Mirando atrás
Andrés Hidalgo: el hostelero sin fronteras
El malagueño Andrés Hidalgo comenzó en la hostelería poniendo hamacas en Benalmádena. En su larga carrera ha sido director comercial del Hotel Málaga Palacio, y subdirector del Hotel Alfonso XIII de Sevilla durante los años previos y posteriores a la Exposición Universal

Andrés Hidalgo, con su secretaria Margaret y con dos de los Bee Gees, en el Hotel Alfonso XIII de Sevilla. / A.V.
«Mi historia tiene muchos milagros», reconoce Andrés Hidalgo Cruz, malagueño de 1948. Para empezar, cómo se conocieron sus padres: él, Andrés, un metre salmantino en un hotel de San Sebastián; ella, Juanita, señorita de compañía de una aristócrata de Málaga. «Le dijo: malagueña, iré a buscarte, y fue a buscarle y se casaron», cuenta su hijo.
El padre comenzó a trabajar en el Miramar de Málaga, pero decide buscar suerte en Tánger. Lo consigue gracias a don José Jorro, cliente del Miramar y director de la Transmediterránea: regentará el bar y restaurante del Yatching Club de Tánger.

Andrés Hidalgo, el más pequeño de la familia, con sus padres, Andres y Juanita, y sus hermanos Emilio y Angelita, en Tánger, hacia 1952. / Archivo Andrés Hidalgo
Allí, por cierto, su familia conocerá a doña María de las Mercedes, la madre del rey emérito. Un día, la madre de Andrés acompañará a doña María al hospital, por una apendicitis de ‘Juanito’, futuro rey de España.
Con el bagaje del idioma francés, el matrimonio y sus tres hijos -Emilio, Andrés y Angelita- regresan a Málaga en el 57, tras la independencia de Marruecos.
En Málaga, el pequeño Andrés pasa por varios centros educativos, incluidos el Patronato de San José del padre Mondéjar y la Escuela Franco; pero, al ver cómo Manolo, un amigo del patronato, se sacaba de hamaquero un buen dinero en propinas en el Hotel Tritón de Benalmádena, siguió su ejemplo. «La propina la juntábamos y nos la repartíamos», recuerda.

A la izquierda, el joven Andrés, en su primer trabajo como hamaquero en el Hotel Tritón de Benalmádena. / Archivo Andrés Hidalgo
En ese tiempo, continuó formándose y al francés de su infancia en Tánger, sumó el inglés que aprendió en Málaga. Por cierto, que un pequeño milagro del destino hizo que por el Hotel Tritón apareciera don José Jorro, el responsable de Transmediterránea que ayudó a su padre. Gracias a su recomendación, logró convertirse en ayudante de recepción y a partir de ahí, por sus conocimientos y buen hacer, fue encargado de las facturas de varias áreas del hotel, recepcionista y primer recepcionista. «He tenido siempre mucha gente alrededor que me ha ayudado», reconoce.
Tras el paréntesis de la mili, y ya hablando alemán -lo aprendió en la Casa de la Cultura de calle Alcazabilla- hacia 1971 o 72 pasó a trabajar como recepcionista al Hotel Málaga Palacio, donde permaneció 17 años, hasta 1989. En ese tiempo, pasó a ser jefe de recepción y director comercial, lo que le llevó a viajar por media Europa en busca de clientes.
Y de nuevo, otro pequeño ‘milagro’: al hotel llega don Luis Fernández, un malagueño, directivo en Venezuela de una gran cadena hotelera.

El malagueño conserva un dibujo dedicado de Rafael Alberti, en su libro de firmas de clientes. / A.V.
El trato que recibe de Andrés Hidalgo le agrada, los dos paisanos congenian y, antes de marcharse, el cliente le pregunta si puede hacer algo por él. «Alguna vez me gustaría trabajar en una gran cadena», le respondió Andrés.
En julio de 1989, el director comercial del Málaga Palacio recibe una llamada del Hotel Alfonso XIII de Sevilla. «Ya me están avisando de dónde me voy a ir a trabajar», recuerda que dijo en broma. No estaba equivocado: era don Luis Fernández. «Le habían nombrado director general del hotel y me fichó como subdirector ejecutivo; nos habíamos visto dos o tres veces», destaca.
Sevilla y la Expo
Primero Andrés y, con el tiempo, su mujer, María Victoria, y sus tres hijas, se instalaron en Sevilla. Dos malagueños estaban al frente del histórico hotel 5 estrellas Gran Lujo, en el que trabajó hasta 1993; los años previos a la Expo y la resaca tras la celebración.
Su etapa en el Alfonso XIII la recuerda sin duda como «la mejor de mi vida» y destaca lo mucho que aprendió.
Allí se reencontró con doña María de las Mercedes, que recordaba la estancia de su familia en Tánger. «Era una persona estupenda, cariñosa y campechana», recuerda.

Su mujer, María Victoria Marfil, y sus hijas -María Victoria, Rocío y Mariángeles-con doña María de las Mercedes, en Sevilla. / Archivo Andrés Hidalgo
Con la celebración de la Exposición Universal del 92, el trabajo fue tan incesante como el paso de celebridades: jefes de Estado, reyes, príncipes, artistas... «Tuve mucha relación con protocolo del Estado», recuerda. Andrés Hidalgo trabajó a fondo para atender a personajes como Fidel Castro, los reyes de Bélgica, Hassan II, los Bee Gees, el rey Juan Carlos...
De Catherine Deneuve guarda un buen recuerdo por su simpatía, y porque le preguntó cuánto valía un albornoz del hotel, «y le regalé uno además de dos toallas».
Claro que, a veces, surgían problemas, como cuando un conocido aristócrata español se empeñó en que le dieran una habitación, con el hotel lleno hasta los topes.

Fidel Castro firma en el libro de clientes ilustres del Alfonso XIII, con Andrés Hidalgo detrás. / Archivo Andrés Hidalgo
En 1993, mentalmente cansado, y como sus hijas querían volver a Málaga, tuvo como destinos siguientes el Hotel Larios, la multipropiedad Albaicín del Mar (Almuñécar) y el Hotel Las Palmeras de Fuengirola, donde entró a trabajar en el 97, hasta su prejubilación con 63 años. De su paso por la hostelería guarda, además, decenas de firmas y dedicatorias de las personalidades que ha conocido.
Cuando se le pregunta si ha cambiado mucho la profesión a la que tanto se entregó y tan alto llegó, Andrés Hidalgo echa en falta más «trato humano». De eso sabe mucho este malagueño afable y cercano, un auténtico hostelero sin fronteras.
Suscríbete para seguir leyendo
- La cadena europea Action de productos a bajo precio abre la próxima semana su primera tienda en Málaga
- Málaga estrena alumbrado esta Navidad: así lucirá la calle Larios
- Así es el parque de Málaga con una torre de 13 metros perfecta para los amantes de la aventura: tiene camas elásticas y toboganes gigantes
- El parque de Málaga con un gran barco pirata y sus propias olas, perfecto para ir en familia: con toboganes, canchas y juegos
- Así es la ruta de Málaga que recorre una antigua acequia colgada sobre un barranco: está en uno de los pueblos más bonitos de España
- La Aemet activa el aviso amarillo en Málaga por intensas lluvias
- La EMT moverá las paradas de la Comisaría Provincial a la avenida de Andalucía por problemas de tráfico
- La conexión entre el Bulevar Adolfo Suárez y la Ronda Oeste, más en el aire que nunca
