y ante la posibilidad de sumar a la empresa un nuevo cine en un sector de Málaga con un elevado censo de población y disponer de películas que no podía exhibir en el Echegaray o en el Málaga Cinema por falta de fechas, llevó a cabo el proyecto. Películas para estrenar había muchas.

A partir de 1976

Debido a la pérdida de parte de mi archivo no puedo citar ni el número ni los títulos de las películas estrenadas o proyectadas en el Atlántida entre los años 1970 y 1975; sí puedo hacer referencia de las presentadas a partir de 1976.

El nuevo cine tuvo una gran acogida con estrenos, unos importantes y otros representativos de una nueva corriente nacida del cambio o transición política española. Al desaparecer la rígida y a veces ridícula censura que impedía el estreno de muchas películas, el nuevo cine se abasteció de todo lo que había en el mercado.

En 1976 se estrenaron quince películas, y dos más, un ‘matinal’ y un estreno compartido con otro cine. Los títulos, aunque han pasado muchos años, todavía están en la memoria de los cinéfilos como ‘La naranja mecánica’, ‘Cowboy de medianoche’, ‘La caída de los dioses’, ‘Roma’, ‘El discreto encanto de la burguesía’ y ‘¿Qué?’, de directores de la categoría de Federico Fellini, Roman Polanski, Luis Buñuel, Stanley Kubrick… Una selección de categoría, de primerísima calidad. Estaban entre las más aplaudidas de la temporada.

En 1977 siguió el mismo camino. De las dieciséis películas, dos fueron otros éxitos mundiales: ‘Portero de noche’ y ‘Fresas salvajes’, la primera de Liliana Cavani y la segunda de Ingmar Bergman.

Las salas A y B

El 13 de julio de 1977 estrenó ‘La verdadera naturaleza de Bernadette’, y cuando se retiró de la cartelera el cine cerró para llevar a cabo unas importantes obras de remodelación. Se trataba, y se llevó a cabo, de dividir el local en dos salas.

En poco tiempo, el Atlántida pasó a disponer de dos salas, dotadas de una cabina de proyección preparada para pasar dos películas diferentes al mismo tiempo.

El 24 de septiembre se terminaron las obras y se reinauguró la Sala A con la película ‘El Decamerón’, dirigida por uno de los maestros del cine italiano, Pier Paolo Pasolini, y en la Sala B ‘La primera vez sobre la hierba’, película también italiana dirigida por Gianluigi Caderona y que representó a Italia en el Festival de Berlín dos años antes.

Cambio radical

En 1978, tanto en Atlántida A como en la sala B, la programación cambió de una forma radical. Las películas proyectadas – 20 en la A y 18 en la B – tenían el denominador del alto contenido sexual. En todos los cines españoles se registró el mismo fenómeno o moda. La derogación de la censura permitió al cine español rodar películas a las que se le adjudicó el término «destape», que obligaba lisa y llanamente a las actrices de la época a desnudarse con o sin razón. En los guiones figuraba siempre una escena, viniera o no a cuento, de la protagonista y protagonistas duchándose. El aseo se impuso. Todas eran limpísimas. Tanto es así que se decía que algunas ‘estrellas’, al firmar el contrato para una nueva película, exigían que solo aparecerían vestidas si el guión lo requería.

De las 38 películas estrenadas en las dos salas, voy a citar algunos títulos: ‘Emmanuelle II’, ‘Los pecados de la casta Susana’, ‘Doncella y amante’, ‘Afrodita negra’, ‘Las 1001 noches’, ‘El dentista erótico’… y una excepción dentro del género, ‘Bilitis’. La dirigió un fotógrafo – David Hamilton – y la banda sonora de Francis Lai, uno de los músicos más sobresalientes no solo por ‘Bilitis’ sino por otras composiciones reproducidas por las emisoras de radio en los años 70 y que todavía se programan como la canción de ‘Un hombre y una mujer’ y ‘Love story’.

En 1979, mantuvo la misma programación. Las películas que la censura española prohibió durante muchos años acapararon las pantallas. De las cuarenta y una cintas presentadas en los cines A y B, cito dos, no porque fueran buenas sino como mera información de lo que marcaba la época: ‘Trampa sexual’ y ‘El país del sexo salvaje’. Las demás, más de lo mismo.

En los años sucesivos siguió igual pero con menos películas de estreno: en 1980, 15 películas (‘Taxista de señoras’, ‘El viaje erótico de Andrea’, ‘Un viaje con Anita’, ‘La masoquista’…); en 1981, solo 8 estrenos (‘Orinoco, paraíso del sexo’, ‘Eróticos juegos de la burguesía’…); 1982, 16 películas (‘Historia de una rebelde’, ‘El carnaval de las bestias’ y dos películas de interés, ‘El gran show de Abba’ y los dos capítulos de ‘Ludwig’, (El Rey Loco, Luis II de Baviera), dirigida por Luchino Visconti, con Helmut Berger, Romy Schneider y Silvana Mangano en el reparto con música de Wagner y Ofenbach.

La película era buena pero excesivamente larga, tres horas y media; se dividió en dos capítulos como queda apuntado. El gran Visconti disfrutó rodando largas secuencias de los recargados escenarios de los salones castillos, vestuario…

1984… hasta 1990

Desde 1984 hasta 1990, su cierre, las dos salas solo exhibieron películas del mismo corte con títulos irrepetibles que por respeto a los lectores omito. Por razones obvias dejé de frecuentar las dos salas. La labor de comentarista o crítico cinematográfico no me obligaba a rebajarme a informar de lo que se proyectaba.

Las denominaciones utilizadas para distinguir unas de otras fueron varias, como películas de Arte y Ensayo (de autor), ‘S’ y finalmente ‘X’, pornográficas sin paliativos ni disimulo alguno.

Los estrenos registrados en 1984 superaron los treinta títulos, en 1985, entre las dos salas, superaron los sesenta filmes y el 1986, la sala B batió todos los récords conocidos: ¡68!, estrenos…, todos ellos con el calificativo ‘X’, pornografía pura y dura. Y si sumamos los diez estrenos de la sala A, lo nunca visto: setenta películas en un solo año.

Y así hasta el 23 de abril de 1990, que cerró sus puertas para siempre. Fue uno de los últimos que desapareció de la larga lista de cinematógrafos que hubo en Málaga y de los que voy narrando parte de su historia en estas páginas de La Opinión.

Un luctuoso suceso

El 21 de octubre de 1983, un heroinómano se acercó a la taquilla del cine Atlántica con ánimo de robar la recaudación de la jornada. De un tiro en el corazón acabó con la vida de la taquillera Antonia Jiménez Martínez, de 19 años de edad. El luctuoso suceso tuvo repercusión en la Prensa española.

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