Sanidad
Día Internacional de la Tartamudez: “No debemos terminar sus frases, saben bien lo que quieren decir”
La decana del Colegio de Logopedas de Andalucía, Adela Corrales, subraya la importancia de la atención temprana y de acudir a los especialistas

El Colegio de Logopedas de Andalucía recuerda que la atención temprana es la mejor de las terapias para la tartamudez / L.O.

Cada 22 de octubre se celebra el Día Internacional de Toma de Conciencia de la Tartamudez, un trastorno de la comunicación que padecen cerca de 500.000 personas en España, según los datos ofrecidos por la Fundación Española de la Tartamudez, que indica que afecta, aproximadamente, a un 2% en la población adulta y un 5% en la infantil.
Desde el Colegio de Logopedas de Andalucía (COLOAN) han querido aprovechar esta efeméride para poner el foco en la importancia de la detección precoz y de acudir a los especialistas, pues recuerdan que la atención temprana es “la mejor de las terapias” para las personas que sufren tartamudez.
“No hacer nada puede ser nefasto tanto para el niño como para las familias”, subraya la decana del Colegio de Logopedas de Andalucía y logopeda especializada en Tartamudez, Adela Corrales Guerra, que advierte que este trastorno puede tener efectos psicológicos “muy severos” para quien la padecen.
Por ello, insiste en la necesidad de detectarla a edades tempranas a través de la correcta derivación a logopedas, que son unos de los profesionales que más pueden ayudar a las personas que padecen este trastorno. Del mismo modo, incide en la importancia de que estos especialistas estén plenamente integrados en los Centros de Atención Infantil Temprana (CAIT).
Acudir a especialistas
Corrales explica que la tartamudez es un problema más frecuente de lo que parece, ya que el 80% de niños en edades comprendidas entre los dos y cinco años presentan dificultades en la fluidez verbal que pueden ir acompañadas de tensión y angustia para el menor que lo padecen.
“No debemos dejar a los niños solos ante esas dificultades”, remarca la decana, que hace hincapié en que tan sólo un especialista -en este caso, logopeda- “sabe si conviene tratarlo o no”.
En aquellos casos en los que no se considere necesaria realizar una intervención directa, el logopeda desempeña también un papel esencial de asesoramiento y acompañamiento a las familias de los niños, a los que se mantendría en seguimiento para que “la angustia no sea tan agudizada y los padres también se sientan acompañados”.

Adela Corrales Guerra, decana del Colegio de Logopedas de Andalucía / L.O.
Objetivo de la terapia
Por el contrario, si la falta de fluidez en el habla persiste en el tiempo y se decide iniciar una terapia, el objetivo será lograr que las disfluencias -repetición de sonidos, sílabas o palabras, o el alargamiento de sonidos- remitan por completo y/o se reduzcan al mínimo, con el fin de “reducir el impacto de las mismas en su vida”.
La decana del COLOAN también señala que la tartamudez es un trastorno muy estigmatizado, donde continuamente se cuestiona la inteligencia y habilidad emocional de la persona que tartamudea. “No debemos terminar sus frases, saben bien lo que quieren decir. No lo están pensando, ni están nerviosos, es sólo que tardan un poco más en decirlo”, apunta Corrales, que hace un llamamiento a la sociedad para que se fomente una comunicación más empática con las personas adultas que tartamudean.
Aumentar la concienciación
La comunicación ha de basarse, sobre todo, en el respeto y, por ello, pide que se les de el tiempo que necesitan para acabar de decir lo que quieren decir. “Concienciar e informar a la sociedad es vital para reducir el aislamiento social de las personas con tartamudez, minimizando el impacto en su vida”, concluye.
“Lo esencial es qué quieren decir, enfatizar el qué y no el cómo. Precisan tiempo y escucha activa por parte del interlocutor”, añade.
Desde el Colegio de Logopedas explican que la tartamudez es un trastorno complejo, ya que no solo se concreta en lo que el interlocutor puede observar, -bloqueos, repeticiones, prolongaciones-, sino que, además, hay conductas secundarias, desarrolladas tales como: muletillas, esfuerzo, movimientos involuntarios, miedo, evitaciones o ansiedad. En definitiva, conductas que manifiestan el sufrimiento de la persona a la hora de expresarse.
Algo tan cotidiano como pedir un café, comprar un billete de autobús o conversar con un amigo puede convertirse en una situación adversa, según señalan desde el COLOAN, que advierten que estas personas “sufren muchísimo” y pueden llegar a tener baja autoestima y desarrollar miedos, fobias y frustraciones que pueden conducirles al aislamiento social y laboral.
- Málaga estrena alumbrado esta Navidad: así lucirá la calle Larios
- Así es el parque de Málaga con una torre de 13 metros perfecta para los amantes de la aventura: tiene camas elásticas y toboganes gigantes
- La EMT moverá las paradas de la Comisaría Provincial a la avenida de Andalucía por problemas de tráfico
- Así es la ruta de Málaga que recorre una antigua acequia colgada sobre un barranco: está en uno de los pueblos más bonitos de España
- La conexión entre el Bulevar Adolfo Suárez y la Ronda Oeste, más en el aire que nunca
- Una ruta de senderismo en Málaga con pasarelas, molinos y un puente romano: pasa por dos de los pueblos más bonitos para visitar en otoño
- Atalaya de Jarazmín: entre malos olores y detonaciones
- El precio de la vivienda en Málaga se dispara un 40% en cuatro años y advierten de su ritmo «no sostenible»