Urbanismo
Expertos sobre Torre del Puerto: está proyectada "en el peor sitio posible" de Málaga
Urbanistas, arquitectos, profesores y representantes de colectivos se reúnen en el Rectorado para reclamar a Carlos Rubio y Francisco de la Torre que rectifiquen, para impedir la "salvajada" del hotel rascacielos en el Dique de Levante.

El salón de actos del Rectorado se llenó para este acto contra la Torre del Puerto y el Urbanismo actual en Málaga.
Frente común de expertos y colectivos ayer viernes en un repleto salón de actos del Rectorado de la Universidad de Málaga, para mostrar la oposición al hotel rascacielos catarí en el Dique de Levante, que en su tercera y última versión superará los 130 metros del Monte Gibralfaro hasta alcanzar los 144, en el proyecto encargado al premio Pritzker David Chipperfield.
El acto, con el título de 'La Torre del Puerto y la deriva del Urbanismo en Málaga', estuvo presentado por la arquitecta y profesora María José Andrade y por el barítono Carlos Álvarez. Este último informó sobre la aceptación de Chipperfield a reunirse con el Instituto de Estudios Urbanísticos y Sociales (IEUS): "Han pasado seis meses, y no hemos sabido de él, como tampoco sabemos qué ha pasado con el proyecto", criticó.
Por su parte María José Andrade lamentó que Málaga copie "lo peor" de ciudades como Barcelona o Rotterdam, en lugar de seguir mejorando la actual ciudad "amable de escala mediterránea".
En representación de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo intervinieron el arquitecto Ángel Asenjo y el abogado y urbanista Juan Ramón Fernández Canivell. Asenjo desgranó el proceso administrativo del hotel, así como la defensa de San Telmo por "el paisaje histórico y el patrimonio cultural de la ciudad", lo que ha obligado a la academia a acudir a los juzgados, en medio de "un rechazo social bastante importante" por el hotel.
De paso, recordó la alternativa de la academia presentada en 2023 y adelantada por este periódico, que proponía levantar el auditorio en el Dique de Levante, y emplazar el rascacielos, transformado "en dos torres o más elementos arquitectónicos de menor impacto", junto a la desembocadura del Guadalmedina, donde al grupo catarí ya le habían concedido la marina deportiva.

Infografía de la tercera versión de la Torre del Puerto, de 144 metros de altura. / L.O.
Juan Ramón Fernández-Canivell detalló la ofensiva jurídica y urbanística de la Real Academia de San Telmo en un doble frente: en primer lugar, al haber cambiado los parámetros, con la presentación de una nueva torre, a juicio de la academia se debe celebrar un concurso abierto y, en ningún caso, el que se convocó: un concurso cerrado -competencia de proyectos- que no es acorde "con la importancia de la obra".
San Telmo también sostiene, desde el punto de vista urbanístico, que la modificación del Plan Especial del Puerto ha vulnerado el principio de jerarquía normativa, dado que este plan especial nace del PGOU, que es el que le da "carta de naturaleza urbanística". Por tanto, el Puerto no puede actuar con autonomía, desvinculado del PGOU. "Sin embargo, acuden a la Gerencia Municipal de Urbanismo y solicitan la modificación, lo cual es algo incongruente", remarcó. Fernández-Canivell subrayó que la autonomía se refiere a las infraestructuras portuarias; pero "no para un uso ciudadano como una torre de hotel".
Por todo ello, el abogado y experto en Urbanismo remarcó que tanto la Autoridad Portuaria como la GMU "tienen un problema".
También habló el arquitecto y exconcejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid, Eduardo Mangada, quien con ironía se refirió a cómo "en un contexto de ultraliberalismo depredador", surgen este tipo de proyectos, que vienen acompañados siempre de "engañosas perspectivas y lujosas maquetas", así como de la promesa de miles de puestos de trabajo, además de "datos escasos y confusos".
Para Mangada, la Torre del Puerto es "un regalo envenenado" y lamentó que David Chipperfield "preste su firma" para un proyecto "ajeno al contexto urbano" y que no respeta "el paisaje marítimo de Málaga".
"Un despotismo que no es ilustrado"
En representación del IEUS hablaron los arquitectos y urbanistas, Damián Quero y Salvador Moreno Peralta. Damián Quero lamentó que, sin debate ciudadano ni estudio, la Autoridad Portuaria y la administración municipal se hayan puesto al servicio de una empresa "del Golfo Pérsico", para llevar adelante este proyecto "en el mar de todos".
De paso, deploró, por parte de la administración pública, "el rechazo al diálogo y al intercambio de argumentos", así como "la altivez de sentirse y declararse cargada de razón ante las instituciones culturales, científicas y profesionales de la ciudad"; lo que a su juicio es una muestra "de un despotismo que ni es ilustrado ni pretende serlo".
Por todo ello, pidió al alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, "que restituya la razón ilustrada que ha estado presente en las épocas de esplendor de Málaga".

Infografía de la propuesta de Chipperfield para la Torre del Puerto, perfilada al fondo. / La Opinión
Por su parte Salvador Moreno Peralta se centró en la gestación del barrio de La Malagueta, alejado del nunca aprobado plan urbanístico de José González Edo y recordó que la Málaga más "aplaudida" de Paco de la Torre, es la que ha seguido los parámetros del premiado PGOU de 1983. Por este motivo consideró "inconcebible, que se pierda el norte para que esta ciudad no tenga otra perspectiva de futuro que conceder barra libre a los fondos de inversión", una política con la que, aventura, "pasaremos a ser una Dubái de provincias".
Por esta causa, reclamó al alcalde "que paralice esa descabellada idea de amplificar el error de La Malagueta", al tiempo que calificó la Torre del Puerto de "salvajada". Además, pidió a Carlos Rubio, presidente de la Autoridad Portuaria, que impida la construcción de la Torre del Puerto, así como las nuevas esculturas ciclópeas portuarias que, aconsejó, quedarían mejor en el jardín del exalcalde de Torremolinos Pedro Fernández Montes, promotor del peculiar y polémico monumento al Turista.
Moreno Peralta no se ahorró críticas al "cinismo colonial" de David Chipperfield. En este sentido, llamó la atención sobre la paradoja de que defienda la "sostenibilidad" pero, como ha manifestado en alguna entrevista, "vive y come de lo insostenible".
"Impacto paisajístico brutal"
El catedrático de Geografía de la UMA y miembro de la plataforma Defendamos Nuestro Horizonte, Matías Mérida, autor con su equipo de la UMA del estudio de impacto paisajístico del rascacielos, expuso por su parte que se emplazará "en el peor lugar" de la ciudad, por su ubicación en el centro de la Bahía, lo que permitirá además que sea visible en casi toda la ciudad "y en el 13 por ciento de la provincia de Málaga".
El experto calificó la Torre del Puerto de "elefante en una cacharrería" con "un impacto paisajístico brutal" y recordó que además implicará el apagado de la Farola, "cuando no hay razón técnica alguna".
El profesor y geógrafo Víctor Fernández Salinas, en nombre de Icomos, el organismo asesor de la Unesco, repasó algunos edificios de Málaga construidos, a su juicio, en el sitio equivocado como el Hotel Málaga Palacio, el Hotel de Moneo, "con una volumetría abusiva en pleno conjunto histórico de la ciudad en su fachada al Guadalmedina"; así como las Torres de Martiricos, que han "aterrizado" en Málaga y logrado "descomponer la relación entre el río Guadalmedina y su entorno en la parte septentrional de la ciudad".

Impacto visual de la Torre del Puerto si tuviera 150 metros de altura (6 más que el proyecto actual). / Matías Merida/ G. E.
El experto criticó que, al hilo de la Torre del Puerto, la Autoridad Portuaria parezca dedicarse más "a los negocios del monopoly urbano", que a su función primordial, y también lamentó que el Ayuntamiento apoye este proyecto y regale "el espíritu de este lugar y la personalidad de buena parte de los malagueños".
También en nombre Icomos intervino el arquitecto y urbanista Javier Aguilera, que reflexionó sobre el paisaje y, al hilo de lo que consideró el errado emplazamiento del rascacielos, incidió en que, incluso si en el Dique de Levante se emplazaran "las dos torres más bellas del mundo" como la Giralda y el edificio Chrysler neoyorquino, "el resultado sería igualmente perturbador y desastroso".
El académico de San Telmo, arquitecto y experto en restauración, Rafael Martín Delgado destacó por su parte que la causa que hace unos años justificaba la construcción de un hotel rascacielos -la falta de plazas hoteleras- no tiene hoy justificación; por lo que "el proyecto es superfluo, no llena ningún vacío existente".
Rafael Martín Delgado lamentó que el "avance histórico de la ciudad hacia el mar", con la creación de espacios como el Parque, el Paseo de los Curas o el Palmeral, "se culmine con esta agresión al paisaje en la fachada más noble e histórica de la ciudad, para uso y beneficio privados".
Por otro lado, el director de la ETS de Arquitectura, Carlos Rosa, miembro del Instituto Universitario de Hábitat, Territorio y Digitalización, hizo hincapié en que la Torre del Puerto es el síntoma de una falta de planificación, evidencia de una "deriva" del Urbanismo malagueño hacia la "fragmentación" y un conjunto de "operaciones inconexas", cuando debe ser "una estrategia urbana".

Presentación en el Ayuntamiento de la tercera versión de la Torre del Puerto. / La Opinión
El ejemplo de Colonia
El experto puso también el ejemplo de la ciudad alemana de Colonia, donde, ante un proyecto de construcción de cinco torres de gran altura que podían agredir el paisaje y a su histórica Catedral, Patrimonio de la Humanidad, el conflicto urbanístico -al contrario que en Málaga- se encauzó como un proceso de participación con ciudadanos, urbanistas, arquitectos y representantes de la administración, que cambiaron y mejoraron el proyecto inicial.
Cerró el turno de intervenciones el economista y exconcejal Rafael Esteve Secall, que puso en duda muchos aspectos técnicos de la obra del rascacielos, empezando por el tráfico que provocará durante los cuatros años de construcción del rascacielos.
El experto mostró también su "convicción" de que estamos ante "un encubierto proyecto inmobiliario disfrazado de hotel", que surgió "de intereses promovidos entre Málaga, Sevilla y Madrid" y que, ante su complejidad -pues incluye hasta la evaluación del Consejo de Ministros- "buscaron y encontraron apoyo internacional en los fondos financieros árabes".
El proyecto más contestado en la historia del Urbanismo de Málaga sigue sumando personas y colectivos en su contra. Ahora, reclaman directamente a Carlos Rubio y a Francisco de la Torre, como máximos responsables de la Autoridad Portuaria y el Ayuntamiento de Málaga, respectivamente, que impidan el hotel rascacielos.
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