Entrevista
«La primera piedra de la ampliación del aeropuerto se pondrá entre 2028 y 2029»
El director del aeropuerto de Málaga, Pedro Bendala, asegura que el aeródromo ha convertido a la ciudad en una "gran capital de un estado europeo" al estar conectada ya con todas las capitales

El director del aeropuerto de Málaga, Pedro Bendala, en su despacho / Álex Zea

Se podría decir que la ampliación del aeropuerto de Málaga es el reto de la próxima década ¿cómo se traduce eso en números?
El aeropuerto tiene ahora una huella, que no significa metros cuadrados construidos, de 80.000 metros cuadrados, en distintos niveles. Esa huella va a pasar a 140.000 metros cuadrados. También tiene 26 pasarelas de embarque, pues vamos a pasar a 48. Pero ya no es solo una cuestión de tamaño, lo que nosotros ya hemos hecho, el diseño funcional, tiene varios objetivos. Uno claramente es el de capacidad, que es aumentar el número de pasarelas de embarque y de superficie para poder embarcar a los pasajeros, pero también tiene un reto en sostenibilidad, nuevas tecnologías que lo hagan mucho más eficiente desde el punto de vista energético y de ocupación del espacio, y también el reto de la accesibilidad. El aeropuerto que vamos a desarrollar en los próximos años tiene que ser accesible para todos. Hay muchos tipos de dificultades, desde culturales, lingüísticas, de movilidad o gastronómicas. Y la aspiración de este proyecto es que sea accesible absolutamente a todos.
¿Cuáles son esas carencias, actualmente, de accesibilidad?
Por ejemplo, tú vas con tu familia y hay un ascensor y o una escalera mecánica. Normalmente en los ascensores no cabe el grupo completo, entonces la persona que tiene que tener una dificultad de movilidad coge el ascensor con algún acompañante y el resto va por la escalera mecánica, eso es habitual. ¿A qué aspiramos nosotros? En que el grupo sea compacto, que nadie tenga que por un camino alternativo, sino que casi desde el avión hasta el medio de transporte terrestre pueda ir de forma independiente por el mismo camino, independientemente de cuáles sean sus necesidades.
¿Cuántos pasajeros permitirá mover la ampliación?
En cuanto a la capacidad diaria, ahora mismo hay días que estamos rondando los 100.000 pasajeros y lo hacemos con 26 pasarelas. Pero evidentemente hay horas punta y hay otras horas valle. A lo que aspiramos no es a definir cuánto es el día, sino cuáles serían las personas que somos capaces de mover en hora punta, ahora cerca de 10.000 personas. El número depende de muchas cosas, porque hay muchos subelementos en el sistema. Entonces siempre lo define el más crítico de todos, que muchas veces puede ser el mismo control de seguridad, pero con una actuación muy pequeña que es poner a lo mejor dos, tres líneas más podemos incrementar, a lo mejor, un 10, un 15%.
El año pasado se cerró el año en torno a 25 millones de pasajeros. ¿Dónde está el techo sin esa ampliación?
Como comentaba, nosotros no hablamos en millones de pasajeros al año, sino en horas punta. Y nominalmente se dijo que [el techo] eran 30 millones, pero haciéndole pequeña actuaciones, eso se puede aumentar la hora punta hasta 31, 32, 33. Con lo cual, todavía desde nuestro punto de vista tenemos una cierta reserva de capacidad yo creo que para que nos dé tiempo a construir estas nuevas infraestructuras. Y yo espero que cuando la demanda lo exija, en ese momento estará la oferta disponible de capacidad.
¿Para cuándo podría estar operativa ya esa ampliación?
Este mes de septiembre se han entregado las ofertas de los proyectos, ahora hay un proceso, esto es un concurso público, de evaluación y de selección, que se hace con muchos criterios, no es solo económico, las propias empresas nos tienen que contar cuál es su propuesta de valor. Y ese proceso de selección, evaluación y de identificar quién va a ser nuestro socio para desarrollar este diseño funcional, no veo que acabe antes del primer trimestre de 2026. Luego empezaremos a trabajar con ellos durante al menos dos años completos, pero el desarrollose hará en varias fases. No toda la obra se hace de golpe y después se hace una inauguración, sino que entrarán distintas fases según vayan siendo necesarias y sobre todo porque van liberando espacios. Estaremos dos años diseñando y luego tendremos que hacer una licitación pública de obras o de las obras que salgan, que no sabemos cuántas obras van a salir, que durará otro año. Al fin y al cabo, antes de 2028, principios de 2029, no podremos empezar a poner la primera piedra y, después, tendremos un desarrollo de obras que pueden durar cinco años, pero no significa que haya que esperar cinco años para utilizar la infraestructura, sino que a lo mejor en los dos, tres primeros años tenemos ya infraestructura disponible para poner en servicio.
O sea, que se irá abriendo de forma progresiva.
Exactamente. Todo el ciclo es largo pero no son ciclos de todo o nada, sino que son de poco a poco, tanto en la forma de elaborar los proyectos como en la forma de ejecutar.
¿Cómo va a ser el encaje de una obra de este calibre con la actividad aeroportuaria?
Ha identificado una de las claves de cómo tiene que hacerse el diseño, de forma que satisfaga las necesidades de capacidad, sostenibilidad y accesibilidad, pero no se puede perder nada de la capacidad que ya disponemos, ningún retroceso en cuanto la sostenibilidad ya alcanzada, ni siquiera en el servicio accesible que ya prestamos hoy día. Entonces, coordinar, digamos, lo nuevo con el mantenimiento de nuestra terminal y de nuestro aeropuerto en servicio dando el mismo buen servicio es realmente el reto y por eso hay que pensarlo mucho. Haremos cosas para que realmente el pasajero se vea mínimamente afectado.
Y esperan que todo ese proceso culmine en torno a 2035, ¿no?
Todavía no hemos hecho el faseado, pero antes del 2031 o el 2032 deberíamos tener cosas hechas, y en el 2033, 2034 y 2035 lo que nos quede. En nuestros diques más antiguos, el Bravo y el Charlie, que son los internacionales, que son de principio de los 90, de techo bajo, esos los tendremos que demoler y hacer una nueva zona de embarque ahí, pero para poder demolerlos tenemos que tener construida la nueva parte internacional, que irá en frente a la nueva pista. Y eso será la última parte de nuestra ampliación, demoler esos dos edificios de embarque antiguo para hacer unos edificios de embarque acorde con los criterios de calidad, de servicio, que todos queremos para nuestro aeropuerto.
Esa será la última parte, pero ¿por dónde se empezará?
Lo primero que tenemos que hacer es resolver nuestras necesidades de aparcamiento, zonas de embarque en la nueva pista y resolver también la accesibilidad por vía terrestre, haremos un viaducto para acceder a las nuevas plazas de aparcamiento... y todo eso hay que hacerlo al principio, previo a las últimas fases que son la demolición y la reforma de las nuevas zonas sur del aeropuerto.
La demolición de la T1 será uno de los hitos de la obra. El aeropuerto dirá adiós a una era, la del desarrollo turístico de la Costa del Sol.
Pues sí. El mundo del tráfico aéreo ha cambiado mucho, la T1 se construyó para satisfacer las necesidades del tráfico internacional de este aeropuerto. Pero era una época en la que ni siquiera estaba liberalizado dentro de la Unión Europea el tráfico aéreo. No existían las compañías de, como llamamos ahora, de bajo coste, sino que fundamentalmente era un tráfico charter y de tipo turístico tipo estacional. Hoy día se ha conformado un mundo totalmente distinto en cuanto a necesidades de seguridad, de embarque, de cruces de frontera... Esa terminal fue la respuesta que necesitaba el aeropuerto a principios de los años 90. Ahora para los años 20 tenemos lo que tenemos, que es una respuesta adecuada, pero para los años 30 del siglo XXI, necesitamos una nueva respuesta y esa es la que vamos a trabajar. Como muchas veces digo la Málaga 3.0, hiperconectada, no solo de forma digital sino de forma física.
Es evidente que el proyecto le va a dar un protagonismo total a la segunda pista. ¿Qué actividad tiene actualmente la segunda pista y cómo va a cambiar?
Fundamentalmente será exactamente igual que ahora. Nosotros tenemos dos pistas, pero siempre las usamos de forma segregada, que significa que una es de aterrizajes y otra es de despegues en función de donde venga el viento. Eso va a seguir así porque el aeropuerto no necesita más capacidad de campo de vuelo en cuanto a pistas, con las que tiene puede resolver sus problemas actuales y futuros. Queremos dar más calidad de servicio al pasajero que está en la terminal y por eso queremos construir una ampliación de terminales, para que tengan más puertas de embarque y más estacionamientos de contacto, mayor tamaño en los filtros de seguridad, en los de pasaporte, menos mejores zona de recogida de equipaje, de facturación... porque ahí es donde pensamos que están nuestros cuellos de botella y nuestras necesidades, pero no en campo de vuelo.Ya eso se resolvió en su momento y queda bien resuelto.
Sobre el concurso que está ahora en marcha para adjudicar la asistencia técnica, que además hay cuatro equipos de primer nivel que ya han presentado oferta, entre ellos está Fairbank, que es el que diseñó la T3. ¿Cree que sería bueno tener continuidad en el diseño o buscar nuevas firmas?
Cuando son concursos públicos significa que hay igualdad de oportunidades para todo y transparencia en la adjudicación. No hay nadie que tenga más ventaja que otro, todas las empresas tienen igualdad de oportunidades y ganará la que en su conjunto haga la mejor oferta, ya sea técnica y económica. En ese sentido tenemos que ser muy, muy rigurosos.
También está la necesidad de nuevas infraestructuras para llegar o salir del aeropuerto. ¿En qué punto está el acceso norte?
Eso es una obra que hace la Dirección General de Carreteras que ya tiene el proyecto y ha salido incluso información pública su estudio ambiental, con lo cual espero que en breve tengan acabado los proyectos, habrá una licitación y estará disponible incluso antes de que nosotros acabemos las obras de la terminal, o sea, en los próximos dos, tres años tendría que estar. También es cierto que no hay ningún problema de accesibilidad por vía terrestre al aeropuerto, con el acceso sur no tenemos falta de capacidad, de que haya aglomeraciones o que no puedan entrar a tiempo. Evidentemente vendrá muy bien el acceso norte, pero sobre todo porque acortará el tiempo de acceso a muchas personas que vienen al aeropuerto desde la autovía A7. Si vienes de la zona de Marbella o Estepona, el viaje al aeropuerto será unos minutos más cortos. Pero no es una cuestión de capacidad, es una cuestión de mejor servicio.
¿Con qué expectativas esperan que cierre el año? Hasta septiembre han pasado ya unos 20 millones de personas por el aeropuerto.
Como dice el futuro nos lo cuenta el propio futuro. Pero la expectativa es que el crecimiento que ha tenido el aeropuerto hasta ahora se sostenga en el último trimestre, no hay ningún aviso de que vaya a ir cambiar el ritmo, pero hay veces que la historia nos ha dado grandes sorpresas y no tengo que remitirme a cosas que no nos gustan mucho recordar, ¿no? Pero en cuanto a programación, que es lo que yo conozco, las aerolíneas tienen intención de volar más vuelos y más asientos que los que tuvieron en el año 2024. Por lo tanto, yo soy optimista porque la ocupaciones de los aviones hasta ahora están siendo buenas y espero que sigan siendo buenas.
Asumió la dirección en 2019, ¿qué balance hace ?
Yo creo que el aeropuerto ha tenido momentos difíciles que afrontar durante estos años y lo que yo he descubierto es que los equipos humanos que trabajan en este aeropuerto son fantásticos. No solo los de Aena, sino los de todas las empresas que trabajan aquí, desde fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado... La normalidad es la mejor noticia que siempre se puede dar, de hecho el reto muchas veces es no ser noticia o ser simplemente noticia porque el tráfico crece, y lo hemos hecho con los recursos que disponíamos, sin necesidad de aumentar ni infraestructura, ni aumentar grandemente las plantillas, ni de hacer un esfuerzo económico muy grande. Y eso, para mí, es lo que realmente me enorgullece.
¿Hasta cuándo le veremos en la dirección?
Yo trabajo para Aena y he estado en muchos destinos antes que en este aeropuerto, me debo a la empresa y estoy a su disposición. Si me necesita, solo tiene que decírmelo, pero es difícil estar mejor que en Málaga, también lo quiero decir, porque es un territorio muy amable, ya no solo me refiero a las personas del aeropuerto por su competencia profesional y su calidad humana personal, sino el propio territorio y no me refiero al clima, me refiero a la hospitalidad de Málaga y los malagueños.
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