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Virgen del Prendimiento

Gran Perdón hace historia con su extraordinaria, más allá de los tópicos

La Virgen del Prendimiento regresa a su barrio tras completar un periplo memorable en la Catedral en una procesión que ha puesto el broche de oro al centenario de la cofradía

Ignacio A. Castillo

Ignacio A. Castillo

Málaga

Más allá de los tópicos. Pero es que no se cabía en Alcazabilla. Y es verdad. Desde hace meses el Prendimiento tenía marcado el Día del Pilar de 2025 como una de las fechas más importantes de su centenaria trayectoria. Una jornada festiva, tan propia de esta hermandad, que la providencia quiso que cayera en domingo en tan significativo momento, trasladando el feriado al lunes y permitiendo que, pese a la prácticamente inabarcable oferta de extraordinarias repartidas por Vélez, Antequera, Granada, Córdoba o Sevilla durante el fin de semana, Málaga se hiciera también un hueco gigante para ver a la Virgen del Gran Perdón haciendo de nuevo historia.

Porque, sin duda, que este 12 de octubre tendrá tanta importancia y provocará un impacto tal que será recordado en el futuro. Y es la historia redactada por los propios capuchineros, que desde su llegada a la Pastora han tenido en la Virgen del Gran Perdón a su referencia mariana de la Pasión en un barrio que se debe y desvive por sus Glorias. La historia que escriben quienes se echan a la calle con el Prendimiento cada vez que la cofradía leva anclas, ya sea Domingo de Ramos, de Pasión o en cualquier otra conmemoración.

Por eso no era extraño ver a tantos rostros conocidos, y también de foráneos de otras provincias venidos que se quedaban con los ojos como platos. Y tampoco es un tópico. Ante ellos se paseaba una inmensidad absoluta que resume cómo Málaga vive su Semana Santa. Cómo se distingue de otras. Cómo tiene carisma e identidad particulares, que la hacen distinta ante la globalización procesionista. Y cómo es capaz de recibir al visitante con la hospitalidad que reza en su escudo y acogerlo como uno más, haciéndole partícipe de su universo único ante un trono colosal, de ocho varales, que no puede ser más alto, ni más ancho, ni más grande, ni mejor llevado, sobre los hombros de la experiencia de sus cofrades.

Con largas colas de turistas para entrar al Picasso, con numeroso público ya apostado en Císter, era las seis de la tarde y no se cabía (y no es tópico) ante la casa hermandad de Estudiantes, convertida en centro de operaciones del Prendimiento durante los últimos días, desde que llegara la imagen en su traslado del pasado jueves. Entre medias, dos jornadas memorables en la Catedral. De hecho, era la primera vez que la imagen accedía al Primer Templo y, en su interior, se celebraron dos importantes cultos: la misa estacional del aniversario, el viernes; y un devoto besamano durante todo el sábado, antes de regresar, en la capilla de San Rafael, donde resposan los restos mortales del cardenal Ángel Herrera Oria, promotor decisivo para la reorganización de la hermandad en los años 40, cuando era obispo de Málaga.

Salida puntual

Así que a la hora prevista en una procesión en la que el reloj, de primeras, estaba condenado, se puso en marcha la procesión. Abría la cruz guía, tan añeja como siempre, escoltada por dos faroles. Le seguía una muy nutrida representación de hermanos con cirios, las últimas parejas de mantilla con lazo rosa prendido en sus vestidos pastel, en alusión al vínculo de la Virgen del Gran Perdón con la AECC y en especial con las mujeres que sufren cáncer de mama, de las que la imagen es protectora. Esta vez no eran dos, sino tres los estandartes que se insertaban en el cortejo, donde figuraban representantes del instituto La Rosaleda en la presidencia.

Hasta este centro educativo fue también Gran Perdón en extraordinaria en mayo de 1998, a la que entonces todavía era la Escuela Franco, y no es tópico, también fue histórico ver el trono pasar ante la tribuna de Gol del antiguo estadio de La Rosaleda. De este emblemática institución educativa, tan vinculada a la hermandad por ser cuna de aprendizaje de numerosos profesionales, salió la imagen de la Virgen esculpida en su taller por Andrés Cabello Requena.

El hermano mayor de Estudiantes, Jorge Alcántara, como anfitrión, fue el encargado de dar los primeros toques de campana. Quedaba un larguísimo trayecto por delante, que ha llegado a poner en jaque a los servicios municipales y que, con todo, se han plegado al sentimiento de un barrio de Capuchinos que la “sueña coronada”, como reclamaba una de las pancartas.

Arreglo de la imagen

La imagen, en su trono, presentaba un arreglo muy apropiado, enmarcando su pena con una mantilla dispuesta con criterio y que realza la belleza de esta dolorosa de expresión tan personal. Lucía saya bordada sobre terciopelo azul que en su día diseñara José Miguel Moreno y fuera realizada en el Taller de Empleo de la cofradía, que provocó una auténtica revolución patrimonial. Repartidas por el pecho, el fajín rojo o la saya, todas las joyas que ha recibido en estos días históricos en la SICB y las que ha venido atesorando a lo largo de su larga historia devocional.

Para la salida, la banda de música del Rocío, que volvía a acompañar a la Virgen, interpretó el Himno Nacional enlazada con 'La tarde azul', de Fran Criado. Y así se iban sucediendo los tirones acompasados y a tambor, de un trono que marchaba con la contundencia que siempre le caracteriza, con ese movimiento de palio que rompe en la mecida cuando abre el paso.

Procesión extraordinaria de la Virgen del Gran Perdón

Procesión extraordinaria de la Virgen del Gran Perdón / Eduardo Nieto

Un trono que esta vez presentaba un arreglo floral más parecido al de los últimos Domingo de Ramos, medido y elegante, con rosas rosa en las ánforas laterales en piñas cónicas y rositas fucsia en el frontal y al que se le añadieron discretos centros de nardos en las esquinas.

Homenajes

Los distintos actos de homenaje y recibimiento a la imagen también se iban sucediendo conforme el trono consumía los metros que le separaban de su barrio. Así, para empezar, en la misma calle Císter, antes de una espectacular ‘Triana’ y la primera petalada ya tuvo lugar la actuación de la comparsa de Churriana (“Cuando voy a Capuchinos y me veo a tu verita… Reina y Señora… con cada pétalo va una promesa… y ojalá pronto te vea con tu bendita corona”), o en el Patio de los Naranjos, la coral Carmina Nova, aportó solemnidad. Distintas cofradías también salían al paso con sus guiones corporativos: Estudiantes, Sepulcro, la Cena, Viñeros, la Sangre...

Y no es tópico, ¿pero qué tiene el Prendimiento, qué tiene su Madre del Gran Perdón, para mover y conmover tanto y a tantos?

Los cantes, los bailes, las malagueñas, los verdiales, las sevillanas, los poemas, los aleluyas, las lluvias de flores... se iba a repetir a lo largo de todo el recorrido, en su mayor parte engalanado con guirnaldas de flores de papel, banderolas y pancartas con letanías personalizadas. Hasta una alfombra de sal ante su sede canónica preparada por la mañana para ser pisada por Ella en su reencuentro con el Señor del Prendimiento, previsto para la madrugada, ante un altar efímero levantado en la fachada con dos de los ángeles del antiguo trono del Resucitado.

Y la música del Rocío, con un repertorio marcadamente alegre y tan propio, pero que también se permitía licencias para el clasicismo y la cadencia en las curvas, como con 'Reina de San Román' para hacer el serpenteante itinerario entre Císter, San Agustín y Duque de la Victoria. O 'Málaga a su Virgen de la Victoria', en la plaza del Obispo. Y la bellísima 'Pasa la Virgen Macarena', con el más silbado de los tríos, para asumir la estrechez de Strachan. Y todo, entre el clamor de la gente.

Procesión extraordinaria de la Virgen del Gran Perdón

Procesión extraordinaria de la Virgen del Gran Perdón / Eduardo Nieto

Eran las 20.55 horas y aún se encontraba en la plaza de la Constitución, pero la Tribuna de los Pobres presentaba el aspecto de los grandes días de la Semana Santa, como un Domingo de Ramos, pero en sentido inverso. Tras el relevo en el trono (260 hombros frescos dispuestos a darlo todo hasta coronar la cima de El Ejido) que se produjo ante la casa hermandad de la Cena, donde la Virgen fue recibida con una salva de cohetes, la escalinata del puente volvió a ser punto clave en la cofradía.

Cuando lleguó a la escalinata la cruz el público le cantó el ‘Cumpleaños feliz’ por los 100 años celebrados. Por la Tribuna de granito el trono pasó con una adaptación del ‘Ave María’ de Caccini. Muchos de los allí presentes habían esperado más de tres horas. Todavía eran las 22.50 horas y el trono se levantó a pulso en tres ocasiones, entre aplausos. Tras un paso complicado por un tramo de Carretería en obras, quedaba por delante un recorrido en ascenso que ha hecho mítica al Prendimiento, por Dos Aceras y la Carrera de Capuchinos. A la Alcubilla, la frontera simbólica del barrio, llegó a poco antes de la 1.30 horas. La procesión, en ese punto, ya se había extinguido. Solo quedaba el trono, el acolitado y una importante bulla de cofrades que avanzaban andando de espaldas sin perder de vista la cara de la Virgen. Más sevillanas, más poemas, hasta llegar a la plaza de Capuchionos y descender por Empecinado para pisar también El Molinillo, donde también se lanzaron cohetes, y más pétalos, y se sucedieron otras muestras de cariños hasta regresar por Marqués de Cádiz y llegar a la casa hermandad de Salesianos, espectacularmente engalanada. Y eran casi las 4.00 horas cuando avanzaba por Eduardo Domínguez Ávila con 'Rendido a tus plantas' y con 'Divina Pastora' entrar en la plaza donde el Señor del Prendimiento la esperaba para casi culminar una procesión de más a menos, por las altas horas. Ya era bien entrada la buscada madrugada.

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