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Historia

Abd el-Krim, libre de tópicos

El investigador malagueño Juan de Dios Segura publica un ensayo sobre la figura de Abd el-Krim, en el que aborda la vida del vilipendiado líder del Rif con mirada objetiva de historiador

Juan de Dios Segura, con su libro sobre Abd el-Krim, delante del monumento al comandante Benítez.

Juan de Dios Segura, con su libro sobre Abd el-Krim, delante del monumento al comandante Benítez. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Málaga

«Escribí un libro sobre el Desastre de Annual para investigar qué fue aquello del Protectorado español en Marruecos, que siempre me llamó muchísimo la atención. Una vez lo hice, me quedó la cosa de ¿quién era el tal Abd el-Krim?», explica a La Opinión Juan de Dios Segura Baena.

Este incansable investigador malagueño ha contestado a esta pregunta en su nuevo ensayo histórico ‘Mohammed Ben Abd el-Krim El Jatabi y el Protectorado Español de Marruecos. Colaboración, rebelión, República, rendición y exilio’, que ha publicado en Ediciones del Genal.

Un perfil completo

La obra, presentada el pasado septiembre por Federico Souviron en la Económica, traza un perfil completo sobre este líder del Rif que puso en jaque al Ejército español durante la Guerra de Melilla, y al que le causó una de sus más terribles derrotas, en Annual.

De paso, es una mirada al Protectorado que España tuvo en el país vecino y a las relaciones internacionales, en plena Europa de los colonialismos.

Como destaca el investigador, su gran reto ha sido, precisamente, retratar con ecuanimidad a un personaje que, a la hora de consultar sobre su bibliografía, «en el 70 u 80 por ciento de los casos, si son militares o personas con una vinculación con Melilla, evidentemente aparece como un traidor a España; lo ven como el hombre que mató a muchos nacionales nuestros».

Retrato de Abd el-Krim. | WIKIPEDIA

Retrato de Abd el-Krim. / WIKIPEDIA

Formación y cambio de bando

Juan de Dios Segura llama la atención sobre la formación que recibió, primero en una escuela nacional «para hijos de musulmanes residentes en Melilla», donde recibe «una educación española», que continúa en el Instituto de Tetuán, la capital del Protectorado. Luego, estudiará Derecho musulmán en la Universidad de Fez.

Terminará de profesor de español para musulmanes en Melilla y más tarde, de traductor. «E incluso le da clase de árabe a los oficiales que eran inquietos; sus relaciones eran tan fabulosas, que su linaje conformó parte de los confidentes del Ejército: pasaban información de cualquier cosa que se moviera en las cabilas, dentro del llamado campo de Melilla», apunta.

A la pregunta del millón, por qué alguien con su perfil y formación termina cambiando de bando, Juan de Dios Segura responde: «Entiendo que fuimos nosotros los que lo traicionamos».

Se rompe la confianza

Como destaca, en plena I Guerra Mundial, ante las acusaciones de Francia de que el linaje de Abd el-Krim solivianta las cabilas en la parte francesa, azuzadas por el káiser Guillermo para así distraer tropas de la Gran Guerra, «algo que nunca se demuestra», el Protectorado español responde encarcelando a Abd el-Krim. «Y ahí se rompe la confianza, no entiende cómo lo meten en la cárcel, en el presidio militar de Rostrogordo, en Melilla, cuando no hay ninguna prueba; eso no lo va a perdonar nunca».

Desde entonces, se irá forjando el líder que reunirá a todas las cabilas del Rif bajo una sola bandera.

Un punto importante que resalta Juan de Dios Segura es que, en la Guerra de Melilla, en realidad el estratega de la guerra de guerrillas contra España fue su hermano menor M´Hamed, quien estudió Magisterio en la Escuela Normal de Málaga «con muy buenas notas». «Él fue la mente gris de la guerra», subraya.

Eso sí, el investigador destaca que Abd el-Krim resultó ser «un eficacísimo político» al unir bajo su mando a tantas cabilas, «cada una con sus propias rencillas».

El Desembarco de Alhucemas, una operación militar española que se adelantó 20 años al de Normandía, aceleró el final de la rebelión. Empezaba su largo exilio en la colonia francesa de la isla de la Reunión, y en Egipto, donde murió en 1963. Nunca volvió a su tierra.

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