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Agricultura

Dcoop logrará este año quintuplicar su producción total de pistachos

El gigante del aceite de oliva en España indica que el cambio climático obliga a buscar nuevas variedades de este fruto seco aptas para el campo malagueño

El pistacho requiere de maquinaria compleja para poder clasificarlo y ponerlo, ya apto para el consumo, en los distintos mercados.

El pistacho requiere de maquinaria compleja para poder clasificarlo y ponerlo, ya apto para el consumo, en los distintos mercados. / l.o.

Fran Extremera

Fran Extremera

Málaga

La producción de pistacho de este año para el gigante del aceite de oliva en España, la macrocooperativa Dcoop, ascenderá este año a 700.000 kilos. Permitirá casi quintuplicar los registros de 2024, cuando como consecuencia de la sequía dicho registro se cerró en poco más de 150.000 kilogramos.

Así lo ha relatado a este periódico el director general de Dcoop, Rafael Sánchez de Puerta: «El año pasado cayó mucho la producción. Pero en el presente ejercicio ya sí que volvemos a tener una cantidad relevante», argumenta este portavoz sectorial. Un dato importante que aporta la Junta de Andalucía, en relación a este fruto seco es el aumento del consumo. En una década prácticamente se ha doblado la cantidad que se ingiere por habitante y año.

«Poco a poco se va conociendo más el cultivo y va creciendo la demanda», responde Sánchez respecto a esa proliferación de nuevas variedades gastronómicas, por ejemplo unidas al chocolate y otros productos, que tienen muy presente el pistacho. «Es una alternativa interesante en muchas zonas donde hasta ahora se habían cultivado en secano otras variedades tradicionales como el olivar», argumenta.

Producción en Andalucía

Sánchez alega que más de la mitad de la producción de pistacho durante este año procede de dos puntos de recepción que Dcoop posee en tierras manchegas. El resto se recolecta en suelo andaluz, si bien es cierto que Málaga aún está lejos de otras provincias como Granada o Jaén, con mayor cupo de hectáreas dedicadas a este fruto seco.

Recordemos que aquellos agricultores que optan por este cultivo como alternativa a otras variedades deben esperar a un periodo de entre seis y siete años para que los árboles entren en producción. Mientras tanto no hay acceso a las tradicionales ayudas que se implantan y que van ligadas a la propia producción de pistachos.

Otra dificultad parte del cambio climático. El producto requiere de fincas ubicadas en el interior y con gran contraste de temperaturas entre la noche y el día. Este agosto registró máximas históricas en las comarcas de Antequera y Ronda, con lo que el objetivo, al menos respecto a Málaga, pasa ahora por apostar por variedades compatibles con el nuevo escenario meteorológico que vive la provincia.

Sánchez de Puerta considera que nadie está capacitado para recomendar o no la apuesta de un agricultor por destinar su finca a pistachos. «Son decisiones muy personales. Cada uno que vea la que más le convenga. Y es que esas condiciones meteorológicas juegan un papel determinante justo cuando se empiezan a recolectar los árboles por primera vez en determinados territorios de la provincia, en especial en áreas de Archidona, bastante próximas al Poniente granadino.

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