Chinaores en Málaga: roban 500 € a una mujer en El Palo rajándole el bolso

Victoria (nombre ficticio), vecina de 80 años del barrio malagueño de Las Acacias, salió temprano de casa para hacer unos recados en El Palo. Fue andando, como de costumbre, y su primera parada fue el cajero automático de su banco, situado frente a la neurálgica Parroquia Nuestra Señora de las Angustias. Sacó 500 euros en efectivo para afrontar los gastos de las semanas siguientes, guardó los billetes en la cartera y la metió en su bolso de cuero para poner rumbo a su frutería de confianza, en la misma orilla de la transitada avenida Juan Sebastián Elcano, ya a la altura de Echevarría. Por el camino se encontró a su hija y charló con ella unos minutos antes de llegar a la tienda. Allí hizo su pedido y al intentar sacar la cartera comprobó que el bolso estaba rajado. Sólo le faltaba la billetera y el dinero.

Llamó a su hija y ambas fueron a la cercana Comisaría de Policía Nacional del Distrito Este para denunciar unos hechos que al agente que les atendió no le resultaron nuevos. Les comentó que en Málaga se han registrado otros casos por el histórico procedimiento del chinado, que consiste en rajar bolsos, mochilas, riñoneras, bolsas de tela o incluso ropa con instrumentos muy cortantes (cúter, cuchillas de afeitar, navajas, bisturís...) para acceder al descuido a las carteras u otros objetos de valor de las víctimas.

El funcionario destacó la profesionalidad de los de los denominados chinadores o chinaores, que no dudan en actuar contra personas de todas las edades si ven la oportunidad. Entre todos dedujeron que alguien vigiló a Victoria mientras sacaba el dinero del cajero y, al ver que se trataba de una cantidad importante, la acechó hasta encontrar el momento más oportuno para rajarle el bolso y llevarse el botín. Quizás cuando se encontró con su hija, pensó ella. Desde la Comisaría Provincial han señalado a La Opinión que el caso de chinado sufrido por Victoria es el único que hasta el pasado martes se ha denunciado en la zona Este, aunque no confirmaron ni descartaron que se hayan registrado denuncias por hechos similares en otras comisarías de distrito de la capital.

Una hora después de llegar a casa, un policía nacional llamó a la puerta de Victoria. Le entregó la cartera, que había aparecido tirada en la calle sin el dinero. Al día siguiente, uno de los agentes que investigan el caso la llamó para asegurarse del itinerario que siguió desde el banco hasta la frutería con la esperanza de que alguna cámara de seguridad registrara a algún sospechoso. O sospechosa, porque le preguntó si en algún momento tuvo la sensación de que le seguía una chica.

Suscríbete para seguir leyendo