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Cofradías

Mena hace realidad su "sueño compartido" al bendecir el nuevo retablo de su capilla en Santo Domingo

La congregación de Mena ha presentado este viernes 'Opus Magnum', una obra en la que han intervenido media docena de artistas y que ocupa toda la pared de la capilla

La Opinión

Málaga

Un sueño se ha cumplido (y compartido) en la iglesia de Santo Domingo. La congregación de Mena, tras años de trabajo y esfuerzo, ha presentado este viernes, en la capilla de la citada iglesia, su nuevo retablo. 'Opus Magnum' es una obra colectiva, en la que han intervenido media docena de artistas que han estado hasta el último minuto trabajando para recuperar el altar que fue destruido en la mañana del 12 de mayo de 1931 durante el ataque e incendio del templo.

El vicario episcopal para el Laicado, Manuel Ángel Santiago, ha presdidido la ceremonia litúrgica, que también ha contado con la intervención de Manuel García y Javier Krauel. El culmen llegó cuando la cortina color azul se abrió para mostrar a todos los asistentes el 'Opus Magnum', que fue bendecido por el vicario en nombre del obispo, José Antonio Satué.

Más de 10 metros de alto y 6,5 de ancho conforman el retablo, que ocupa toda la pared de la capilla e invita a alejarse para contemplarlo en su totalidad. Sus laterales brillan gracias al oro y los mármoles pulimentados, aportando luz a las imágenes que, realizadas en orfebrería con un basamento para sostener la cruz del Cristo, ya aportan gran belleza a la obra. En ellas se contemplan dos ángeles, que lo estarán señalando para que sea advertido por las almas del Purgatorio, repartidas por toda la extensión de la peana y cuya inclusión se justifica por la advocación complementaria del Crucificado, de Ánimas. La cartela central contará con una alegoría de la Buena Muerte.

La congregación de Mena presenta su nuevo retablo 'Opus Magnum'

La congregación de Mena presenta su nuevo retablo 'Opus Magnum' / Eduardo Nieto

Los ángeles mancebos, vestidos con ropajes ampulosos, portan la caña con la esponja y el de la derecha la lanza de Longinos. Por otro lado, los dos angelitos desnudos, de apariencia más infantil, se alzan en los extremos del coronamiento y sostienen dos cartelas alusivas a los titulares de la congregación: uno con la corona de espinas, tan personal en Mena, y el otro una flor de lis, simboligía asociada a la Virgen de la Soledad. Pero, si hay algo que destaca, es el camarín, que sobresale por un arco de orfebrería.

En 'Opius Magnum' se sitúan el Cristo de la Buena Muerte y la Virgen de la Soledad, así como la Magdalena de Palma Burgos, aunque no se descarta en el futuro proyectar otra imagen, ya que esta última de rodillas es casi tan alta que la Virgen, según explica Pablo Krauel, teniente hermano mayor de Mena y coordinador de la obra.

Artífices de la obra

Mena, con el beneplácito de la Junta, que ha tutelado todo el proyecto, al tratarse la iglesia de un BIC, ha pretendido recuperar las trazas maestras del desaparecido, que ya se encuentran expuestas en la capilla.

El tallista sevillano Daniel Ibáñez es el artífice del diseño, basado en un bosquejo del orfebre y joyero cordobés Manuel Valera. Todo el programa iconográfico ha sido ideado por el historiador malagueño y cofrade Alberto Palomo Cruz. Ibáñez se ha encargado de la talla. El malagueño Alberto Berdugo ha sido el responsable del dorado, por su parte. Manuel Valera, orfebre y joyero cordobés, ha realizado las peanas del camarín y el resto de trabajos de orfebrería. Mientras que Encarnación Hurtado y Álvaro Abrines han llevado a cabo la imaginería. La labor de Hurtado se ha centrado en la realización del cortejo celestial del retablo.

La congregación de Mena presenta su nuevo retablo 'Opus Magnum'

La congregación de Mena presenta su nuevo retablo 'Opus Magnum' / Eduardo Nieto

"Abrines ha sido un gran descubrimiento para nosotros porque de todos estos artistas, era la primera vez que afrontaba un trabajo para la congregación", asegura Pablo Krauel, teniente hermano mayor de Mena y coordinador de la obra. En su caso, ha ejecutado las tres imágenes de Santos dominicos que se alojarán en las dos hornacinas de las calles laterales y en el ático. En concreto una imagen de San Telmo y otra de San Vicente Ferrer, así como otra de Santa Catalina de Siena, en la parte superior, y que sustituye al crucifijo que coronaba el conjunto anterior.

El retablo desaparecido

El retablo desaparecido, levantado a finales del s. XVIII, estaba compuesto de tres calles y un ático que ocupaba todo el medio punto del testero frontal del recinto, con remate de esa pequeña efigie de Cristo en la cruz. De ahí que la Junta obligara a modificar el diseño que en primera instancia había aprobado el cabildo de Mena y el Obispado, para ajustarlo al máximo al que había. "Todos compartimos ahora que esta decisión ha mejorado el resultado final", admite Krauel, a pesar de que este trámite burocrático ha retrasado un año los trabajos y la presentación de la obra.

"Los tronos son para un día; el retablo es para todo el año", señala el coordinador de la obra.

Un antes y un después en Santo Domingo

El retablo va a significar ser un antes y un después de Santo Domingo, o eso al menos esperan los congregantes. El templo es desde hace años víctima de la humedad. Mena confía en que esta obra sirva de revulsivo y permita acelerar los trámites para la necesaria restauración de su sede canónica. Que este proyecto tome el impulso necesario. "Sabemos que el Obispado está en ello aunque ahora centra sus esfuerzos en las cubiertas de la Catedral", renoce el teniente hermano mayor, quien asegura que ya hay quien le ha dicho que este retablo es el mayor encargo patrimonial realizado por la congregación en su historia desde la ejecución del Cristo de la Buena Muerte por Francisco Palma Burgos.

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